Capitulo 20

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Encuentro.

Helen

-Ven aquí- me tomo entre sus brazos.

Respire profundamente cuando sentí el choque de nuestra piel, piensa en algo distinto Helen, vamos concéntrate. No mires, no mires.

¿Qué intentaba no mirar? Nada menos que su espectacular cuerpo ¡Maldición! ¿Por que Gabriel  tenia que ser tan guapo?

Era tan malditamente sexy, que disimuladamente limpie la baba que sé, con seguridad caía de mi boca. Mi corazón martillaba contra mi pecho, esto era algo tan raro en mi.

¿Se podría sufrir un infarto a los 24 años de edad?  Por que creo que pronto sufriría de uno, tal vez tenia los síntomas, la sudoración, el pequeño ruidito en mis oídos, la visión borrosa y sobre todo el bombardeo de mi corazón.

Gabriel me coloco con mucho cuidado en la bañera, inmediatamente el agua cubrió mi cuerpo. Arrodillado junto a mi comenzó un masaje lento sobre mi espalda. Era tan cálido y reconfortante, no quedaba nada de su anterior agresividad que por un momento me hizo temblar pero algo me dijo que no me lastimaría, el Lobo en él me aceptaba. No se, si para él era su igual o solo me no me veía como una amenaza. Tantas cosas que explicar, tal vez mi cabeza no lo entienda pero me sentía segura estando junto a él. Por un instante recordé la escena, los gritos y el enorme Lobo negro que destrozo todo a su paso. No, su Lobo ni siquiera me gruño, la furia era directamente para ellos, recuerda Helen esos hombres pensaban hacerte daño.

Mis ojos buscaron los suyos que me observaban detenidamente.

-Nunca te dañaría, lo sabes ¿Verdad?-asentí con la cabeza no muy segura.

De repente su mano dejo de moverse sobre mi espalda, un claro bufido  salió de él.

Levantándose de golpe, me miro lleno de molestia.

¿Y ahora que?

-Sigues sin confiar. ¿No se si lo haces al propósito? Solo para molestarme-fruncí el ceño.

-¡Pero vamos, claro que lo haces!-grito encaminado hacia la puerta. Pensé que saldría, pero no, en su lugar decidió redecorar su bonito baño.

-¡Maldición!-gruño estampando un puño en la pared, las baldosas cayeron hechas añicos.

Estaba mas que enojado, sus respiraciones eran aceleradas y el azul de sus ojos había sido cambiado por un negro intenso que no dejaba ver nada de los ojos de Gabriel, trague duro. El ser que me devolvía la mirada era nada menos que su Lobo.

Intente abrir la boca, intente hablar pero de mi solo salió un pequeño jadeo.

"ERES MIA" gruño.

No era la voz de Gabriel, era distinta pero extrañamente muy similar, gutural y ronca pero fuerte a la vez. Él ya me había explicado -Soy un Alpha Helen, en mi sangre esta el mandar y espero obediencia-había dicho eso, pero vamos, pensé que era una broma ¿no?

Solo el escucharlo... ahora se que tiene la misma arrogancia.

"MIA" volvió a gruñir.

Ojala no fuera la única palabra que conociera, hay rayos. Era difícil ese cuerpo era de Gabriel pero sus ojos y la voz no pertenecían totalmente a él.

"TAL VEZ SOLO SEAS UNA SIMPLE HUMANA, PERO ERES MIA"

Bueno el shock del principio se disipaba rápidamente por mi enojo.

A los dos les hacia falta con urgencia una muy buena clase de modales. A Gabriel desde que lo conocí que ha bombardeado con la misma frasecita, mía por aquí, mía por allá.

Cautivada por el Lobo. (3)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt