Charlie es un peculiar alfa solitario, el cual a pesar de su delicada y delgada apariencia, esconde una naturaleza salvaje y cruel, debido a que es un pura sangre.
Jamás ha sentido nada más allá de un vil y simple deseo por los omegas, ya que para é...
La verdad era que el alfa se relamía interiormente, viendo las curvas del omega, ya que con las ceñidas ropas, se le marcaban los muslos y el trasero y las camisas dejaban entrever su precioso torso.
Este quería saborear sus hermosas clavículas y sentía como las manos le picaban por acariciarlo, entonces notó un agudo dolor en sus encías pues sus colmillos ansiosos de morder amenazaban con salir para marcar el desnudo cuello de Babe.
-Oh no...no..ahora no
Su corazón comenzó a latir galopante, sin hacer caso omiso a sus ruegos y entonces su entrepierna palpitó latente, así que rápidamente se levantó y corrió al lavabo de la tienda pero ya era tarde pues tanto el omega, como la dependienta ya habían olido su excitación y estaban ruborizados.
-T-Tu alfa es muy gu-guapo... Ti-Tienes mucha s-suerte- dijo la omega temblorosa -...Ojalá yo e-encuentre uno así, tan a-atento y bueno co-como el tuyo
-No...no.. es mi alfa- balbuceó el omega entristecido- vivo en su casa como pago de una traición de su ex novio
La omega lo miró confusa.
-Pues e-está loco por ti, se nota que te a-ama y tú deberías co-corresponderle
-Tú ... ¿tú crees que me a-ama?- preguntó pensativo- no sé, puede que solo quiera ayudarme.
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La omega negó y entonces este volvió a ruborizarse pues en verdad había comprobado que Charlie era un alfa bueno, el cual le compraba flores y ropa, no lo permitía trabajar y lo alimentaba, además de que le daba cobijo a cambio de nada.
-No solo quiere ayudarte, créeme
-Realmente pensándolo bien, si soy un tonto por temerle -susurró para sí mismo- Charlie es muy lindo
Cuando poco después el alfa salió repuesto de su "afer", Babe ya volvía a tener su misma ropa y lo esperaba sonriente mirando el resto de la tienda.
-¿Por qué no te has dejado puesto algo de la ropa nueva?, es para ti, para que la uses... La tuya ya está muy vieja
-No sabía que podía ponérmela ya, perdón- dijo el omega bajando apenado su cabeza.
El alfa sonrió.
-Anda pues corre al probador de nuevo y ponte la que más te guste, mientras que yo le pagaré a la dependienta, ¿De acuerdo?
-De acuerdo, ya voy- asintió el omega conforme y corriendo feliz.
El alfa hinchó su pecho llenó de orgullo al verlo, ya que adoraba sentirlo así; contento, riendo feliz y pensó que desde ese momento haría todo lo posible para que fuese siempre así.
Al pagar, este comprobó que Babe apenas había escogido dos trajes y un par de zapatos, entonces le ordenó a la dependienta que le cobrase todo lo que este se había probado y con lo que más había sonreído.
