Secuela de Atrapada por el Lobo.
La vida de Gabriel Johnson.
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-¡¡HEY TU!!-
Oí una ronca y varonil voz llamar, mi amiga Marisa giro ante el llamado de ese extraño.
-¡TU NO RUBIA, TU AMIGA LA...
Había sido una fuerte explosión el Lobo gruñía en una baja pero feroz advertencia. De un momento a otro la habitación se abrió de golpe.
-¡Nos atacan Alpha!-informo la prima de Gabriel. -Para ti Luna-Elena con gran destreza arrojo ropa que atrape fácilmente en el aire. Por los santos yo estaba desnuda pasándola perfectamente bien con un suculento Gabriel y a esos idiotas se les ocurre venir y ... arruinarme mi perfecto momento.
¿Que Gabriel los matara? ¡Ja! que me los deje a mi, por que estoy mas que molesta.
Ante la atenta mirada del Lobo me cambie rápidamente. Elena estaba en la puerta haciendo guardia, el bullicio seguía y ráfagas de fuego se escucharon entre rugidos.
Lo mas probable que fuera una completa locura.
Mi lobo salto aterrizando sobre mi, la mullida alfombra absorbió el golpe, el aire se atasco en mi garganta cuando me di cuenta que una segunda explosión había sido detonada fuera de la habitación, los restos esparcidos de lo que fue la puerta de roble. El lobo giro, gruñendo levanto la nariz y olfateo el aire, un aullido en respuesta se escucho cerca de nosotros.
¡Rayos Elena!
Me incorpore tratando de que mis oídos recobraran la audición perdida por la detonación.
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Un hermoso pelaje blanco entro en mi campo de visión, tan blanco como la nieve ya que sus ojos grises platino parecían hechos de hielo solido y fue ahí donde me di cuenta que el hermoso espécimen no era otro que Elena una enfurecida loba. Su poder era diferente... ahora casi tan alta como Gabriel, tan poderosos, la naturaleza era realmente maravillosa ¿Quien diría? que seres tan maravillosamente hermosos y letales pudieran convivir con los humanos o que ellos mismos lo fueran. Esto era de otro nivel una lucha o tal vez una guerra estaba por comenzar.
El lobo negro se acerco, paso su pelaje contra mi costado exigiéndome que caminara, Gabriel no dejaba de ser un mandón ni por estar a cuatro patas.
"TE OÍ HUMANA"gruño.
¡¿Que demonios?! mi ojos conectaron con los resplandecientes orbes de Gabriel. Sabia que esa voz no era precisamente la de mi humano, gutural y potente.
Raro, esta muy convencida que la voz es del Lobo negro que caminaba junto a mi.
"SOMOS UNO MISMO HUMANA"
Confirmado la voz que hacia eco en mi mente era de prepotente Lobo, fulmine con la mirada a la gran mancha negra y peluda.
Las detonaciones se ausentaron por unos minutos.
La loba blanca tiro de mi hasta en suelo, continué bajando las escaleras prácticamente de rodillas, mi visión era escasa ya que el humo la limitaba pero para los lobos ese no fue ningún problema.
