Capítulo 33

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Era las 9 de la mañana cuando los condes frontera regresaron al territorio.

Los ciudadanos salieron a saludarlos, felices del regreso de los condes, estaban emocionado al pensar en su reacción al enterarse de la marca entre su hijo Lloyd y Javier.

Para nadie era un secreto que los condes estaban emocionados, por no decir obsesionados, a comprometer a su único hijo y su escolta maestro de la espada, Javier Asbraham.

Aunque no entendías exactamente porque insistían tanto en lograr el matrimonio entre ellos, podían sentir la atmósfera entre ellos, que parecen no poder darse cuenta apesar de protagonizarla. Eran demasiado densos para decir sus sentimientos.

Era frustrante observarlo, así que los ciudadanos hicieron un pacto silencioso de meter las narices tanto como sea posible.

Por supuesto, todos ellos eran concientes que no podían forzarlos a nada y entrometerse directamente sería contraproducente, por lo que optaron pro una ayuda más sutil.

"¿Llegó el carruaje de los condes?"

Al final, resultó que su ayuda nunca fue necesaria, esos dos pudieron dar el siguiente paso por si solos.

"¡Conde, condesa! ¡Felicidades por su regreso!"

"¡Condes!"

"¡Felicidades por su regreso seguro!"

Debido a esto, los residentes del territorio frontera estaban inevitablemente emocionados y eufóricos, listos para darles las buenas noticias a sus señores. Sin embargo…

"¡Hijo!"

El conde grito emocionado cuando vio a su hijo. Lloyd, que tenía un rostro sombrío, se acercó a su madre sin dirigir una mirada a si padre.

"… Lloyd. "

"Mamá… " Levantó la mirada. "Tengo que hablar contigo."

Silencio.

El encuentro entre padres e hijo, que debería de haber sido emocional, arruinó por completo el estado de animo del territorio frontera.

¿Que es esta reacción fría? Fue un pensamiento colectivo que, tras un shock inicial, golpeó a los residentes del condado frontera. La condesa está aquí, ¿Porque el joven Lloyd luce tan serio?

Incluso el conde, que normalmente muestra un rostro lleno de amabilidad y compresión, estaba congelado por la sorpresa.

"Lloyd, ¿Que esta pasando?"

"No es nada papá, solo nescesito hablar con mi madre."

Nadie entendía que estaba pasando. Pero los involucrados no parecían tener la intención de hablar frente a todos.

"No, por eso, lo que estoy preguntando… "

"Papá."

¿Por que sigues interfiriendo? Ante la fría voz de Lloyd, que no se había dirigido a el de ese modo en mucho tiempo, el cuerpo del conde se congelo.

Sin agregar más,, Lloyd volvió su mirada hacia la condesa. "Mamá, ¿Nos vamos?"

Diferente a hace unos meses, cuando su rostro era como al dirigirse a ella, Lloyd no se mostró ni sereno mientras extendía su mano hacia su madre. No parecía dispuesto a retroceder.

En sus ojos claros, una extraña urgencia se extendía en tiempo real, devorando su razón propia.

La condesa estaba segura de que no habría una manera de seguir fingiendo ignorancia.

En secreto, su mano se movió hacia la esquina cierta ventana traslúcida que brillaba discretamente frente a sus ojos y con un movimiento, lo elimino. Cómo si nunca hubiera existido.

Como No Amar a Ese feo Joven MaestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora