Capitulo 3

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Peleas.

Helen

-¡¿Acaso quieres que te arrancara la maldita cabeza?!- en definitivo la sutileza no es lo mío.

-No verdad, ¡Entonces cierra la maldita boca!- fulmine a mi hermano.

-¡Maldita sea!- grito rojo de furia golpeando la mesa de madera y creo que hasta se venció un poco del impactó.

-Cálmate Eder- pidió mi padre extrañamente con voz muy tranquilizadora que hizo erizar mi piel esto ya me olía muy mal.

-¿Como me pides que me calme padre? ¿No la has oído? Piensa volver a largarse quien sabe adonde, ¡Por Dios! y ¡Estos dos bastardos la están apoyando!-giro su helada mirada a mis dos hermanos.

-¡¿Quieres dejar de gritarle de una puta vez?!- y lo imaginable Luka se abalanzó asestándole un puñetazo a la cara de Eder -¡Maldición! Sepárense par de idiotas- grite pero los dos me ignoraron completamente, mire a mi padre el cual contemplaba todo desde su asiento de cuero. Se supone que era una pequeña reunión en el despacho de mi padre, reunión en la cual les anunciaría mi partida ¿Adonde? eso, ni siquiera me dejaron continuar cuando habían empezado a discutir, ellos eran como completas bestias.

-Alan-rogué a mi hermano. El borro la sonrisa, esa que ponen los hombres cuando ven una estúpida pelea, pero mi hermano no se resistía a mis suplicas.

-De acuerdo-dijo levantándose del sillón hasta los dos hombres que peleaban en el suelo ¡joder! ya eran adultos. 

-A ver par de capullos, levántense o asustaran a la pequeña- ¡maldición! lo tenia que mencionar, había sido una sola vez, bueno fue la primera vez que vi a mis hermanos pelear en serio yo me asuste mucho cuando vi sangre correr por sus rostros fue ahí cuando me desmalle del susto, mi padre los castigo a los tres. ¿No podríamos regresar a esa época? al parecer no, solo con cinco años de edad me di cuenta que ellos me tratarían diferente desde ese incidente y así fue.

Ya no era uno de ellos, si no la pequeña niña que tendrían que salvaguardar de todos los peligros de mi alrededor, si claro como si una pijamada o ir a un fiesta fuera a matarme pero al parecer eso era lo que pensaban ellos cuando le pedía permiso a mi padre para asistir.

Los dos idiotas me miraron esperando ver no se que por que sus ojos se abrieron de sorpresa.

-No, me desmallare- les dije, Eder sangraba de la comisura de su labio y el pómulo empezaba a cambiar de color, mientras que Luka tenia la ceja abierta y un ojo rojo del impacto.

-Ya basta de tanta tontería-valla hasta que el Sr. Félix Brown hablo, todos nos giramos hacia él.

-Alan suelta a Eder- mi hermano hizo lo que mi padre ordeno.

-Chicos cálmense y siéntense en el maldito sillón- estuve apunto de reírme cuando mis hermanos obedecieron sin decir nada hasta ellos sabían que no debían enojar mas a mi padre ya enojado.

-Helen ¿Por que deseas irte de nuevo? apenas llevas una semana aquí desde que regresaste de Egipto, ¿Tienes pendientes? o ¿Es a otro lugar?- la tención se podía palpar.

De nada me valía mentir ya sabia que mi padre lo averiguaría.

-No a Egipto no iré padre-me apresure a enfatizar mi emoción -Encontraron una zona arqueológica que podría aportar un gran descubrimiento para el mundo de la investigación y mi profesor de la universidad me a recomendado para ser participe de este gran hallazgo y debo viajar en un par de día a ....-

-¿A donde irías?- trague grueso.

-A....Irak-titubee.

Y ahora los cuatro hombres frente a mi saltaron de sus asientos en una negativa unida.

Cautivada por el Lobo. (3)Onde histórias criam vida. Descubra agora