Capitulo 15

40K 2.6K 228
                                    


Ojos azules.

Helen

No me podía volver a pasar otra vez, enserio con los hombres no tenia suerte.  

¡Maldición! 

Pero con él dolía mas, mucho mas y esta maldita cosa o marca en mi cuello ardía como el infierno. Mis ojos no dejaban de regar lagrimas y mi boca no paraba de insultar groserías que ni yo misma sabia en su contra.

Que se pudra.

-¡Púdrete Gabriel Johnoson!-grite a la puerta.

Si, a la maldita puerta por que el señor cuando vio la noticia de su paternidad palideció y corrió como todo un cobarde a su despacho a no se que mierda hacer y yo ahora me encontraba recogiendo lo que quedaba de mi dignidad para irme de a qui. 

Ya tonta deja de llorar me grite esto era lo que esperabas, ¿cierto? Que tonta fui al creerle todas esas mentiras. -Mentiroso, mentiroso- no me cansaría de repetirlo.

Tome la pequeña maleta colgándola al hombro y con paso decidido, baje las escaleras, en la casa no había nadie así que para mi fue pan comido salir por la puerta de atrás, ni loca pasaba junto a su despacho del mentiroso ese.

El jardín trasero estaba desolado ni siquiera había rastro de los supuestos guardias de seguridad que vigilaban constantemente los alrededores de la casa.

Tenia vía libre y como si nada camine por toda la vereda que colindaba hasta la carretera.

Seguí caminando por un rato ¡Rayos! mi condición física no era buena puesto que parecía como si hubiera caminado horas, mis pobres y adoloridos pies agradecieron cando un alma caritativa se estaciono junto a unos metros de mi. De nuevo corrí hacia el pequeño auto, una mujer rubia lo conducía, una rubia a la cual me estrelle de lleno en el segundo que bajo del auto. 

-¡Marisa!-chille contra su cuello llenándola de lagrimas y mocos.

-Shu, vamos cariño- me acomodo amablemente en el auto, ella abrocho el cinturón puesto que yo no dejaba de temblar.

Se adentro y emprendimos nuestro viaje de regreso a casa.

En el aeropuerto me sorprendí mucho al ver a mi hermano Alan su rostro mostraba la amargura de la incredulidad e impotencia.

Marisa lo fulmino con la mirada yo solo pase de largo, no quería hablar ni mucho menos escuchar mas tenia suficiente de hombres y hasta mis hermanos ahora los consideraba el enemigo.

En silencio nos subimos al jet del padre de Marisa me sorprendí mucho ver a James ahí parado a lado de una azafata. Recordé entonces que él se dedicaba a esto, había sido pilo de las fuerzas armadas y ahora por lo visto se dedicaba al negocio familiar. La familia de la rubia era dueña de una de las aerolíneas mas importantes del país. 

James asintió con la cabeza en mi dirección, yo hice lo mismo por cortesía. Todos subimos al avión privado, el hermano de Marisa y mi hermano se adentraron a la cabina. Apunto de despegar vi por la pequeña ventana como un auto de lujo llego derrapando, frenando de golpe y ¡Cielos! salte de mi asiento cuando un enfurecido Gabriel bajo corriendo como su su vida dependiera de ello.

-¡Maldición!-gimió Marisa, despegue mi vista del hombre que hacia señas como loco a nuestro avión.

-¿Que sucede Ma...?- el avión perdía velocidad. ¡Ah! por supuesto que no. Ante las quejas de la azafata y la impertinencia de Marisa me levante como pude y llegue a la cabina.

-¡Juro por nuestra madre Alan, que si paras este maldito aparato, nunca jamas me volverás a ver!-

Mi cara debió mostrarle toda la confianza que no sentía en ese amenaza.

Cautivada por el Lobo. (3)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin