Capitulo 9

45.1K 2.7K 206
                                    


Un Lobo aúlla.

Helen

Gire lentamente sobre mis talones, temía dar un falso movimiento y que me explotara en la cara la cruda realidad.

Y ¡genial! No estoy loca ni mucho menos alucinada.

He ahí el causante de mis preocupaciones.

-Diré solo esto ¡¡Fuera de mi casa!!- no es como si le importara mi grito. Por qué solo estaba parado ahí en el umbral de la puerta contemplándome tan sombríamente y molesto hasta la medula. ¿Molesto?

Yo debería estar furiosa. A mí fue a quien me secuestro. No lo entiendo.

-¡VAMOS!- gruño dejándome saber toda su molestia y sinceramente me odie cuando mis piernas quisieron seguir su orden. Mire al toro enfurecido frente a mí y fije que se movió dejando un hueco entre la puerta y el.

-¡No soy tu maldito perro. ¿Y quién te crees para venir, entrar en mi cuarto, molestar a mi amiga invadiendo la privacidad de su hogar?!- mierda su mirada había cambiado completamente. Sus ojos azules se tornaron negros y la ferocidad con la que me examinaba... bueno diré que no podía respirar.

-¡¿QUE QUIEN MALDITAMENTE SOY?!- entro completamente a la habitación azotando la puerta y ¡joder! el marco se había agrietado de la fuerza. Hay Helen has hecho enfadar al toro, grito mi mente, una que en estos momentos no ayudaba a pensar en una buena solución para esto.

-¡TE DIRE QUIEN MALDITAMENTE SOY HUMANA!- claro. No toro se me olvidaba que es un maldito Lobo. Uno que no dejaba de gritonearme.

-¡¡SOY TU JODIDO DUEÑO!!- y mi mandíbula cayó al piso. No se podía ser más idiota.

-¡ERES MIA. MIA HECHA SOLAMENTE PARA MÍ. MIA PARA MI PLACER. MIA COMO MI LUNA. MIA PARA PROCREAR. MIA!- se acercó reduciendo el espacio a tan solo unos centímetros, quedándome completamente muda con un tembloroso cuerpo. El suave aliento de menta chocaba contra mi frente -CADA PARTE DE TU ENCANTADOR CUERPO ME PERTENECE. ERES MIA HELEN BROWN- al decirle idiota se quedaba corto, es un maldito neandertal degenerado y ¿qué me hacía? Por qué tenía esa horrible sensación de quererme tirar directo a sus brazos y besarlo.

Ese idiota me estaba tratando como una cosa y yo aquí sin moverme rogando al cielo que termine por bajar su rostro a mis labios y me bese hasta quedarme sin oxígeno, que me hiciera suya una vez más. Eso era lo que mi cuerpo le pedía a gritos en silencio, pero afortunadamente la razón gano.

Levante mi rodilla derecha ¿destino? en su hermoso paquetito.

-¡Maldición!- gritamos al mismo tiempo.

Había fallado tontamente, el idiota se movió rápido. Ya se conocía mi movimiento intento tomarme por los hombros pero pude escabullirme hacia un costado, en su intento por volver a tocarme salí impulsada hacia atrás y perdí el equilibrio cayendo al piso.

-¡Rayos! ¿Puedes dejar de huir de mí? Te lastimaras- bueno por lo menos ya no gritaba. Me tomo en sus brazos protectoramente.

-¿Y tú puedes dejar de perseguirme? Esto se está volviendo muy incómodo y no me gustaría tener que utilizar otros recursos- si unos que llamaría hermanos.

¿Es cobarde de mi parte querer pedir ayuda a los geniales? Pero mi padre, cielos no quiero que se entere de esto se podría desilusionar de mi...

-No llores pequeña, si tu sufres yo sufro aparte de que no me gusta- dijo besando cada una de mis lágrimas que no sabía que bañaban mi rostro. La tristeza al recordar a mi padre enfermo desapareció por los besos repartidos. Con mucho cuidado me deposito en la cama, su cuerpo sobre el mío, su boca devoraba la mía y sus manos recorrían cada uno de mis senos. Todo vibraba en el pequeño cuarto que se reducía a él.

Cautivada por el Lobo. (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora