Capitulo 27 ''He vuelto''

184 14 1
                                    



Narras tú.

Llegamos a California y estoy un poco más tranquila, Brian ha logrado calmarme y unas pastillas también.
Nadie sabe que estoy aquí, ni mis padres, sólo Brian.
He vuelto, he vuelto.
-¿Cómo te sientes? –me preguntó Brian.
-Mejor. –contesté.
-¿Quieres ir a tu casa?
-No.
-¿A dónde quieres ir?
-A donde sea menos a mi casa.
-¿Por qué?
-No me siento capaz todavía para volver.
-Pero no podemos ocultarte por mucho tiempo.
-¿Quién dice eso?
-Tus padres pueden darse cuenta y se enojarán mucho contigo.
-No me importa.
-Haz lo que quieras.
Me acerqué a las maletas y le dije al piloto del avión que podía irse, por ahora no necesitaré sus servicios.

...

-Feliz cumpleaños, Chris. –lo saludé a mi amigo.
Lo abracé fuertemente, no lo veía hace muchos días y ya lo extrañaba.
-¿Qué haces aquí? –me miró sorprendido.
-Decidí volver. –sonreí.
Él me miró con una mirada dudosa, no me creía.
-Volver, ¿eh?
-¿No me crees?
-¿Qué pasó?
-¿Qué pasó con qué? –lo miré confundida.
-¿Por qué volviste?
-¿Acaso no querías que vuelva?
-Sí, pero sé que escondes algo, tú eres demasiado orgullosa como para dar brazo a torcer ahí nomás.
-Volví porque es tu cumpleaños, no podía faltar. –mentí.
Por parte era cierto, si no hubiera conocido a Angelina y no hubiera pasado nada lo mismo hubiese vuelto por su cumpleaños, lástima que él no quiera creerme.
-¿No me dirás la verdad, cierto?
-Es la verdad, por parte. –contesté.
-¿Por parte? ¿Cuál es la otra parte?
-Luego te cuento. –contesté. –Es una larga historia.
-Tengo todo el día.
-No, no tienes todo el día, es tu cumpleaños y lo festejaremos a lo grande.
-No armé nada así que sigo teniendo todo el día.
-Tú no pero yo sí.
-¿A qué te refieres? –me miró aterrado.
-Tú sólo encárgate de ponerte lindo y de lo demás me encargo yo.
Él me miró confundido, lo que no sabía era que yo desde que volví de Madrid le organicé una fiesta sorpresa.
-Jean, ¿qué tramas?
-Me lo agradecerás, te lo aseguro.
Salí de la casa de mi amigo y decidí ir a ver a mis padres, después de todo, estos dos días que estuve en California estuve oculta en la casa de Brian.
Tomé mi auto y conduje hasta la casa de mis padres, algo nerviosa e indecisa pero ya no quería seguir oculta de ellos.
Todo estaba tranquilo pero al decir verdad extrañaba Madrid, extrañaba a mis amigos allí, sólo me encontré con Alex y no tuve la oportunidad de cruzarme con los demás, algún día volveré.
Mi pantalón de jean negro comenzó a vibrar debido a que mi celular estaba en él y luego el tono comenzó a sonar.
Detuve el vehículo en una esquina y saqué mi celular del bolsillo para atender.
Miré el identificador de llamada y era un número privado.
De todas formas contesté.

*Inicio de llamada*¨

-¿Sí?
-Sé dónde estás.
-¿Quién eres? –pregunté alarmada.
-Hola, Jean soy Alex. –rio mi amigo del otro lado.
-Alex, casi me matas del susto, chico. –lo regañé volviendo a respirar.
Mi corazón volvió a latir y mi alma volvió a mi cuerpo.
-Lo siento. –volvió reír. –Era mi intención asustarte.
-¿Qué quieres? –reí junto a él.
-Sé que volviste a California, ¿por qué no me avisaste?
-Porque no tuve tiempo.
-¿Ocurrió algo?
-No, conmigo nada. Sólo quería volver.
-No me mientas, ¿qué ocurrió?
Chris y Alex eran mis mejores amigos y sabían cuando yo mentía, me conocían mejor que nadie.
-En serio, no ocurrió nada.
-De todas formas lo averiguaré.
-Discúlpame por no despedirme de ti, es que fue de urgencia.
-¿Ves que si pasó algo? Dime, ¿qué pasó?
-Mi mamá se enfermó. –mentí.
Debía dejar de mentir.
Luego caí en la cuenta de que había cometido un error en decirle eso ya que él podría llamar a mis padres y preguntar por mi madre y ahí se enterarían que estoy en California y hace cuánto tiempo estoy oculta sin que ellos sepan nada de mí.
-¿Está mejor? –preguntó.
-Sí, gracias. –contesté.
-Debo dejarte, discúlpame si te molesté.
-No, para nada, me alegra mucho escucharte.
-Hasta luego.
-Adiós.

*Fin de llamada*

Colgué y puse en marcha nuevamente el vehículo para dirigirme a casa de mis padres.

...

-Vamos, Chris, no puedes tardarte tanto para cambiarte, yo tardé menos.
-Ja, ni tú te la crees. –asomó la cabeza por el umbral de la puerta de su habitación.
-Si sabías que vendría a esta hora por ti, ¿por qué no te quedaste listo?
-Porque no. –gritó.
-Apúrate.
-¿A dónde me llevarás?
-Tú sólo date prisa y luego te enterarás de dónde irás cuando llegues.
-Niña gruñona. –rezongó.
Salió de la habitación con un pantalón de jean negro y con una camisa roja con rayas blancas, estaba tremendamente hermoso.
-¿A dónde iremos?
-Por más veces que lo preguntes no te lo diré. –me burlé.
-Qué mala eres.
-Ya verás lo mala que soy cuando lleguemos.
Subimos a mi auto y comencé a conducir hacia el salón que había alquilado para la fiesta de mi amigo.
Al llegar, todo el mundo ya se encontraba a dentro y le dije a Chris que esperara en el auto.
-Chris, tengo algo qué hacer aquí, ¿me esperas?
-De acuerdo. –dijo aburrido.
Me bajé del auto y entré al salón para asegurarme de que todo estuviese bien y en orden.
Me acerqué al guardia de seguridad para preguntarle si todas las personas que estaban anotadas en la lista habían llegado.
-Michael, ¿llegaron todos? –le pregunté.
-Sí, señorita Jefferson, faltan ustedes nada más.
-Muchas gracias.
Entré al salón y todo el mundo comenzó a saludarme.
-Escúchenme, necesito que todo el mundo haga silencio y se apaguen todas las luces, Chris ya está por entrar. Cuando lo haga, todos gritan sorpresa, ¿de acuerdo?
-De acuerdo. –gritaron todos al unísono.
Salí del salón para buscar a mi amigo que se encontraba en el auto.
-Chris, ¿puedes ayudarme a traer algunas cosas? –le pregunté.
-¿A qué hora iremos a mí ''sorpresa''? –me miró.
-Las cosas que necesito para tu sorpresa están allá dentro. –le señalé el salón.
-De acuerdo. –suspiró y se bajó del auto.
-Gracias, amor. –le dije y lo abracé.
Me tomó de la cintura y así nos dirigimos a dentro del salón.
Todas las luces estaban apagadas y no se veía a nadie.
-¿Qué tienes que buscar en un lugar que tiene las luces apagadas y no hay nadie? –me preguntó.
En ese momento la música comenzó a sonar, las luces se prendieron y todo el mundo quedó a la vista.
-¡Sorpresa! –gritamos todos.
Chris me miró un poco confundido y después miró a toda la gente que estaba allí, estaban todos sus amigos, sus familiares y yo.
-¿Qué es todo esto? –me preguntó sonriente.
-Es tu fiesta, felicitaciones. –lo abracé.
-Muchas gracias, hermosa, no hacía falta. –me devolvió el abrazo.
-Sí que hacía falta, eres mi mejor amigo y no te mereces menos que esto.
Todo el mundo se acercó a saludarlo y yo quedé en segundo plano. Me alejé para ubicarme en una de las mesas que se encontraban en el lugar.
Me puse de espaldas a la gente y miré un par de fotos que habían colgadas en la pared, cómo había pasado el tiempo.
-Princesa. –me soplaron en el oído.
Me exalté e inmediatamente me giré a ver a quién se encontraba detrás de mí.
-Brian. –lo miré.
-Hola. –sonrió.
-Hola. –le devolví la sonrisa.
Había pasado los dos mejores días de mi vida junto con Brian en su casa, parecíamos novios conviviendo juntos pero, sin embargo, seguíamos en la misma situación, amigos.
-Te salió buenísima la fiesta.
-Muchas gracias. –sonreí.
Brian me abrazó de la cintura como lo venía haciendo hace dos días y dio un beso en mi mejilla.
-¿Sabes? Estos dos días que estuviste viviendo conmigo fueron los mejores de mi vida, verte en mi cama, en mi casa, usando mis cosas, fue totalmente maravilloso. –habló.
-Sí, yo también la pasé espectacular contigo.
-Me gustaría seguir viviendo así, con una chica como tú nadie podría aburrirse.
-Lo sé, lástima que ya les dije a mis padres que estoy aquí, seguramente me harán volver a casa.
-Yo podría cambiar eso.
-¿En serio?
-Sí.
-¿Cómo?
Brian tragó saliva y se puso un poco nervioso, estaba acomodando las palabras correctas en su mente para sacarlas al exterior.
Yo lo observé un momento y la verdad es que lo extrañaría, estos dos días me había acostumbrado tanto a su presencia las veinticuatro horas del día, sus abrazos cuando dormimos, su aroma, su ropa, su cama, su casa, simplemente él.
Carraspeó aclarándose la garganta y volvió su mirada hacia mis ojos para comenzar a hablar.
-Jean, ¿me harías el extraordinario honor de convertirte oficialmente en mi novia?  

Entre mi profesor y yo (Synyster Gates 1° temporada)Where stories live. Discover now