15.

2.8K 523 328
                                    

V i e r n e s • 5:08 PM

Michael caminaba tomando la mano de Luke por el largo pasillo del centro comercial, la madre de Michael seguía a ambos por detrás, sonriendo por lo emocionado que se veía su hijo al lado de Luke.

— ¿Podemos ir por un helado? —preguntó Michael a su mamá. Esta asintió y le extendió un billete a su hijo.— ¿No me acompañarás?

— Es tu cita, yo sólo los cuidaré de lejos. Las citas son para conocer más de la persona, pero si ya la conoces solo queda pasar un tiempo agradable. —revolvió el cabello de Michael y este asintió corriendo con Luke a la tienda de helados.

Jessica los veía de lejos, observando como Michael se ponía de puntitas en el mostrador para ordenar mientras le preguntaba a Luke que querían, se sentó en un banco fuera del establecimiento donde los niños estaban. Michael eligió una mesa a un lado de la ventana, desde donde saludó a su madre emocionado y articulaba con su boca un "¡estoy en una cita!"

— Mami dice que las personas van a citas para conocerse. —informó Michael tomando una cucharada de su helado de vainilla.

— Pero ya nos conocemos, ¿no es una cita entonces?

— ¡Sí lo es! Solo dijo que si ya nos conocíamos tenemos que pasar un buen rato. —sonrió probando un poco del helado de fresa de Luke.

— ¡Hey! —se quejó el pequeño alejando su helado de Michael.

— Lo siento, ¿me das?

— Lo pensa- ¡Michael! —se volvió a quejar cuando tomó otra cucharada.— Tienes helado en el rostro, acercate. —ordenó el menor. Michael gruñó acercándose a Luke y este limpió la mejilla de Michael con una servilleta.

— ¿Por qué eres como un adulto en pequeño? Súper pequeño.

— ¿Vas a seguir con que soy bajito?

— ¡Es que lo eres! Tu cabeza a penas toca mi mejilla.

— Estoy bien siendo pequeño. —bufó cruzándose de brazos.

No, no se sentía bien siendo pequeño.

— A mi me gusta que seas pequeño. —admitió Michael.— Cuando te abrazo puedo recargar mi cabeza sobre la tuya.

— Algún día voy a crecer.

— Pero igual yo seré más alto.

— ¿Quien lo dice?

— Yop.

Siguieron hablando de cosas que les venían a la cabeza, a veces se quedaban callados sonriéndose y tomando su helado, a veces tomando sin permiso el del otro.

Luke sonrió cuando logró robar más helado de Michael; la cuchara cayó de su mano cuando se percató de que no sabía la hora, se bajó de la silla y buscó frenéticamente alguien que pudiera decirle la hora.

— 5:55. —dijo la anciana y le sonrió. Luke retuvo su respiración por unos segundos.

— Gracias... —sacó todo el aire y se volvió a Michael. — ¡Me van a matar! No, no, no, no, se supone que máximo a las 5:50 tendría que estar en el auto y estoy a unos veinte minutos todavía y mamá se dará cuenta de que no salí con Clarissa y... ¡me van a matar! —lloró el pequeño rubio abrazando a Michael.

— ¿Qué tiene que ver Clarissa? —preguntó Michael molesto, si era lo que estaba pensando ahorcaría a Luke.

— Te digo después, vámonos, por favor, Mikey.

El mayor asintió, tomó la mano pequeña de Luke y lo guió a la salida, le explicó a la madre de Michael que tendría que irse y que lamentaba arruinar su cita.

Jessica rió al darse cuenta que Luke creía que ella era parte de la cita.

Y los tres estaban camino a la casa de Michael mientras Luke contaba la historia de como había terminado hablando con Clarissa.

— Ella cree que hoy iría con Clarissa, pero estoy aquí con ustedes. —finalizó Luke jugando con sus dedos. Michael apartó la otra mano del rubio y la reemplazó por la suya nuevamente, ambos jugaban con sus dedos.

— Creo que no deberías estar haciendo esto por quedar bien con todos, Luke. —opinó la señora.— Tu madre te quiere, quizás sólo no es muy afectiva, pero te quiere.

— Sí, todos dicen lo mismo. Pero al perro si le dice que le tiene cariño.

— Luke...

— ¡Ahí está! Rayos, rayos, rayos. —se quejó mirando por la ventana polarizada del auto de Michael.

— Michael, no salgas. —ordenó su madre, Michael intentó decir algo pero lo mandó a callar.— Te quedas hasta que ellos se vayan. Ahora iré a inventar una excusa y a hacerme pasar por tía o algo de la niña esa.

Bajó del auto y Luke estaba por hacerlo cuando Michael tomó su mano, se giró y lo miró confundido.

— ¿Somos amigos de nuevo? —preguntó Michael.

— Seguro. —sonrió Luke deslizándose por el asiento hasta la puerta. Se detuvo cuando bajó y le pidió a Michael que se acercara.

— ¿Qué?

Luke sonrió al ver a Michael al final del asiento, se levantó un poco usando sus manos y el asiento de apoyo y besó la mejilla de Michael suavemente.

— Te quiero.

Luke se fue, y a Michael no le importó que a penas besó su mejilla por unos dos segundos, tampoco que la puerta del auto se le había cerrado en la cara, estaba emocionado por todo lo que había pasado aquella tarde.

[•••]

Me sigo cuestionando de donde salió este fic.

M + LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora