36.Fiesta de Navidad.[2/3]

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-oh, Hola Zabini- tomé su mano para levantarme y acomodar mi vestido.

-¡Vaya!- sacudió sus pantalones.- no esperaba encontrarte aquí, ya voy tarde.

Zabini vestía con un traje, sobre el traía una túnica negra muy elegante, olía muy bien, y su cabello estaba peinado en un copete, era moreno y el traje lo hacía resaltar haciéndolo ver más guapo.

-Yo también- termine de acomodar mi túnica.

Divice detrás de el, no había otra persona.

-¿Que pasa?- miro también.

Lo volví a mirar algo extrañada, tal vez su pareja lo esperaba.

-Tu pareja... no esta.

-Oh- sonrió avergonzado- No tuve tiempo de invitar a alguien- se encogió de hombros y metió sus manos a sus bolsillos.

-¡Genial!- exclame emocionada.

Fruncio el entrecejo y me pregunto:

-¿Genial?.

-Si- dije aún con ese tono emocionado.

-Esta bien, si tu lo dices...

Jamás en mi vida había hablado con Zabini.

-Podemos ir juntos- mire el suelo apenada- Ya sabes, como amigos.

-Ah- dijo comprendiendo- ¡Claro!.- accedió.

-¿Como te llamas?- le pregunté impertinente, ya que no venía al caso, pero no sabía su nombre y era la oportunidad para hacerlo.

Sonrió mostrandome aquella sonrisa tan Blanca.

-Blaise, Blaise Zabini.- volvió a sonreír.- ¿vamos?- me ofreció su brazo.

-Claro- lo tome sonriendo ante su caballerismo.

era muy coqueto y risueño, pero sobre todo respetuoso y de eso me había dado cuenta tan solo en el camino hacia el salón.

La oficina de Slughorn estaba mucho más grande que el estudio del maestro usual. El cielo raso y las paredes habían sido encortinadas con esmeralda, acarminada, y las ejecuciones en la horca de oro, a fin de que miraran como si todo el
interior fuera una tienda de campaña vasta. El cuarto estaba abarrotado y mal ventilado y bañado en una luz roja de
una lámpara de oro adornada meticulosamente colgando del centro del cielo raso en el cual reales hadas revoloteaban,
dejando cada una una brillante mota de luz. El canto fuerte acompañado por lo que sonó como a los mandolines
emanó de una esquina distante; Una neblina de humo de la tubería estaba suspendida sobre varios hechiceros metidos
en años profundos en la conversación, y un montón de duendes domésticos manejaban las bandejas de plata pesadas de comida que cargaban, a fin de que se parecieran a mesitas flotantes.

-Esto es precioso- dije más para mi misma.

Todo estaba muy bien arreglado y diseñado de una manera que lo hacía ver más elegante de lo normal.

-Lo se.

Aún tomaba su brazo, Blaise era por lo mucho más alto que yo, pero me iba bien, así las zapatillas que llevaba no lo hacían ver más bajo que yo.

-Oh, Joven Zabini, señorita Stone, es un gusto que estén en mi fiesta, no sabía que salian- se acomodo el poco cabello que tenia.

Me sonroje un poco.

-No... yo... no salimos- dije por fin.

-El gusto es de nosotros- Dijo Zabini con un tono de voz más seguro y elegante que la fiesta.

Obligada. (Draco Malfoy) [Libro#1] °En Edición°.Where stories live. Discover now