Capitulo 37 '' Acoso''

156 13 0
                                    




-Tendrás que ir haciéndote la idea de que yo no soy lo mejor para ti.
-¿Y qué es lo mejor para mí entonces? –dijo enfadado pero sin quitar sus manos de la puerta donde me tenía aprisionada.
-Definitivamente no soy yo.
-Tú no puedes saber qué es lo mejor para mí.
-No, pero yo no soy buena para nadie, ¿puedes creerlo?
-¿Quién te hizo creer eso?
-Comencé a salir con Matt y no duramos ni un día, y eso que nos llevamos bien. Imagínate si salimos y tú que nos llevamos como perros y gatos, no duramos ni cinco minutos.
-Estás equivocada.
-¿Tú dices?
-Claro que lo digo. Hay una pequeña diferencia entre que tú salgas con Matt y que salgas conmigo.
-¿Cuál es?
-Que a mí me amas.
Me quedé callada, sus palabras eran totalmente ciertas y me atravesaron el alma. No podía discutírselo pero tampoco podía quedarme callada.
Suspiré y luego bajé la mirada.
-¿Ves que tengo razón?
-Tienes razón. –dije finalmente. –Pero de todas formas...
-¿De todas formas qué, Jean? –me interrumpió. -¿Por qué no quieres dar el brazo a torcer? ¿Acaso no soy suficiente para ti? ¿Acaso no tengo el suficiente dinero como lo tienes tú?
-¿Cómo te atreves a decirme eso? ¿Tú crees que a mí me importa tu situación social?
-No, pero eres muy testaruda.
-Tengo mis razones.
-Me encantaría saber esas razones.
-No, no la hagas más difícil, por favor. Ya tengo lo que me faltaba, era para lo único que venía, ahora puedo irme.
Brian se acercó amenazante a mis labios y susurró algo a dos centímetros de ellos.
-Eres lo que necesito para vivir, tus labios son una droga, tu cuerpo una adicción. ¿Acaso no lo comprendes?
Su aliento golpeaba en mis labios y unas ganas locas de agarrarlo del cuello y besarlo me estaban matando pero tenía que ser fuerte.
-Eres mi profesor. –repetí en voz baja.
-A mí no me importa un carajo eso.
-Debería importarte, es tu reputación.
-Al diablo con mi reputación. –decía muy tranquilo todo y seguía pegado a mis labios.
Tragué saliva, las ganas de besarlo me estaban matando, en cualquier momento sería débil y lo besaría, ya lo conocía, es por eso que necesitaba salir de aquí rápidamente.
-Por favor, Brian.
-No seas así conmigo, Jean.
-No, tú no seas así conmigo, me estás matando. –dije con dificultad. –Tu cercanía es algo que me pone muy nerviosa, por favor aléjate.
-¿Te pongo nerviosa? –sonrió.
-No juegues con eso.
Brian me miró a los ojos y luego me miró los labios.
Pasó una de sus manos a mi cintura y la otra a mi cuello pegándome totalmente a su cuerpo.
-Mi corazón manda. –dijo.
-¿Y qué te dice tu corazón? –le pregunté.
Seguía igual de cerca de mis labios y ahora su contacto con mi cuerpo, me ponía mucho más nerviosa.
-Que te bese. –contestó.
En ese momento, por instinto, cerré mis ojos y sólo esperé el contacto de sus labios con los míos, esa sana adicción.
¿Será sana esa adicción?
¿Será buena para mí?
No lo sé y tampoco me importaba, sólo lo quería a él por más prohibido que fuese.
Él comenzó con una suave tortura besando poco a poco cada centímetro de mi cara, dio pequeños besos en mi mejilla y luego uno en mi nariz.
Se acercó al lóbulo de mi oreja y los mordisqueó, cosa que me obligó a suspirar.
Volvió a bajar y dio un beso en mi cuello subiendo hacia mi mentón y llegando al contorno de mis labios.
Se detuvo ahí y luego puso su mano que se encontraba en mi cuello, en mi mejilla y suspiró.
-¿Sigo?
Apenas podía pronunciar palabra alguna así que como pude, hablé.
-Ya empezaste, no me dejes así. –contesté.
Acercó sus labios a los mío y los abrió.
-Te amo. –dijo en voz baja y luego succionó mi labio inferior.
El beso se tornaba lento pero apasionado, como si el mundo no se fuera a acabar jamás, como si fuese la primera vez de los dos, como si no existiera nadie más.
Pero en ese momento, mi celular comenzó a sonar y nos separamos de golpe, algo asustados.
-Eh... yo... -traté de decir.
-Contesta. –dijo pasándose la lengua por sus labios.
Me acerqué rápidamente a mi celular que se encontraba en la mesa donde estaba mi bolso y me fijé en el identificador de llamadas.
-Margaret. –farfullé.
-¿Qué quiere ahora? –preguntó Brian fastidiado poniéndose a mi lado.
-No lo sé. –dije alejándome un poco de él.
-Ponlo en alta voz.
-De acuerdo.

Entre mi profesor y yo (Synyster Gates 1° temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora