37.

2K 344 149
                                    

L u k e

No hice ni un sonido durante media hora, mi mente solo se centró en ayudar a Calum con la tarea de matemáticas que él no había entendido; aprovechó su visita para hacer la tarea juntos, yo destaqué siempre en matemáticas y él en geografía así que nos iba bien a ambos reunirnos.

- ¿Entonces crees que quiera volver a ser nuestro amigo?

- Seguramente.

- Como no tiene opción. -bufó cruzando sus brazos.

- Si tiene muchas opciones, pero es nuestro amigo desde hace años y sólo cometió un error pequeñito.

- Como si supieras lo que es un error

- Como sí tú también lo supieras.

- No importa, solo espero que nos hable mañana. Ahora mejor vamos a dormir.

- Bien.

Como era algo usual que llamara a Calum o Michael entre semana para quedarse a dormir, la señora Hood no se molestó, nos pidió ser puntuales para el colegio y terminar nuestras tareas, como era siempre. Esa era la condición para todo esto. Calum llevó su uniforme, libros, cuadernos y galletas para la escuela el día siguiente, según él ya era tarde para dormir porque él no dormía bien si no se dormía entre las 9:30 y 10:15 pm. No lo entendí nunca porque yo podía dormir temprano y aún así lloraba al salir de la cama por las mañanas.

Guardamos nuestras cosas en cada mochila, las galletas las comimos durante la tarea de valores, yo buscaba una pijama para prestarle a Calum y él saltaba en mi cama hasta tocar el techo. Golpeaba con su camino una y otra vez una mancha ahí arriba, dejó de hacerlo cuando le lancé la ropa a la cara y golpeó su mano contra el techo, bajó casi llorando mientras frotaba su mano. Yo sólo me disculpé unas mil veces hasta que él dijo que no había problema.

Pero igual me golpeó la cara.

En lo que él pasó al baño yo decidí dar una vuelta por la habitación de mi hermana, no vi a Karisma el resto de la tarde y solo quería asegurarme de que siguiera viva. Al acercarme a su puerta escuché la música que tenía, me sonaba familiar pero no era tiempo de quedarme detrás de la puerta a reconocerla. Toqué tres veces, como ella pidió por años que lo hiciera, y no escuché nada más que la voz de mi hermana mayor totalmente irreconocible, quizás se lastimó la garganta.
Aún sin haber entendido me atreví a entrar y me sorprendió ver su habitación de esa manera. Estaba todo ordenado, algo nunca antes visto, no había ni una pequeña cosa en el piso, su escritorio estaba limpio, su cama estaba hecha, logré ver el piso, resultó que si tenía closet y yo estaba en la puerta sin poder creerlo.

- Tendré tiempo para tenerlo así más seguido. -me dijo saliendo debajo de su cama con un poco de dificultad.- ¿Qué necesitas?

- Quería ver si aún respirabas.

- Que lindo, vaya. Si, estoy bien, sólo una ligera discusión con Natalie.

- Con mamá.

- Da igual. -suspiró tirándose a su cama.- Estoy bien, Luke. Ya pasará su drama, haré algo bien o tú algo mal y esto dejará de importar.

- Me alegra ayudarte con las cosas que hago mal.

- No lo quise decir así, perdón. ¿Qué haces con pijama a esta hora?

- La tengo desde la tarde, no importa. Que bien que estés bien, sí, te veré mañana. Buenas noches.

- Buenas noches para ti y tu amigo que no te gusta

- ¡Teníamos un trato!

- Disculpa por ubicar a tus amigos como el amigo que no te gusta y el amigo que si te gusta, hermanito. No es mi intención.

Odiaba cuando Karisma hacía cosas que yo no entendía para decirme lo contrario a lo que quería decir.

- Sólo no lo hagas más, por favor.

Ella sonrió llevándome hasta la puerta para cerrarla una vez que saliera. Rodé los ojos y caminé por el pasillo hasta las escaleras, bajé tres escalones y desde ahí vi el televisor encendido y a papá en el sofá con una manta, había tenido problemas graves con mamá o los evitó y prefirió dormir ahí, yo no entendía porque pasaba eso tan seguido. Me levanté y volví a mi habitación, donde Calum ya estaba con mi pijama puesta viendo La pantera rosa. Estaba en la alfombra totalmente embobado, cuando me vio se levantó y se subió al extremo contrario de donde yo dormía en mi cama.

- ¡Hora de dormir!

De verdad no conocía a nadie aparte de Calum que esperara tanto su hora de dormir.

Apagó el televisor y yo la luz, conociendo mi camino fui hacia mi cama y me acosté al lado de Calum.

- ¿Aún tienes eso? -me preguntó señalando las estrellas en las paredes y el techo.- Que bebé.

- ¿Qué dices? No.

- Vamos, Luke, eso es para niños de cinco que le temen a la oscuridad. Mañana por la tarde te puedo ayudar a quitarlos.

- Uh, lo pensaré.

- Tienes miedo de la oscuridad ¿no es así?

- No.

- ¿Entonces por qué no lo quitas?

- Los quitaré mañana.

- Te ayudaré con esos. -señaló más hacia donde estaban los planeta y un cohete.

- Está bien, mañana nos deshacemos de eso.

M + LWhere stories live. Discover now