Nueve

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Charlie Krittin finalmente se quedó hasta el final de la fiesta pues quería volver a ver al omega pero como consecuencia tuvo que soportar al anfitrión hablarle y hablarle de su hijo.

Este quería que lo cortejara y le decía lo orgulloso que se sentiría si lo tenía como yerno y que al ser los dos tan hermosos, tendría unos nietos preciosos.

Sin embargo el joven empresario no se sentía nada atraído por el joven alfa Chen, tan solo quería descifrar el porqué se había sentido así, al oler al extraño omega.

En varias ocasiones, este quiso interrumpir el parloteo del anfitrión para saber qué diablos podía estar haciendo el omega en vez de estar sirviendo copas en la fiesta pero lo pensó mejor pues él no era un alfa que se rebajaba a preguntar por un empleado omega, al fin y al cabo creyó que se le pasaría.

Por su parte Way estaba cansado de que su padre le ofreciera al joven alfa empresario como si fuese mercancía que tenía en venta pues a él tampoco Charlie le gustaba lo más mínimo, ya que su corazón y su cuerpo tenía un dueño, aunque este se viera imposible.

El lindo menor de los Chen siguió todo el tiempo los movimientos de Pete con la mirada, mientras el chófer, con destreza sirvió copas y aperitivos entre los invitados por todo el salón de baile y durante todo el resto de la velada.

Tuvo que disimular para que su padre o Charlie no se dieran cuenta y cuando un par de horas antes del amanecer, el baile llegó a su fin y uno a uno, los invitados muy sonrientes y agradecidos se fueron yendo, Pete fue con Kenta para devolverles los coches a sus dueños.

Las doncellas y Berta recogieron las últimas copas y la vajilla de la fiesta para llevarlos a la cocina y que todo quedase medianamente limpio, sus jefes les dijeron que siguieran en la mañana y que se fuesen a descansar.

Antes ir a su habitación, Berta pasó a ver cómo se encontraba el omega y al abrir la puerta de este lo vio dormido en la cama, cubierto con una fina sábana.

Este ya no tenía fiebre, su piel apenas estaba caliente pero se veía que lo había pasado mal, ya que la cama estaba toda revuelta y toda su ropa estaba esparcida por el suelo.

También había cristales rotos del vaso y la botella de agua que le habían dejado para hidratarse, entonces los recogió con cuidado pues este podía cortase al levantarse dormido, luego le acarició la cara y se fue a descansar.

De vuelta a su mansión, Charlie se retorcía incómodo en la parte de atrás de su coche, donde su chófer le había ayudado a meterse pues estaba bastante ebrio pero además de eso, había empezado a sentir un dolor muy intenso en todo el cuerpo.

A cada minuto que pasó, este gruñó desesperado pues no aguantaba estar allí encerrado, ya que su salvaje celo se le acabó adelantado.

El beta condujo todo lo de prisa que pudo, ya que su jefe no paraba de insultarle y de maldecir diciendo cosas incoherentes, siendo como si se estuviese convirtiendo en un terrorífico monstruo.

Tan pronto llegaron, el alfa saltó de coche y subió a trompicones las escaleras de su mansión y aunque su chofer quiso ayudarlo, le lanzó otro fuerte gruñido y el beta salió huyendo.

Como llegó a su habitación, Charlie se arrancó del cuerpo el caro traje que lo apretaba, apenas logrando mantenerse en pie, así que a rastras se metió en la ducha, abrió el grifo y dejó que el agua helada cubriese su ardiente cuerpo.

Estaba mareado, debido al alcohol en su organismo pero alcanzaba a sentir cómo esa fuerza brutal lo desgarraba desde dentro, totalmente desconcertado, ya que no entendía cómo era posible que su celo llegase pues aún no le tocaba.

De hecho hacía menos de un mes que lo había tenido y jamás se le había adelantado, ni tampoco lo había irrumpido de una manera todavía más atroz.

-¿¿¿QUÉ DEMONIOS ME OCURRE???- gruñó furioso-¡Aaaaaahhhh!

Tras varios minutos bajo el agua y terminar por agarrar su adolorido y firme miembro y aliviarse, este salió de la ducha y acto seguido caminó hasta el balcón, donde ardiendo, no podía soportar ninguna prenda sobre su cuerpo, ni siquiera un boxer, ya que su pene seguía erecto

El dolor estaba remitiendo pero sentía una fuerza interior más potente que otras veces y además de que por primera vez, su dentadura le molestaba.

Se dejó caer en la tumbona para ver si la brisa de la noche lo ayudaba a refrigerarse y tras unos minutos ya más tranquilo, pensó en el pobre chófer que había huído asustado debido a sus feroces gruñidos.

Después de una hora volvió a la cama pero no logró pegar ojo, ya que su mente lo perturbaba con el recuerdo de un lindo omega que lo miraba fijamente, sintiendo entonces un vacío enorme en su interior que lo ahogaba.

...-Maldita sea...¿Por qué estoy así?, ¿Quién es ese ser?, ¿ Por qué no puedo olvidarlo?

Su miembro viril volvió a erguirse por lo que nuevamente tuvo que bombearlo hasta correrse, mientras su alfa interior lo desgarraba por dentro y sus encías le dolían a rabiar.

-Tiene que ser por su culpa-susurró molesto entre dientes-...Maldita sea, olía tan jodidamente bien

Finalmente en la mañana, en la casona de los Chen ya era hora de levantarse y ponerse con el trabajo, entonces Babe abrió los ojos al sentir unos toques en su puerta y el picaporte rodó y Berta entró muy sonriente.

...-Hola cielo, ¿cómo te encuentras hoy?

-Mucho mejor gracias...ahora iré a vestirme para ir al trabajo- dijo este sentándose en la cama.

-No...no, tu olor aún es muy fuerte y tienes que estar aquí por un tiempo más...tú celo aún puede volver a manifestarse - dijo Berta dándole agua de la jarra que traía en las manos.

-Pe-pero tengo que trabajar... El se-señor me echará y no tengo a donde ir- balbuceó Babe muy afligido.

-No te preocupes, te hemos cubierto en la fiesta... tranquilo, los señores se irán a pasar el día a la ciudad...No regresarán hasta por la noche- le dijo la cocinera acariciando su mejilla.

-Gracias, sois todos muy buenos conmigo... Te prometo que en cuando pueda salir, trabajaré muy duro ayudando a todos para compensar esto- dijo el omega muy motivado.

-No hace falta, cariño...anda no te preocupes...Bueno, te mandaré a una de las chicas con algo de desayuno para que te alimentes bien y te tomes la pastilla, no te la olvides... Son muy importantes- le advirtió la omega mientras se alejaba hacia la puerta.

-Si claro lo haré, gracias

Poco después, llegó la doncella con su desayuno, encontrándose al omega ya duchado y vestido con una sencilla camiseta y unos pantalones cortos también pues tenía que estar cómodo, ya que no sabía si su cuerpo se la volvería a jugar con la alta temperatura y nuevos e insoportables dolores.

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4. Pobre omega infeliz - CharlieBabe - Omegaverse TerminadaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt