Capítulo 11

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Gibson no volvió de Londres porque sí. Quería volver y recuperar lo que era suyo. Ella. Su querida Irene. Había hecho el esfuerzo de irse para que su madre no estuviera sola tras el divorcio, pero echaba muchísimo de menos al resto de su familia y sus amigos. Además, le partió el corazón ver la cara de Irene cuando él le dijo que se tenía que ir, ya que ambos se gustaban.

La verdad es que pudo haber elegido si quedarse o irse, y él prefirió irse. Quería volver a su tierra natal poder volver a retomar la amistad con sus amigos de la infancia y empezar una nueva vida, pero no quería dejarlo todo de un día para otro, y más siendo su último año de secundaria. Él quería irse a Londres una vez terminados los estudios, pero su madre estaba realmente mal tras el divorcio y necesitaba compañía, así que se sacrificó y se fue con ella, renunciando a todo.

Pero en Londres no había encontrado la tranquilidad. Sí que había visto a sus amigos de la infancia, pero todos habían cambiado mucho y no encajaban. Además, los sistemas educativos de ambos países eran totalmente diferentes, y no consiguió adaptarse. Se había quedado hasta fin de año para complacer a su madre, pero la mujer se dio cuenta de que su hijo no estaba bien, así que dejó de ser egoísta y dejó que el chico volviera, con la condición de que la visitara en las vacaciones y se vieran por Skype. Además, la mujer sabía que el chico quería volver para probar suerte con esa chica que tanto le gustaba.

¿Y qué se encontró cuando llegó? Con un odioso ruso que le estaba chafando los planes. Odiaba aquel rubio des de el primer momento que le vio, en la cafetería con su Irene.

Y lo peor fue aquel jueves por la mañana.

-Buenos días, Irene.-la saludó cuando llegó.

-Oh, hola, Gibson. ¿Cómo estás?

-Bien, me preguntaba si te apetecería quedar mañana... Para ponernos al día, ya sabes.

-Lo siento, mañana ya he quedado...-Andrei, que estaba al lado de la chica, sonrió malicioso.

-Ah, pues... Dime tú cuando te va bien.

-¿Qué te parece esta tarde? Tendrá que ser cuando salga del repaso, si te parece bien.

-Oh, no sabes tú lo bien que me parece.-sonrió triunfante mientras Andrei se mordía las uñas rabioso.

-Pues... ¿Qué te parece si a las seis y media nos vemos en el Starbucks?

-Perfecto, Irene. Nos vemos allí a las seis y media.

Andrei le fulminó con la mirada, pero Gibson no le hizo caso. Sonrió contento y entró. Sus amigos le acorralaron en el piso de arriba:

-Eh, ligoncete, ¿has quedado con Irene?

-Sí, si tú supieras... Y se lo he dicho delante del ruso. -sonrió maliciosamente.

-Oh, toma ya, púdrete ruso.-soltó uno de los chicos.

-Sí, se cree tan listo de poder llegar y quitarme la chica así, sin más, está muy equivocado. Si la quiere, que luche por ella.

-Eso es, Gibson. Bueno, vamos a clase.

Andrei no estuvo atento a las clases en todo el día. Estaba pensando en cómo chafarle la cita a Gibson. Luego habló con Carlos sobre ello.

-¿Quieres que aparezca allí y me acople a ellos?

-¡Sí! Por favor, eres mi mejor amigo, ¡los amigos se ayudan entre ellos!

-Pero esto es demasiado. Como Irene se entere...

-No se enterará. Por favor. ¡Ya lo tengo! Puedes quedar con Cristina a la misma hora y al mismo lugar y cuando los veáis, la convences para que...

-Vaaaale, pesado, voy a hablar con Crsi.-Carlos se acercó a Jenn, que estaba con las demás chicas.

-¿Qué pasa, Carlos?

-Cristina, me gustaría hablar un momento contigo.-se separaron del grupo de chicas:

-¿Pasa algo?

-Me preguntaba si... ¿Quieres quedar esta tarde conmigo? Podemos ir al Starbucks que hay en la plaza.

-Oh, es... Fantástico. Iré encantada.

-¿Qué tal a las seis y media?

-Vale. Qué ilusión!-ella le abrazó y el chico volvió con Andrei.

-¿Ha aceptado?-Carlos asintió.

-¡Toma ya! ¡Gracias! Mira, cuando os acopléis, convéncelos para ir al puente, allí os encontraréis casualmente conmigo.

-Muy listillo. Venga, va. -Andrei sonrió emocionado. Ahora, a convencer a Anny:

-Hermanita, tú sabes que te quiero mucho, ¿no?

-Mira, cuando me dices eso es que quieres algo. ¿Qué? -preguntó, mosqueada.

-¿Qué te parecería ir conmigo al puente esta tarde?

-¿Para qué?

-Por favor.

-Vale, pero dime para...-no tuvo tiempo de terminar la frase, Andrei se fue sonriente en busca de Irene. Anny aprovechó la ocasión para pedirle una cita a Toby.

Aquella tarde, Irene fue al repaso. No le gustaba ir sola por la ciudad, le daba un poco de miedo, pero aun así tuvo que ir. Antes pasó por la tienda de material escolar y se compró una carpeta nueva, ya que la que tenía era muy vieja. Se encontró ni más ni menos que Jony, el ex de Cristina:

-Oh, Irene, hacía tiempo que no nos veíamos. ¿Qué tal todo?

-Bien, gracias. ¿Qué tal tú?

-Mira, voy tirando, aunque echo de menos a mi Cris. ¿Cómo está? ¿Tiene novio?

-Eh... Bueno... Ella... Tiene "algo" con un amigo, pero por lo demás está muy bien.

-¿Podrías darme su número? Me gustaría hablar con ella un rato.

-Claro.-le dio el número de Jenn y el chico lo guardó encantado. Ella se dio cuenta de que de fondo de pantalla aún tenía una foto de él y su amiga de cuando estaban juntos.

-Bueno, tengo que irme. He ido a comprarme una libreta y ahora tengo que ir a entrenar. Ha estado bien volver a verte.-se despidió el chico contento y se largó.

Irene compró una nueva carpeta y fue al repaso. No tenía ganas de hacer deberes de mates, pero el profesor la ayudó y pudo terminar rápido. Abrió su libro y se encontró con una notita que Andrei le pasó en clase. Andrei... Aquel alumno nuevo que le ha cambiado la vida. Le encantaba estar con él, era un cielo. "¿Qué debe de estar haciendo ahora?", pensó.

No se imaginaba que Andrei estuviera pensando lo mismo de ella, y que al mismo momento, estaba preparándose para "el gran encuentro".

El Alumno NuevoWhere stories live. Discover now