M + L

18.

Michael de adentró en el centro comercial de la mano de su madre, ella buscaba comprar alguna película para ver con su hijo durante la tarde ya que su esposo trabajaba hasta caer la noche.
Entró con ella a una tienda pequeña, la cual tenía dos paredes con cristales transparentes que daban una vista perfecta desde afuera hacia la tienda, había pequeños pasillos con películas, otros con discos, las paredes traseras eran grises y estaban llenas de pósters de bandas que él desconocía, guitarras que llamaron mucho su atención y varios álbumes de artistas que muchos consideraban geniales.

Decidió acercarse a la sección donde había discos; él no sabía mucho de musica, a decir verdad, solo tenía para escuchar la música de sus padres, y ni siquiera sabía el nombre de los cantantes o de las canciones, él solo cantaba como podía y no sentía necesidad de escuchar música; no era algo que le llamara la atención, sólo canciones pegajosas.

Se aburrió de mirar a su al rededor, a penas sabía leer y los títulos de los álbumes o de las bandas lo hacían complicado para él. Se rindió y de acercó al mostrador, miró a la chica que atendía la tienda, miraba aburrida a los clientes que llegaban y sólo reventaba una y otra, y otra, y otra, y otra más, y otra, y otra vez su goma de mascar.

— ¿Es aburrido? —se atrevió a preguntar el niño. Ella suspiró reventando la goma, de nuevo.

— No tienes idea. Creí que esto sería divertido, no sé, me gusta cada cosa que hay en esta tienda, los artistas, los instrumentos, las películas, pero las personas arruinan todo. —se quejó mirando al niño.— Hablo mucho, ¿bien?

— Oh, entonces no es tan malo.

— Lo único que disfruto aquí es poder elegir la música. —le dijo, señaló las bocinas al rededor de la tienda, sonaba una canción desconocida para él.

— Eso es bueno.

— ¿Conoces a esa banda?

— Uh, no.

— Ugh, ¿qué clase de música te gusta, enano?

— Pues... Me sé canciones de Madonna.

— Ah. —frunció el ceño.— ¿Nunca escuchas nada aparte de la música de tus padres? —preguntó y este respondió negando.

Ella tuvo que salir del mostrador porque un niño estaba jugando por la tienda, moviendo muchos estantes y casi derribándolos. Michael de quedó en su lugar esperando a su madre, quien aún no se decidía por alguna película buena para ver, las creía bastante inapropiadas para ver con su pequeño de siete años.

Michael estaba cansándose de esperar, no había nada en esa tienda que fuera de importancia para él, se sentó y se dispuso a escuchar un álbum que la chica de la tienda había decidido poner para ambientar el lugar. Una canción iba terminando, mientras otra comenzaba y decidió poner un poco de interés en ella.

This song it's dedicated (this is Good Charlotte) to every kid who ever got picked last in gym class.
(This is for you)
To every kid who never had a date to no school dance (this is for you)
To everyone who's ever been called freak, this is for you.

Prestó atención, asombrado completamente por lo que estaba comenzando a escuchar, estaba emocionado, sin duda alguna lo estaba. Quería saber quién estaba cantando, conocer a fondo la letra de la canción, poder cantarla un día a todo pulmón, necesitaba mostrarle aquella asombrosa canción a Luke.

— Good Charlotte. —le dijo un pequeño niño moreno a su lado.— Little things, la mejor canción que pueda existir en este planeta.

Michael lo miró.

— Soy Michael.

— Soy Calum. —se presentó el otro.— Si te gusta esta banda tenemos que ser amigos, no quiero un no por respuesta.

Michael sonrió al pensarlo, nunca le haría mal tener un amigo como lo genial que aparentaba ser el moreno.

— Me encanta Good Charlotte.

Y mientras el coro sonaba y Calum murmuraba por lo bajo este, estrechó su mano con Michael, sonriendole y comenzando una conversación con el rubio a su lado, hablando sin fin de lo mucho que le gustaría algún día crecer y esperar a no pasar por las cosas que decía en la canción, y sí las pasaba, pensaba que tenía como salir de eso.

The little things, little things made me who I am today.

[ᅝᅝᅝᅝ]

Soy un cacahuate, sí.