، 🌼 : Capítulo 20

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La sábana estaba enredada en su cuerpo desnudo, estaban en el sillón, él arriba de su alfa mientras este atendía su marca recientemente reabierta. El salón estaba oscuro y se podía escuchar con claridad el canto de los grillos.

Cuando terminó su trabajo en su cuello besó sus labios castamente para poder abrazarlo por la cintura.

—¿Cómo te sientes, omega? —preguntó acariciando su cabello.

Cerró los ojos —Lleno.

Después de unirse por primera vez no quisieron parar después, y ahí estaban, Jimin había perdido la cuenta de cuantos nudos había recibido esa noche.

—Es muy tarde —bostezó tapando con la sábana a los dos para que el frío no se colara entre ellos, aunque Jungkook no lo sintiera—. ¿Cuánto falta?

—Unos minutos más —besó repetidas veces sus mejillas sonrojadas y húmedas por algunas lágrimas que había soltado.

Cuando el nudo bajó por completo salió de su interior, cargó su cuerpo liviano hasta llevarlo a la habitación, lo dejó suavemente en la cama y luego se acostó a un lado de él abrazándolo por la cintura.

🌼

Al despertar lo primero que vio fueron los ojos verdes brillosos que lo veían con una sonrisa. Solo bastó un asentimiento de su parte para que Jungkook lo besara susurrándole entre el beso lo lindo que era. Tendría que acostumbrase a sentir las maripositas revolotear en su estómago siempre.

—Buenos días, omega —dejó su frente pegada a la de Jimin para disfrutar de las caricias que sus pequeñas manos dejaban en sus espalda.

—Buenos días, alfa bonito, ¿cómo dormiste? —dejó sus manos en sus hombros, respiró profundamente su olor el cual estaba por toda la habitación revuelto con el suyo.

—Bien porque dormí contigo, se siente bonito dormir con el amor de tu vida a un lado —besó dulcemente su mejilla.

Sonrió enamorado acurrucándose en sus brazos.

Cuando sus estómagos rugieron por algo de comida bajaron a la planta de abajo e hicieron un intento de comida, entre risas, besos y uno que otro mal chiste por parte de Jungkook.

Comieron en la terraza que daba vista a todo el lago, los pequeños animalitos revoloteaban alrededor.

Enterró el tenedor en un pedazo de pollo y se lo llevó a la boca, el leve picor se sintió haciéndolo tragar rápido para beber un poco de agua.

—Creo que te pasaste con el picante —habló después de acabarse el vaso entero.

Jungkook ríe negando con la cabeza, dejó su tenedor a un lado del plato completamente lleno.

—Pero estuvo delicioso... un poco quemado pero delicioso.

—Te dije que eran quince minutos, alfa tonto —le tiró un pedacito de pan.

—Ven, vamos a caminar un rato —se paró de la silla extendiéndole la mano para que la tomara.

—Kook —echó la cabeza hacia atrás tirándose pesadamente en el respaldo de la silla—. Estoy muuuy lleno y no creo poder caminar sin que vomite.

Puso sus manos en su pancita abultada por la comida dando leves palmaditas.

—Vamos no quiero ir solo —trató de animarlo con unos besos en su linda marca.

Un escalofrío le recorrió por toda la espalda, cerrando los ojos unos leves segundos, su boca habló inconscientemente.

—Está bien.

Sonrió aún escondido en su cuello, sabía como convencerlo.

—Pero si me canso, ¿me cargas? —hizo un mini pucherito, él también sabía como convencerlo.

—Si, omega —y besó su puchero.

Entraron a la cabaña para ponerse unos cómodos shorts y tenis, Jimin quería ir en pantuflas pero su alfa le dijo que no porque podía clavarse alguna rama y sería aún peor. A regañadientes se los puso.

Salieron tomados de la mano por el camino que estaba en el patio trasero, tuvieron que esquivar troncos enormes de árboles caídos, ramas raspando sus piernas y muchos mosquitos salvajes. El alfa llevaba su cámara colgada del cuello como todo un campista aventurero queriendo capturar cada cosa bella que viera, hasta el momento solo le había tomado fotos a Jimin.

—Vamos bonito sonríe —apuntó con su cámara a su omega que estaba serio frente a aquella piedra verde.

—Alfa me da miedo, si me muevo estoy seguro que caerá encima de mi —la miró sobre el hombro con miedo.

—¡Llevamos cinco minutos! Es solo una foto, sonríe y pon una pose sexy —le guiñó.

Jimin colocó su mano en su cintura y ladeó un poco su cadera. Jungkook presionó el botón rojo unas cinco veces más queriendo tener muchas copias de aquella increíble imagen.

—Perfecto.

Él omega corrió a su brazos y se aventó a él enredando sus piernas en su cadera.

—Kook, creo que por allá hay un zorro —habló rápidamente tratando de trepar lo más rápido posible, tapaba con sus manos el rostro de Jungkook y se movía mucho.

—Jim, no me dejas ver... deja de moverte me vas a tirar —ríe por el chillido que da su pareja al pellizcarle el trasero.

—¡Hey!

—No te quedabas quieto.

Entrecerró los ojos —Es mejor que nos vayamos, ya está oscureciendo y nos van a salir las brujas.

—¿Te puedo bajar?

—No, ya me cansé cárgame.

Se subió mejor a su espalda, Jungkook lo sostuvo bien de los muslos para no dejarlo caer.

Quitó la cámara de su cuello y fotografió desde arriba donde tenía una buena vista, obtuvo unas fotos borrosas donde solo se veía tierra y árboles, no servía para eso.

—Llegamos —avisó.

Cuando estuvo en el suelo mordió un poco su labio cuando la camisa de su alfa se subió un poco al momento de bajar, su trabajado abdomen estaba a la vista, quería pasar su lengua por cada centímetro y...

—Cariño te estoy hablando —Jungkook se medio agachó para quedar frente a frente de él.

—¿Eh? Si... disculpa —carraspeó mirando hacia otro lado.

—¿En qué pensabas?

Preguntó desde la cocina mientras pelaba una manzana —algo raro que siempre hacía ya que decía que la cáscara quedaba entre sus dientes—.

—¿Quién yo? No, no, nada —solo que quería que me follaras como anoche, pensó.

—Te siento nervioso por el lazo.

El lazo el cual habían creado, se sonrojó. Jungkook se acercó hasta quedar frente a él.

—¿Qué pasa? —tomó sus delicadas manos entre las suyas.

Y Jimin sentía tanta pena que no se lo diría, negó con la cabeza sonriendo sinceramente, se acercó más y se dejó caer en sus brazos.

—Solo ámame alfa —ronroneó escondiendo su naricita en su cuello.

—Eso siempre lo hago mi amor —lo enredó en un cálido abrazo escuchando solo su tranquila respiración la cual en menos de cinco minutos se volvió más suave.

Tal vez en la posición en la que se había quedado era tan cómoda que no quiso moverse, se durmieron ahí en el cómodo sillón.

🌼

Su tacones sonaban en el piso blanco pulido, el sonido haciendo eco por el pasillo, miró su reflejo en aquella ventana quitando con la punta de su dedo un poco de labial rojo mal esparcido, sonrió malvadamente, su presencia no sería muy buena que digamos.

margaritas › kookminWhere stories live. Discover now