Capítulo 31

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Irene recibió un mensaje de Mery diciéndole que vendría esa semana. A Irene le encantó que se lo dijera, tenía muchas ganas de verla en persona de una vez por todas. Andrei la ayudó a prepararlo todo para la gran llegada.

Las dos chicas se conocieron en un foro para escritores hacía unos años, y nunca habían dejado de hablarse. Con el tiempo se hicieron muy buenas amigas, e incluso se habían visto por Skype y se habían mandado cartas. Las dos se querían mucho, y siempre que intentaban quedar, algo pasaba y no podía ser. Por suerte, una vez Rachel terminó secundaria estuvo totalmente libre y pudo organizar un pequeño viaje para ver a Irene y conocerla en persona. La chica pasaría el fin de semana en casa de Irene y ella le enseñaría la ciudad y le presentaría a sus amigos.

Fue una semana realmente loca. Los exámenes les estaban ahogando, pero por suerte el viernes terminaron con esa tortura y al fin pudieron respirar. Andrei notaba a Irene nerviosa y feliz, y eso le gustaba. Él no vería a Mery hasta el sábado por la mañana, pero tenía ganas de conocer a la tan misteriosa amiga de Irene. Irene siempre le hablaba muy bien de la chica, y era muy guapa. Por lo visto, era una estudiante brillante y una escritora bastante buena, ya que sus novelas tenían millones de visitas, votos y comentarios en el foro. Irene tenía un poco de envidia porque sus novelas no tenían tantas visitas. Andrei quiso registrarse en el foro este para ver qué escribía Irene, y no le disgustó para nada, al contrario. Le gustaban las novelas de Irene a pesar de no ser un apasionado de la lectura, y terminó enganchado a sus escritos. Se dio cuenta de que muchos contenían partes personales de la vida de la escritora, al igual que muchos personajes se parecían psíquicamente a sus amigos, e incluso a él mismo.

La noche anterior a la visita de Mery, Irene preparó la casa para el gran encuentro. La pareja dormiría en la habitación de invitados, la cual reservaban para cuando venían familiares. No era un cuarto muy grande, pero lo suficientemente espacioso como para que cupiera una litera de dos y tuviera ni que fuera un armario y una mesilla de noche. Algunas veces fue usado como cuarto para el perro, pero al final tuvieron que dejarlo estar porque Tanner se pasaba el día en el sofá.

Irene tenía tantas ganas de ver a su amiga. Mery le envió un mensaje diciendo que estaba a punto de llegar y la chica se arregló un poco mientras sus padres terminaban de limpiar la casa. A las ocho, Irene se fue a la parada de autobuses, deseando que llegara el autbús procedente de Lleida, en donde iban Mery y su novio después de hacer varios transbordos des del país Vasco. Se sorprendió al encontrarse a Andrei allí. Le dio un abrazo, sorprendida, mientras exclamaba:

-¡Andrei!

-Buenas noches, Irene. Quería hacerte compañía un rato. -estuvieron charlando hasta que el autobús se detuvo.

Vieron pasar a la gente hasta que bajaron un chico altísimo, de pelo negro y ojos azules y una chica también alta, con el pelo castaño ondulado y vestida con un elegante mono azul. Irene corrió hacia ella y le dio un tremendo abrazo:

-¡Mery!

-¡Irene!-las dos se abrazaban bajo las atentas miradas de los dos chicos.

-¡Qué ilusión! ¡Tenía tantas ganas de que llegase ese día!

-¡Y yo! Mira, te presento a mi novio Heyden.-el novio de Mery le dio dos besos a Irene mientras Andrei no decía nada, estaba un poco cortado.

-Parejita, él es mi amigo Andrei.

-¡El famoso Andrei! Encantada, soy Mery.

-Hola.-dijo él tímidamente.

-Tengo hambre, el viaje ha sido agotador pero ha valido la pena-dijo Heyden.

-Yo también tengo hambre. -se quejó Andrei.

-Ahora vamos a casa. Andrei ha venido expresamente.

-Pues le acompañamos a casa y luego vamos a la tuya.

-Sí, gran idea.

Los cuatro hicieron el camino de vuelta a casa hablando animadamente mientras todos se daban a conocer un poco y rompían el hielo. Cuando llegaron a casa de Andrei, el ruso se despidió de Irene con un abrazo y entró en casa, cuando de repente alguien quiso cotillear.

-¡Hermanito! ¿Me presentas a tus amigos?

-Anny... Qué inoportuna eres.-se quejó Andrei. -Bueno, te presento a los amigos de Irene, Heyden y Mery. Chicos, ella es mi hermana Anny, la reina cotilla.

-¡Hola Anny!-saludó la vasca con una sonrisa.

Anny hizo lo mismo, y entablaron conversación. Heyden, Andrei e Irene parecían decoración. Las chicas hablaron durante un buen rato hasta que la señora Orlov les interrumpió:

-Hijos, hay que cenar. Buenas noches, siento interrumpir la conversación.

-Tranquila, ahora nos vamos.-dijo Irene con una sonrisa. Se despidieron y marcharon.

Una vez en casa, Irene presentó los invitados a su familia y les dejó un rato para que dejaran sus cosas en el cuarto de invitados. No se podía creer que Mery estuviera en su misma casa, pasando un par de días con ella. Era un sueño hecho realidad.

Después de haber dejado las cosas en su sitio, la pareja se fue a cenar con Irene y sus padres mientras hablaban del viaje. Se pusieron al día y los padres de Irene pudieron conocer bien a sus dos invitados, quienes comían con muchas ganas. El viaje había sido larguísimo y agotador, y tanto Heyden como Mery quisieron irse a dormir temprano aquella noche.

Irene se fue a dormir un rato más tarde, después de hablar con Andrei un momento por WhatsApp para contarle las novedades. Seguía sin creerse que su mejor amiga virtual estuviera allí. No se podía llegar a imaginar que esos pocos días que estaría Mery en la ciudad serían tan intensos, y es que la chica iba a revolucionar toda la pandilla sin quererlo.

Rachel estaba contenta de estar por fin en Híbera. No era una ciudad muy grande, pero tampoco le desagradaba. Tenía un aire mediterráneo que le reconfortaba. Tenía ganas de ver la ciudad junto a Irene y poder conocer todos sus amigos, de quienes la chica le había hablado muchísimo.

El Alumno NuevoWhere stories live. Discover now