49.

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— ¡Feliz cumpleaños!

Eso fue lo primero que Luke escuchó al despertar mientras que lo primero que vio fue a su hermana con un gorrito de cumpleaños en su cabeza y un pastelillo en la mano derecha saltando al rededor de su habitación.

— ¿Qué rayos...?

— ¡Feliz cumpleaños, Lukey! ¡No puede ser, tienes 10 ahora y...!

— Cumplo 13. —corrigió frotando sus ojos. El pastelillo cayó de la mano Karisma, dejándola confundida.

— No. Tienes 10, estás en cuarto grado, duh.

— Karisma, llevas diciendo que estoy en cuarto grado desde que voy a tercero. —reclamó el rubio cruzando sus brazos.— Estoy en séptimo.

— Soy una pésima hermana, no puede ser. —se regañó a si misma.— ¡No importa! Ahora, ten tu pastel de cumpleaños... Olvídalo, te compraré otro luego. ¡Mamá cocinó el desayuno!

¿Había algo diferente en ese día? Sí, y no era que Luke se sintiera más grande porque estaba seguro que no por ser su cumpleaños estaría más alto, sería más rubio o incluso más atractivo. Su hermana tampoco era algo nuevo, pues cada año hacía un espectáculo tras otro por esa fecha tan especial, le encantaba todo lo que Karisma hacía por él; aunque siempre iba acompañado de la típica historia de "Yo quería una hermana, pero estaba feliz de tener un hermano. Prácticamente tú cuentas como una niña, solo que eres mejor por no pedir mi ropa prestada."
Lo extraño estaba en que Luke no se sentía especial en su día, a pesar del primer intento de su hermana por hacerle ver que lo era. No se sintió como otros años que no podía dormir por la emoción y solo esperaba que alguien llegara a felicitarlo para despertar bien; ahora simplemente no le agradaba saber que estaba de cumpleaños. Tal vez había más de dos problemas que lo tenían distraído de que estaba cumpliendo años.

De verdad no quería disfrutar su día de cumpleaños con nada ni con nadie.

— ¡Feliz cumpleaños, cariño! —felicitó su madre abrazándolo con fuerza, se retiró extrañada de ver a Luke ya con su uniforme.— ¿Qué haces con eso puesto? Se supone que es tu día libre de escuela...

— No quiero perder clases. —dijo encogiéndose de hombros.— Podría tener algo importante hoy.

— Pero...

— ¿Puedes llevarme? Iré al auto.

Sin esperar respuesta pasó de largo por la cocina y fue directo al garaje para subir al auto de su madre, desde ahí escuchó un "¡Karisma! ¿Qué le hiciste a Luke ahora?" y a su hermana mayor defenderse de que no había hecho nada.
Poco después estaba en silencio camino a la escuela, estaba a punto de quedarse dormido pero no se lo permitía, solo subía el volumen del radio cada vez más para entretenerse; claro que su mamá estaba ahí para bajarlo como debía. Una vez que llegó, besó la mejilla de su madre y bajó del auto, corriendo en dirección a un grupo de niños que conocía de su salón, ignorando a Calum.

Sabía que Calum sabía de su cumpleaños mientras que esos compañeros no, y siendo que el no quería tocar ese tema de celebrar otro año entero de vida, se sentó tan alejado del moreno para esconderse, pues se suponía que el rubio no iría ese día así que podría pasar desapercibido.

Claro que no pensó en que la profesora pasara lista ese día y tuviera que levantar la voz para hacerse presente.

— Hemmings.

— Aquí.

— Oh, sí asististe, muy bien. Hood.

— ¡Presente, profesora, tengo un anuncio!

M + LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora