Veintinueve

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Babe abrió los ojos y un suave olor irrumpió en sus fosas nasales

Era un aroma fresco, a campo y cuando se incorporó y se sentó en la cama, se quedó con la boca abierta.

Había flores por todas partes; su cama, el suelo, la mesa, en la ventana, flores de todos los colores y tamaños y todas preciosas.

El omega se levantó y las recogió, oliéndolas una a una; había rosas, margaritas, lirios, azucenas y muchas más, cuando al fin las juntó todas, las puso en un jarrón que había sobre la mesa y comprobó que hacían un precioso ramillete.

Estaba feliz, jamás nadie le había regalado nunca nada y mucho menos lo habían sorprendido de esa manera.

Este se duchó y se vistió con las ropas de su maleta, ya que no había uniforme que ponerse en la casa de ese joven alfa, sintiéndose muy extraño pues era difícil dejar de ser un sirviente, cuando lo había sido desde que tenía uso de razón.

Bajó a desayunar a la cocina poco después, dónde Sara y las otras dos omegas preparaban el desayuno.

..-Bu-buenos días- dijo este entrando muy tímido.

-Buenos días Señor, ¿qué tal se encuentra hoy?- dijo una de las muchachas que se giró primero.

-No soy se-señor, llámame Babe, por favor- dijo sonriendo el omega.

-Está bien, como prefiera, Babe- dijo la doncella asintiendo.

La ama de llaves sonrió y le indicó la puerta.

-Debe ir al comedor, el joven lo espera para desayunar

-¿A mí?

-Si, así es

Dudoso, el omega siguió el gran corredor y llegó entonces a la gran puerta, respiró hondo y la abrió tímidamente, entrando a continuación.

Charlie estaba sentado ya a la mesa pero levantó su vista del periódico y esbozó una gran y hermosa sonrisa.

-Buenos días, ¿has descansado bien?- preguntó dejando su lectura.

-Si... si, gra-gracias

El alfa sonrió ante eso y entonces siguió su lectura mientras el omega caminó hasta su lugar en la mesa, en donde había otro servicio puesto.

-No tienes porque darlas, ¿Tienes hambre?

-Si, mucha

-Ok, entonces come mucho...anda sírvete lo que quieras

Babe asintió mirando todas las cosas ricas que había y tras morderse el labio, se sirvió un poco de leche con café y una tostada con mermelada.

-Mu-Muchas gracias por las flores. Son hermosas

-Me alegro que te gustasen. Supe que te gusta el campo y bueno, supuse que las flores también

El omega asintió cabizbajo.

-Babe ...¿podrías hacerme un favor?

El omega se encogió de hombros sin saber que contestar.

-¿Podrías mirarme a la cara?, yo no estoy en el plato- dijo Charlie riendo.

Babe entonces levantó la vista y lo miró sonriendo levemente.

-Lo siento

-No te disculpes...anda, sigue comiendo o se enfriará

El omega interior de Babe gritó y dio saltitos de alegría por las atenciones del alfa, con el cual quizás habían empezado con mal pie pero ya no parecía tan cruel.

4. Pobre omega infeliz - CharlieBabe - Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora