70.Despedida sin Adiós.

10.9K 687 61
                                    

Para alguien.

De nuevo comenzaba aquella brisa tan especial, la que te envolvía el cuerpo y no te dejaba ir, la brisa que más me encantaba, te escribo porque se que necesitas de mi, porque se que yo necesito de ti y porque sólo Merlín sabe cuanto nos necesitamos.

Después de tanto insistir al fin se había quedado quieta, parecía asustada mientras sollozaba cerca de la ventana, Blaise tomó un pañuelo y se lo entregó torpemente, Ella lo tomó sin rechistar y mirando de nuevo la ventana se limpió las lágrimas.

Hoy se sentía más inútil que nunca, porque realmente hoy lo era.

[.]

El sudor que le corría por la frente parecía estar tan frío como sus manos, sintió una mano tomar su hombro con fuerza y empujarlo lejos de ahí.

Todo había pasado tan rápido, ¿pero ahora que seguia?.

No podía hacer nada más que pensar en aquellos ojos, aquella mirada más asustada que otras veces, todos sus recuerdos se cruzaron por su mente pero ahora no podía hacer nada, confiaba que su plan había salido perfectamente bien y ahora ella estaba con Blaise, pero si no era así, entonces ella correría demasiado peligro.

Pero aquella mano volvió a empujarlo con fuerza haciéndolo reaccionar con furia.

-¿Que le sucede?.

-No caminas.- le dijo firme.

-Voy a caminar cuando yo crea que tenga que caminar.

-Tendrías que mostrarme más respeto Malfoy...

-No veo porque- dijo indiferente, sentía la sangre correr por todo su cuerpo y la impotencia lo hacía pensar que era un cobarde por no haberse atrevido.

Claro que sabía porque.

-Acabó de salvar tu trasero.

-Yo no le pedí que me ayudará, lo tenía todo bajo control.

Pero Snape ya no dijo nada, sabía muy dentro de si, que estaba igual o más asustado que Draco, claramente los dos se complementaban en ese sentimiento y al mismo tiempo se odiaban.

-¡Desmaius!- A lo lejos, Harry apuntaba a Snape y un chorro de luz roja salía de su varita fallando el tiro.

Snape gritó

-¡Corre, Draco!-y se volvió. A veinte metros de distancia, Harry y él se miraron el uno al otro antes de alzar simultáneamente las varitas.

-¡Cruc...!-

Pero Snape detuvo el maleficio tirando a Harry de espaldas antes de que pudiera completarla. Harry rodó sobre sí
mismo y se revolvió, levantándose de nuevo mientras el enorme mortífago a sus espaldas vociferaba '¡Incendio!'.
Harry oyó una explosión y una danzarina luz naranja se derramó sobre ellos, la casa de Hagrid estaba en llamas.

-¡Fang está ahí dentro, malvado!- rugió Hagrid.

-¡Cruc...!- gritó Harry por segunda vez, apuntando a la figura que se veía ante él, iluminada por la bailarina claridad de las llamas, pero Snape bloqueó de nuevo el hechizo. Harry podía verlo burlándose.

-¡Maldiciones Imperdonables de ti no, Potter!- vociferó más fuerte que el rugir de las llamas, de los aullidos de Hagrid y de los gemidos salvajes del atrapado Fang. -No tienes el temperamento ni la habilidad.

-¡Incarc...!-bramó Harry pero Snape desvió el hechizo con un toque de su varita desganadamente. -¡Pelea conmigo!.-le chilló Harry.- ¡Pelea conmigo, cobarde...!.

-¿Me has llamado cobarde, Potter?-aulló Snape. -Tu padre jamás me atacaba a menos que fueran cuatro contra uno...
Me pregunto cómo deberías llamarlo...

-¡Desma...!-

-¡Te bloquearé una y otra vez hasta que aprendas a callarte y a cerrar la mente, Potter!- dijo despreciativamente Snape
desviando el maleficio una vez más. -¡Ven ahora mismo!- gritó al enorme mortífago que estaba tras Harry. -Debemos
irnos, antes de que el Ministerio aparezca.

-¡Impedi...!- pero antes de poder terminar su maldición, un dolor atroz alcanzó a Harry. Se dobló sobre la hierba.

Oyó que alguien vociferaba, sintió que iba a morir de agonía, pensó que seguramente Snape lo torturaría hasta la muerte o
la locura...

-¡No!- rugió la voz de Snape y el dolor cesó tan súbitamente como había empezado. Harry estaba en el suelo, encogido, agarrando su varita y temblando. En algún sitio, sobre él, Snape gritaba
-¿Has olvidado nuestras órdenes idiota?, Potter pertenece al Señor Oscuro. Debemos dejárselo a él. ¡Vamos! ¡Vamos!.

Y Harry sintió el suelo estremecerse bajo su cara, mientras los hermanos y el enorme mortífago obedecían corriendo hacia las puertas.

Harry pronunció un inarticulado gemido de furia. En ese instante, le daba lo mismo vivir o morir.
Se alzó de nuevo hacia Snape, el hombre a quien ahora odiaba tanto como al mismo Voldemort.

-¡Sectum...!- Snape agitó su varita y repelió de nuevo el maleficio, pero Harry estaba ahora a sólo unos pasos y pudo ver
claramente, por fin, la cara de Snape. Ya no estaba despreciativo o burlón, las ardientes llamas mostraban un rostro lleno de furia. Reuniendo todos sus poderes de concentración, Harry pensó

-¡Levi...!.

-¡No Potter!- gritó Snape.

Se oyó una explosión muy fuerte y Harry fue arrojado sobre sus espaldas, golpeándose muy
fuerte contra el suelo, una vez más y perdiendo además la varita. Podía oír las voces de Hagrid y los aullidos de Fang
mientras Snape se le acercaba. Lo miró desde arriba, mientras estaba tumbado, sin varita e indefenso, como había
estado Dumbledore. El rostro pálido de Snape iluminado por la ardiente cabaña estaba asfixiado de odio, igual que antes de maldecir a Dumbledore.

-¿Te atreves a utilizar mis propios hechizos en mi contra Potter? Los inventé yo... ¡Yo, el Príncipe Mestizo! ¿Y utilizarás mis invenciones contra mí como hizo tu asqueroso padre, verdad? No lo creo.... ¡No!.

Harry había saltado hacia su varita. Snape lanzó un maleficio contra ella y la hizo volar varios metros hacia la oscuridad y fuera de su vista.

-¡Mátame entonces!- jadeó Harry, que no sintió miedo ante la idea, sólo furia y desdén. -¡Mátame como lo mataste a él, cobarde!.

-¡NO...-gritó Snape con su rostro súbitamente demencial, inhumano, como si sufriera tanto como el gimoteante y
aullante perro atrapado en la casa incendiada a sus espaldas -...ME LLAMES COBARDE!.

Y acuchilló el aire. Harry sintió que algo blanco y cálido, semejante a un látigo le golpeaba en la cara y fue derribado
hacia atrás. Manchas de luz brillaron ante sus ojos y por un momento fue como si hubiera perdido todo el aliento de su
cuerpo. En ese momento oyó un batir de alas sobre él y algo enorme oscureció las estrellas. Buckbeack volaba hacia
Snape que se tambaleó hacia atrás cuando las garras rapaces y afiladas se clavaron en él. Mientras Harry se incorporaba hasta sentarse, aún confuso por el último golpe de su cabeza contra el suelo vio a Snape correr tan rápido como era capaz y a la enorme bestia que chillaba como Harry jamás le había oído chillar aleteando tras él.
Harry se inclinó hasta el suelo buscando su varita aún atontado, deseando poder continuar la caza....

[.]

Draco permanecía sentado en aquella piedra, esperaba a que Snape apareciera mientras pensaba en que pasaría después, ahora que Dumbledore estaba muerto.

Pero entonces escucho un chillido, y pronto observó a Snape correr con aquella bestia que lo había lastimado años atrás, Buckbeack, en cuanto Snape lo había alcanzado, al llegar a los límites del colegio pudieron desaparecer.

Ahora estaba seguro de que no la volvería a ver.


Obligada. (Draco Malfoy) [Libro#1] °En Edición°.Where stories live. Discover now