Capitulo 43 '' Mundos cruzados''

119 13 3
                                    


-¿Dónde estoy? –le pregunté al hombre vestido de blanco que se encontraba a mi lado.
-Tranquila, ya estás bien.
-¡¿Dónde estoy?! –le grité lo más fuerte que pude.
Las muñecas me ardían y casi no podía moverlas, había olor a alcohol y sentía el ruido de unos aparatos.
-Estás en un hospital.
-¿Qué? ¿En un hospital?
-Sí.
-¿Por qué?
-Ya deberías saberlo, ¿no?
-Sé que me corté las muñecas, sólo hasta allí. ¿Cómo llegué hasta acá? ¿Quién me trajo?
-¿Por qué te cortaste? –me preguntó sacándose los guantes llenos de sangre.
-Problemas. –respondí cortante y este sólo me miró.
-Pues debe haber sido muy grave, sino diría que eres una de esas adolescentes que porque la deja el novio se corta.
-No soy de esas, se lo aseguro.
-No debes cortarte, eso es malo.
-Mi mejor amigo murió, ¿qué quería que hiciera?
-¿Crees que cortarte era una buena opción y te devolvería a tu amigo?
-Quería irme con él.
-Aquí todavía tienes tu vida.
-¿Qué vida? ¿La vida miserable que tengo?
-Eres hija de los Jefferson, no creo que tu vida sea tan miserable.
-Tú mismo lo has dicho, soy hija de los Jefferson pero eso no significa que tenga una vida perfecta.
-¿No lo tienes todo?
-Tengo todo, sí. ¿Pero a qué precio? No veo nunca a mis padres, no estoy jamás con ellos, mi mejor amiga me traicionó, mi mejor amigo se murió, a la academia de baile a la cual iba tuve que dejarla porque me había enamorado de mi profesor que ahora es mi novio, ¿Qué tengo?
-Lo siento, yo...
-No te preocupes, todas las personas que conocen gente millonaria creen que tienen la mejor vida del mundo pero créame que no es así.
-Tiene razón, señorita.
-¿Cómo llegué aquí?
-Tu madre te trajo.
-No está nunca conmigo, ¿no podía dejarme sola justo en este momento?
-Podrías haber muerto.
-Eso quería yo.
-Créeme que no.
-Usted no sabe lo que quiero.
-Llevo muchos años trabajando aquí, querida, ya lo he visto todo.
-Pues yo no me arrepiento de haberme cortado y créame que volvería a hacerlo.
-Yo no te lo recomendaría, aquí queda gente que te quiere.
-Pero yo quiero estar con mi mejor amigo, él es el único en este mundo que me entendía.
-Seguramente encontrará a alguien que la entienda de igual manera.
-Chris era único.
-Lo siento. Ahora debemos llevarla a su habitación para inyectarle un tranquilizante para que duerma.
-No quiero que me droguen.
-No vamos a drogarte, esto es medicina.
-Qué más da, de todas formas harán lo que quieran.
-Cumpliremos órdenes, señorita, es muy diferente.
-Sí, como no.

...

Me desperté por el insistente golpe en la puerta de mi habitación, ¿Qué acaso no podían dejarme en paz? Quería dormir, quería descansar, no quería despertarme y saber que no tenía a mi amigo de nuevo.
-Señorita Jean. –habló Tina del otro lado.
No quería contestarle mal, estaba mordiéndome la lengua para no hacerlo pero la verdad es que estaba de muy mal humor y no quería que nadie me molestara.
-¿Qué? ¿Qué quieres? –le contesté de mala gana mientras me tapaba la cabeza con la colcha y me giraba para el otro lado.
-El joven Brian está abajo buscándola.
-No quiero verlo. –le grité mientras volvía a cerrar los ojos.
-¿Por qué no quieres verme? –me preguntó Brian del otro lado de la puerta.
-¿No era que estabas abajo?
-Subí porque sabía que no querrías atenderme.
-Entonces no me molestes.
-Ábreme la puerta, quiero hablar contigo.
-Ay, entra, entra. –dije resignada mientras me destapaba la cabeza y acomodaba mi pijama para luego hacer una coleta con mi pelo.
-Permiso, amor.
-¿Por qué vienes tan temprano? –dije refregándome los ojos.
-Son las doce del mediodía. –me miró confundido.
-Necesito dormir, ¿acaso nadie lo entiende?
-Pensé que querrías verme.
-Quiero verte, pero no ahora, ahora quiero dormir.
-Bueno, me voy. –dijo de mala gana y abrió la puerta para salir.
-No, quédate, ya estás aquí.
-Pero tú no me quieres aquí.
-Sí te quiero aquí, me hace bien verte.
Él cerró la puerta y luego se sentó a la orilla de mi cama y me miró a los ojos.
-¿Cómo estás?
-Cansada.
-Te entiendo.
-¿Quieres acostarte conmigo?
-Claro.
Me puse a la orilla de la cama para que él entrara y luego los dos nos tapamos hasta la cabeza, no queríamos saber nada del mundo.
-Tienes muchas ojeras. –dijo acariciando el contorno de mis ojos.
-Lo sé, no tengo muchos ánimos de nada.
-¿Quieres ver a Chris?
-No quiero ir al cementerio ahora. –le dije de mala gana.
La verdad es que no estaba de humor para hablar de eso y él tenía que recordármelo a cada rato.
-¿Al cementerio? –preguntó incrédulo.
-No quiero hablar de eso.
-¿Pero por qué dices que vas a ir a verlo al cementerio?
-Porque ahí es donde está enterrado, salvo que hayan sacado el cajón de su lugar y lo hayan tirado al río.
-¿Enterrado? ¿De qué estás hablando?
-Chris está muerto, Brian, ¿no lo recuerdas? Ayer fuimos a despedirlo en el cementerio.
-Pero yo acabo de...
-No quiero hablar del tema, mejor duérmete conmigo.

Entre mi profesor y yo (Synyster Gates 1° temporada)Where stories live. Discover now