Capítulo 14

474 41 5
                                    

Irene tenía tantas ganas de ver a Andrei aquella tarde. No se mudó demasiado, porque si tenía que ir entrando y saliendo de emprovadores sería incómodo. Se encontró a las seis con un Andrei muy guapo que la recibió contento.

-¿Preparado     para una tarde de compras?

-Preparado.     Será muy interesante.

-Bueno...     Supongo. Vamos.

Primero fueron en las tiendas más caras, dónde Andrei se mareó de ir dando vueltas todo el rato por los mismos sitios. Detestaba las tiendas, creía que era una auténtica pérdida de tiempo. Ella también pensaba lo mismo, y sabía que era una tortura para los dos, pero tenía que hacerlo o su madre le iba a comprar la ropa que ella considerara que le quedaba bien a su hija.

-¿Enserio     tengo que estar dando vueltas por ahí otra vez? Hemos pasado ya unas 500     veces.

-Andrei...     Te dije que si no querías venir te quedaras.

-No,     no. Yo contigo.

-Bien.     Vamos a Springfield y Shana.

-Y     esto está en...

-La     otra calle.

-Bueno,     mejor, antes hemos tenido que travesar toda la ciudad. –se quejó. Llegaron     a Springfield. Irene se distrajo mirando unas tazas y libretas de postres.

-Sandra me regaló una libreta de esas por Navidad. Es muy buena vecina. –miró a Andrei,     quien estaba asqueado.- Si quieres algo, no te cortes y dímelo.

-Quiero     que te compres esta falda de ahí.

-No me     la compro ni loca. Eso no es una falda ni es nada.

-Te     quedaría muy bien.

-Ya... Básicamente     porque no cubre nada.

-Por     eso. -ella le pegó en el brazo levemente.

-Pervertido.     ¿Qué te parecen esos conjuntos?

-Me     encantan. Estarias divina con eso.

-Ironías     no, gracias. Mentias menos.

-No     miento. Es la verdad.

-Andrei,     basta.-estaba roja como un tomate.

-Que     no te quieras creer que eres preciosa no quiere decir que no lo seas.

-Vale,     Andrei. Lo que tú digas. Voy a probarme esto, ¿tú que harás? Porque no te     dejaré entrar conmigo.

-Me     quedo afuera vigilando. –dijo y la chica entró.

Andrei sacó su móvil y empezó a ver los mensajes que tenía. Uno de Carlos.

-¿Qué     quiere ahora?-se preguntó en voz alta mientras leía el mensaje.

Carlos le decía que Cris le había hecho un regalo precioso y que él no le había hecho nada, y se sentía mal por no haberla correspondido. Andrei le dejó en visto y guardó el móvil en su bolsilllo mientras esperó a que Irene terminara cuando los vio.

Toda la pandilla que le hacía bullying en el anterior instituto. Ahí, en la misma tienda. A pocos metros de él. Si le pillaban, sería su fin. No se lo pensó dos veces y se coló en el vestidor de Irene, quien casi le da un infarto cuando le ve:

-¡Andrei!     ¡Cómo te atreves!

-Calla,     Irene, por favor.

-¡Estoy     en ropa interior! ¡Cómo quieres que no chille!

El Alumno NuevoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu