33.Muerdago.

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Draco Malfoy.

Si, mis labios se queman y ruegan a gritos que los junte con los tuyos, pero no puedo.

_______ Stone.

La Navidad estaba a la vuelta de la esquina, junto con ella los adornos que Hagrid solia poner en el árbol de Navidad que arrastraba desde el bosque se veían hermosos, había muerdago en todas partes, aunque muchos no tenían a quien besar, incluyendo me, Harry, quien últimamente era muy cotizado por las chicas, siempre era acorralado por una chica con un muerdago sobre ella, pero por lo que se no había besado a nadie.
En cuanto a Ron, el no me hablaba, estaba muy ocupado equivocandose de boca cada vez que besaba a lavender.
Y cada vez que podía arruinada su momento asqueroso haciendo sonidos como si fuera a vomitar, normalmente era cuando yo estaba con Harry y Ron llegaba con Lavender por detrás.
Hermione tampoco le hablaba, Harry se encontraba de nuevo entre la espada y la pared y esta vez yo no podía ayudarle, porque creo que yo era la espada.
Tenía que dividirse el tiempo que compartía con sus amigos, con Ron entre clases, con Hermione en la biblioteca, pero nunca juntos, porque no podían ni verse, por mi parte me daba igual estar cerca de Ron, era satisfactorio hacerlos enojar (a él y a lavender) y que los dos me mirarán con furia.

-Él tiene toda la libertad para besar a quien quiera que a él le guste,-dijo Hermione, mientras la bibliotecaria, la señoraPince, rondaba los estantes detrás de nosotros.-No me podría importar menos.- Levantó su pluma y remarcó tanto el 'no' que dejó un orificio en su pergamino.

Harry no dijo nada.

-Bien- me levante cansada- Debo...

-Escapar- susurro Harry.

Hermione lo miro extrañada.

-Iba a decir irme, pero últimamente esas palabras me suenan similares, Adiós- me despedí de ambos y salí.

practicamente iba saltando, el frio me hacia recordar que pronto estaria en la madriguera, enserio quería pasar tiempo con mis gemelos, Hermione probablemente no iría estas vacaciones, y eso me ponía triste. La primera vez que iré y no va ella, todo por culpa del estúpido de Ron.

Una ráfaga de aire hizo volar mi cabello haciéndome sentir totalmente congelada, cerré mi abrigo y seguí caminando, no sabía muy bien a donde me dirigía, pero el camino y la soledad lo hacían todo placentero, claro sin mencionar el frío.

Me gustaba observar los adornos, Hagrid había hecho todo muy bien, el árbol de Navidad de el gran comedor Lucía de lo más Hermoso, sin mencionar las velas dentro de las armaduras.

Ya estaba por el séptimo piso, mire hacia arriba, una pequeña planta crecía sobre mi.

-Muerdago- me dijo algo inquieto y concentrado.

Lo mire muy seria, no lo había visto en mucho tiempo, lo observe como si no lo conociera, con una mirada cada vez más apagada, el miraba la pequeña planta que ya había terminado de crecer sobre mi, después me miro y me dedico una leve sonrisa llena de fragilidad.

Yo también mire aquella planta, era bella.

-Si- me encogi de hombros- Es bella.

El camino hacia mi.

"Oh no Malfoy, no me besaras"

Comencé a caminar para evitar aquella incómoda situación para mi, escuche el crujir de la planta siendo arrancada y alguien tomó mi brazo haciéndome girar para por fin tenerlo frente a mi, cerca, podía ver más perfectamente aquellas ojeras, aquel color rojo que levemente daba color a sus ojos, dando señal a que el no había dormido muy bien, ese gris profundo, su pálida piel brillando bajo la luz que nos proporcionaban los caladeros de fuego y para finalizar, esos labios que me decían a gritos que querían tocar los míos y fundidnos en un profundo beso.

Volví a sus ojos, en ellos se reflejaba la tristeza.

Draco levantó su brazo para que así la pequeña plantita quedara sobre nosotros, alce la vista para verla, el también la veía, de nuevo aquellas cosquillas inundaban mi estómago, y la naturaleza inundaba mis mejillas de un color escarlata, los nervios corrían por mis venas haciendo erizar mi piel, baje la mirada para verlo, el aún miraba la plantita que era sostenida sobre nosotros.

-Muerdago- dijo de nuevo mirándome.

Sonreí nerviosa.

-Si- dije apenas audible a causa de los nervios.

Parecía no poder controlarme era la primera vez que me ponía así de nerviosa.

-¿Te puedo besar?- me pregunto.

Sus ojos se iluminaron y sus mejillas se tiñieron con un Rosa leve haciendo que el mío se intensificará, las náuseas llegaron a mi, sentía que en cualquier momento mi cuerpo dejaría de responder, era débil, demasiado débil ante sus encantos, mi cabeza daba vueltas y mis ojos no sabían a donde mirar, se debatían entre sus ojos y sus labios.

No contesté.

-Mi brazo se canza- mire de nuevo hacia arriba.

Draco aún tomaba mi brazo, lo mire también, justo en el momento en el que el recorría mi brazo hasta llegar a mi mano entrelanzandola junto con la suya, levanté la mirada dándome la sorpresa de que el también miraba nuestras manos.

-S...si- le dije, volviendo a mirar nuestras manos, deseando con toda el alma y con el corazón en la mano que no me estuviera equivocando, que el no me estuviera mintiendo.

El sonrió, lo pude sentir, tomo mi mentón y levantó mi cabeza para así poder verme, acercó lentamente su cara hacia mi, juntando sus labios con los míos, haciéndome sentir que ya lo necesitaba, levante la mano posandola en su hombro, el apretó su mano sobre la mía, aún sostenía mi mentón, fuego corría por mis venas, no podía corresponder, los nervios me invadian, lentamente el tomo el control, jugueteando con mis labios y sonriendo de vez en cuando, nuestras manos se transmitían electricidad mutuamente mientras que nuestros labios eran dos llamas llenas de un fuego intenso, cerré los ojos tratando de disfrutar el momento aunque era más que placentero.

Me separe de el mirando al primer abrir de ojos ese fuego reflejado en aquellos ojos grises, como si la leña de la chimenea encendida de la sala común estuviera dentro de ellos, sonreí recargando mi frente junto a la suya, el bajo la mano de mi mentón y tomó la que yo posaba en su hombro entrelanzandola también.
Ahora estábamos ambos muy cerca con las manos entrelazadas, se hacerco a mi sonriendo fundiendo nuestros labios en otro cálido beso, yo ya no sentía frío, sus cálidos labios habían llenado todo mi cuerpo de calor, estaba segura de que esta vez, hasta había contagiado de ese calor a su frío corazón.

Sonreí después de separanos de ese segundo beso, mire nuestras manos, el me soltó una mano y luego miro la otra que aún sostenía, sonrió y posó su mirada en mi, yo también sonreí, nos quedamos un buen rato así, mirándonos.

Estaba segura ahora de algo...no había tomado la decisión incorrecta.

Obligada. (Draco Malfoy) [Libro#1] °En Edición°.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora