Capitulo 19

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El Despertar.

Gabriel

Entre la oscuridad y la luz los suaves susurros del viento golpeaba el pelaje negro, la manada corría frente a mi. Las almas de mis antepasados esquivaban saltando las sombras del valle. Todos aullando a la misma Diosa Luna. Lideres de la manada en tierra de Alphas. 

Sin duda era el lugar de los espíritus que vagaban hasta llegar a la Diosa Luna, la cual les permitía reencontrarse con su Alma, dejándolos pasar por su Luz. Pero yo no podía pasar, algo me retenía vagando aquí sin descanso. No estaba listo, mi alma no había muerto porque solo un Alpha moría cuando su otra mitad lo hacia, esa era la condena de mis ancestros.

Mi aullido corrió a través de cada uno de mi especie.

La melodiosa voz que no dejaba de llamarme, se había detenido repentinamente, aveces solo era un susurro en la oscuridad y otras veces a gritos me exigía que la obedeciera.

¿Una invitación? ¿Una orden?

Tenia que llegar a ella, a la voz que reclamaba mi atención.

"ENCONTRARLA"

¡Yo malditamente soy un Alpha!... pero aquella voz quería ponerme de rodillas. La esencia de su dulce voz, quemaba la piel de mi bestia. Ardía por querer acorralarla, morder y someter la insolente orden.

Lo seria... "ESA VOZ ERA MÍA".


******

Helen

Un rugido estallo por toda la casa.

Los hombres se congelaron en su lugar y la cara operada de la morena perdió todo el color de su bronceado.

Yo estaba frente a ellos y solo basto levantar la mirada hacia las escaleras. Los sonidos aterradores eran provocados por un enorme lobo negro furioso.

Era difícil de creer que hace solo unos días ese mismo lobo jugueteaba a mi alrededor, ronroneando con cada caricia hecha por mi, como un enorme perro obedeció mis ordenes... Y ahora me era difícil respirar por la poderosa tensión que provenía de la bestia.

Mis ojos vagaron por la mucama que ya se encontraba pálida y contra el piso, su desmayo solo significaba una cosa, ella era humana. Mire con atención a los hombres, su miedo era notable y apostaría que también palpable ya que sus cuerpos temblaron cuando el lobo salto hasta mi. 

Sin moverme el lobo se acerco, olfateo mi cuello y un gruñido afloro cuando su nariz paso sobre la herida de mi hombro. Rápidamente la postura del lobo cambio, el lobo no mostraría piedad, los incisivos crecieron y sus facciones cambiaron, era salvaje, era... una bestia que acababa de ser liberada. 

La mujer lloraba y negó con la cabeza, al parecer sus ojos no daban crédito a la bestia que se acercaba lentamente a ellos. 

¿Acaso no reconocía a Gabriel? 

Gabriel rugió feroz, mis propios oídos en protesta me hicieron encogerme en mi lugar, los hombres mas jóvenes mojaron sus pantalones. Algo verdaderamente penoso y sucio. 

La morena reacciono, dio la espalda a sus ayudantes e intento correr hacia la salida de la casa. Pero el enorme Lobo en un parpadeo la alcanzo.

Un jadeo salio de mi y el estomago se anudo, quería vomitar por la escena. 

La bestia tomo a la mujer apresándola, las enormes fauces se cerraron al rededor de su abdomen, gritos y chillidos de dolor llenos de agonía salieron de una mujer que sucumbía ante la muerte, para la bestia le fue fácil separar el cuerpo en dos partes.

Cautivada por el Lobo. (3)Where stories live. Discover now