Capítulo 9: La advertencia

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La visita de Colman al Inked no se hizo esperar

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La visita de Colman al Inked no se hizo esperar. Había pasado religiosamente en frente de la tienda todos los días desde la reunión en el bar de Paco. Cada mañana dejaba su auto en la esquina e iba caminando hasta el Inked. No se molestaba en disimular que buscaba observar el interior del local a través de la vidriera. Cuando el brillo del vidrio le dificultaba la visión, se acercaba y usaba sus manos para hacer sombra, de manera que pudiera ver a Martina sentada sola en su escritorio. La chica le devolvía la mirada, y en más de una ocasión, estuvo a punto de llamar a Julia para que saliera a ver qué quería aquel hombre. Ciertamente lo hubiese hecho, si Colman permanecía un tiempo apostado allí, pero como en el Inked no estaba la persona a la que buscaba, se iba como los demás días. Hasta que llegó el viernes y a Colman no le hizo falta ni acercarse al vidrio para notar desde afuera la presencia de Alexia por la cabellera naranja que salía debajo de su gorro de lana.

Dentro del Inked, Martina le estaba contando a Alexia sobre lo bien que le hacía la terapia homeopática de la que le había comentado unas semanas antes. Ella hablaba y hablaba, y Alexia escuchaba pacientemente resistiéndose a matar sus ilusiones e informarle que la estaban estafando. Su cara debió de parecerle extraña a Martina porque detuvo su relato y le preguntó:

—¿Pasa algo?

—No, para nada —Alexia negó con la cabeza y se acomodó en su asiento.

—Como te decía, en una semana la piel se mejoró considerablemente...

—No entiendo por qué crees necesitar todas esas cosas —se decidió a decir Alexia—. Estás obsesionada con tu cara, pero no tienes nada extraño. Al contrario, te ves bien.

—¿Estás segura que no eres miope, querida? —le preguntó Martina con una sonrisa.

—Estas igual que siempre y pierdes el tiempo con todo eso que no sirve. Si el Círculo no fuese tan cerrado, te prestaría algún libro para que entiendas como son las cosas. Podría pedirle a Helena que te enseñe algo...

—¿Helena? ¿El personaje de tu cuadro? Ella no existe, ¿verdad?

Martina había conocido a Helena unos años antes y la vio un par de veces cuando ella visitó Mistrás en las vacaciones de verano. La intención de Alexia fue decirle que era una amiga de la universidad, pero Helena llegó y mezcló todas las cosas. «Podemos hablarle de todo, total no va a recordar nada después», dijo divertida. Acto seguido, procedió a actuar con toda naturalidad y hacer magia en su presencia como lo hacía dentro de la Academia. Por supuesto, Martina olvidó todo lo referente a ella, excepto el retrato a lápiz de Helena que Alexia había pintado ese mismo año y colgado en la pared del Inked. Martina lo veía todos los días, pero no tenía forma de establecer ninguna conexión entre la pintura y una persona real.

—Sí, solo es un invento mío —murmuró Alexia—. Olvida que la mencioné.

La orden fue inútil, porque ya antes de que la pronunciase, Martina había olvidado.

Cauterio #PGP2024Where stories live. Discover now