Cautivada por el Lobo. (3)

Capitulo 21

Sentimientos enlazados.

Gabriel

Ella lo era todo para mi, bese la curva de su cuerpo, mis manos acariciaron sus carnosos senos,  como los amaba. Amaba cada maldita partícula de ella, amaba su sonrisa, sus ojos, su boca; toda ella y ¡joder! es mía.

Era completamente mía, el tenue latido que alcanzaba a percibir me lo confirmaba.

-¿Te sientes bien?-pregunte contra su cuello. De su garganta salio un pequeño jadeo de afirmación. 

Seguí besando su cuello hasta llegar a los dos montes que aproximadamente alimentarían a mi cachorro. Bese y succione, a lo largo de mi vida no se me dio bien el compartir y ahora tendría que hacerlo con el bebe, no me molestaba estaba dispuesto a ceder... un poco.

Mi boca viajo hasta la marca de su cuello, los colmillos se alargaron, el Lobo rasgaba mi mente en presencia. Mordiendo confirmamos lo ya establecido -Mía- gruñí contra la suave piel. 

Su corazón se acelero al mismo ritmo que el mio, eramos uno cuando su sangre se mezclo en mi boca, me pertenecía completamente.

-Gabriel-susurro sus ojos nublados por la pasión apenas alcanzaban a mirarme.

La bese engatusando con mis caricias y con mi cuerpo, mis dedos confirmaron la dulce humedad  en ella.

-Gabriel-mi nombre en sus labios fue mi fin. La pequeña humana se retorcía entre mi cuerpo buscando alcanzar su final. Sabia que la pequeña tortura para ella estaba a punto de llegar a su fin. Lloriqueo cuando mis dedos penetraron completamente en su interior.

-Gab...-selle sus labios. 

Sus piernas no opusieron resistencia cuando las separe, acomodándome entre ellas la atraje mas ami. Podía sentir mi polla rozar su entrada, mis pelotas explotarían si no la llenaba rápidamente.

Tome sus manos con las mías y las lleve por encima de su cabeza, empuje contra ella la calidez con la que me recibió su interior me hizo gruñir, jadear y malditamente sabia que este era mi lugar favorito en el mundo, estar dentro de ella seria mi perdición. La humana que envolvía sus piernas a mi alrededor, la humana que se encontraba con mis embestidas, la humana que no hacia mas que gritar mi nombre; si ELLA seria mi perdición si no lograba tatuarme en ella, no soportaría que me abandonara una vez mas, si lo hiciera firmaría mi sentencia de muerte, no podría sobrevivir a sus rechazos. Tenia que hacerle saber que de igual manera que yo la necesitaba ella lo tendría que hacer.

Que ella era mía, ella y el bebe que crecía en su interior, los dos eran míos. Me pertenecían y los amaría hasta que el mismo infierno se congelara.

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Helen

Todo en el era adictivo, cada caricia y beso se me fue dado lleno de pasión y ternura. Su cuerpo me amaba y sus movimientos solo hacían que mis sospechas crecieran hasta llegar al mismo cielo que era donde me encontraba. Gabriel me amaba, lo sentía y lo sabia.

Sus movimientos aumentaron de ritmo, las estocadas que recibía me dejaban sin aire, su calor me inundo. La maravillosa visión de él, me dejaba sin palabras su bronceado cuerpo se movía frenéticamente sobre mi, las gotas de sudor rodaban en cada musculo que era marcado por la fuerza, sus poderosos brazos soltaron mis manos para aferrar mi cintura, eufórico se enterró en mi una y otra vez. 

Podía sentir que volaba y en acto me aferre a sus hombros rasguñando, arañando esos músculos que tanto me fascinaban. Era un hombre hermoso y era malditamente mio.