Treinta y cinco

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Charlie contemplaba con devoción a un sudoroso omega, el cual yacía tendido a su lado, retorciéndose de dolor y suplicando ser llenado.

El alfa entonces cogió uno de los juguetes que otras veces habían usado, entonces le abrió las piernas y se dispuso a introducirselo y aliviar su tormento.

-No...no....

-¿No?

-Tú...hazlo tú

-¿Estás seguro?- preguntó Charlie incrédulo de lo que estaba oyendo.

-Si...hazlo tú, intentémoslo

El alfa sonrió feliz pues al fin por primera vez en meses, el omega le estaba permitiendo penetrarlo, así que se colocó encima y a continuación dejó varios besos por todo el cuerpo de Babe.

Era una hermosa visión, ver al dulce omega como temblaba cual hoja de papel bajó suya, ardiendo y retorciéndose suplicante de deseo.

-Más, tó-tócate más por fa-vor, no quie-ro sentir tanto do-lor- rogó.

-Tranquilo... tranquilo- habló el alfa sintiendo su alfa interior revolverse para intentar liberar su fuerza de una vez por todas.

El omega asintió, entonces este no dudó más y con su mano temblorosa acarició la cara de Babe, luego su cuello, su pecho y finalmente su torso mientras él gemía ante esa placentera sensación.

-Me duele, Charlie...me duele mucho

...-Tranquilo cariño, estoy aquí, no voy a dejarte solo

Los ojos de Charlie se oscurecieron y sus músculos se agrandaron, según fue bajando por el cuerpo del omega hasta que llegó a su dura y palpitante entrepierna, la cual soltaba líquido preseminal, al igual que la suya.

Babe desde abajo vio como Charlie doblaba su tamaño pero no se asustó pues aunque era la primera vez que lo veía desde esa perspectiva, no sé asustó ni un ápice.

Deseaba eso, ya no tenía dudas y mientras su entrada se contraía al ritmo del cual su lubricante salía borbotones, gimió suplicante de que el alfa lo cubriera totalmente

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Deseaba eso, ya no tenía dudas y mientras su entrada se contraía al ritmo del cual su lubricante salía borbotones, gimió suplicante de que el alfa lo cubriera totalmente.


El alfa se sumergió en las delicias del omega, haciendo que soltase gemidos y gritos de placer, hasta que hizo que se corriera.

El alfa se incorporó triunfante dejando nuevos besos en el vientre de este, hasta que los suspiros y jadeos, se convirtieron en nuevos quejidos de dolor.

4. Pobre omega infeliz - CharlieBabe - Omegaverse TerminadaWhere stories live. Discover now