Capitulo 44 '' Cosas inesperadas''

146 9 0
                                    


  

Miré para todos lados y me pregunté si estaba o soñando o si esto era cierto.
-Jean ¿estás bien? –me preguntó aquella voz cansada.
Lo miré a los ojos y tenía un asombro impresionante, ¿me encontraba despierta? ¿Estaba bien? No lo sé.
-¿Alex? –pregunté algo confundida.
-Sí, soy yo. –sonrió. –¿Por qué no atiendes mis llamadas?
-¿Qué llamadas?
-Te estuve llamando todo el día ayer.
-¿En serio?
-Sí, quería avisarte que vendría a California.
-Discúlpame, ha sido el peor día de mi vida ayer.
-¿Qué? –me miró triste. -¿Por qué?
-¿Te acuerdas de Chris?
-¿El chico del que siempre me hablabas?
-Sí, ese.
-¿Tú mejor amigo?
-Exactamente.
-Claro, ¿qué pasó con él?
-Él...
-¿Él...? –me dijo mirándome ansioso por mi respuesta.
-Él... murió.
Él se quedó callado, sólo me miraba a los ojos lamentándose por haber sacado el tema. No lo culpaba, él no sabía nada y en cualquier momento se lo tendría que contar, me conocía igual que Chris y al pasar de los días se daría cuenta de que no estaba actuando normal, por más que fingiera.
-¿Cómo qué... cómo qué murió? –preguntó triste.
-Lo que escuchas. –dije encogiéndome de hombros.
-Ay, pequeña. –dijo abrazándome.
Ese abrazo me hacía acordar mucho a Chris, como lo extrañaría de ahora en más.
Creo que Alex vino en el mejor de los momentos, él estará para mí, mi segundo mejor amigo, me acompañará y me ayudará a olvidar un poco todo este dolor que siento. Sólo espero que no tenga que irse rápido.
-¿Por qué estás aquí? –pregunté cambiando de tema.
Simplemente no tenía ganas de hablar de Chris, el dolor era demasiado grande como para tener que recordarlo cada cinco segundos.
-Te vine a ver. Además tengo una oportunidad de trabajo aquí.
-¿En serio? –le sonreí lo mejor que pude. –Te felicito.
-Muchas gracias, Jean.
-¿Y de qué trabajarás?
-Me ofrecieron trabajar en una empresa de fotografías, sabes que me gusta mucho eso, ¿verdad?
-Claro, como olvidarme. –reí. –Si me sacabas fotos todo el tiempo.
La compañía de Alex no era la misma que la de Chris pero me hacía sentir muy bien, me hacía sentir relajada, me hacía ver el sol cuando creí que todo estaba oscuro, me hizo reír cuando pensé que en mi cara nunca más se vería una sonrisa de nuevo.
Disfruto estar con mi amigo, me hace olvidar un poco todo el dolor que tengo.
-Aún las tengo, ¿quieres verla?
-¿Trajiste la cámara? –lo miré sorprendida.
-Claro, venía a verte, quería sacarte fotos.
-Lamento que mi cara esté hecha un desastre para tus fotos. –dije bajando la mirada.
-Tú siempre serás hermosa, estés triste, estés feliz, estés malhumorada para mí siempre serás la modelo más linda. –dijo levantando mi mirada con su dedo índice.
-Gracias por tus palabras de aliento, Alex. No sabes lo agradecida que estoy porque estés hoy conmigo, sentado en esta plaza y haciéndome reír por más triste que esté.
-Para eso soy tu segundo mejor amigo. –sonrió. –Estaré contigo siempre.
-Nunca pensé encontrarte aquí, dijiste que no te gustaban los gringos.
-Pero tener una oportunidad de trabajo así y tener a mi mejor amiga acá, créeme que estas oportunidades no se presentan dos veces en la vida.
-Ni a mí se me hubiese pasado por la cabeza llamarte para que estés conmigo después de la muerte de mi amigo.
-Sé que no, creo que Dios hizo que nos juntáramos de nuevo.
-Eso mismo creo, muchas gracias, Alex.
Nos quedamos callados un momento, disfrutábamos de la compañía del otro, lo necesitaba mucho a mi lado y él aparecía en el momento más indicado. Por eso lo quiero tanto. Me abracé a él y luego besé su mejilla, estaba muy feliz por dentro aunque no pudiera mostrarlo por fuera.
-¿Sigues bailando? –preguntó rompiendo el hermoso silencio que se había formado.
-No.
-¿Por qué?
-Problemas.
-Problemas, ¿eh?
-Sí.
-¿No tienes ganas de hablar de dichos problemas?
-Por el momento, no.
-¿Quieres ver tus fotos?
-Eso sería una buena idea, me haría sentir bien recordar mis momentos en España.
-¿Sabes? En Madrid preparé una muestra de fotografías para hacerle ver a los productores.
-¿En serio? ¿Sobre qué?
-Sobre la belleza y felicidad de una mujer.
-¿Te enamoraste? –le pregunté feliz.
-No, tonta. –rio. –Hice una muestra de ti, de tus fotografías, sonríes en todas y sales hermosa.
-Ay no, qué pena. –dije algo sonrojada.
-¿Qué?
-Qué vergüenza que los productores vean todas fotos mías.
-Es que ellos necesitan fotos tomadas a las mujeres.
-¿A las mujeres?
-Es una agencia de modelos.
-Oh... pero yo tengo entendido que también hay hombres en una agencia de modelos.
-Sí, pero ellos principalmente quieren ver como capto la belleza de una mujer en una fotografía, los hombres son un poco más comunes.
-¿Comunes?
-Ellos no necesitan muchos arreglos.
-No le muestres mis fotos. –le dije seria.
-¿Por qué?
-Me querrán como única modelo de la agencia. –bromeé.
Él se quedó pensando un momento y luego me miró a los ojos con cara maliciosa.
-Espero que no estés pensando en...
-En eso estoy pensando exactamente.
-¿Qué? Ay no, Alex.
-Sería una oportunidad perfecta para los dos.
-Pero yo no necesito trabajo.
-Pero me ayudarías.
-Ay, Alex.
Él hizo cara de cachorro abandonado, sabía que siempre ganaba con eso.
-Alex...
-Por favor...
-Ay, está bien, está bien. Te ayudaré.
-Gracias, gracias. –dijo abrazándome.
-Pero primero necesito que me acompañes a comprar unas cosas.
-¿Qué cosas?
-Hoy traje a revelar las fotos que tengo con Chris en mi cámara profesional.
-¿Para qué?
-Quiero hacerle un altar así como le hice a mi abuelo.
-Oh, claro.
-Es por eso que me encuentras aquí en esta plaza.
-Te encontré de milagro. –rio.
-Sí. –reí.
-¿Y a dónde quieres que te acompañe?
-Primero debo pasar a buscar las fotografías que están aquí en frente. –dije señalando el local donde había dejado mi cámara hace un rato. –Y luego quiero que me acompañes a buscar unos portarretratos para poner las fotografías.
-De acuerdo, así podré estar más tiempo contigo y charlar.
-Me siento mucho mejor desde que estás conmigo hace unos minutos.
-Para eso vine, querida. –sonrió.
-Acompáñame. –dije golpeándole el brazo y levantándome del banco.
Pasé a buscar las fotos y luego subimos a mi auto, iríamos al centro comercial a buscar algunos cuadros para esas fotos.
-¿Me dirás por qué dejaste de bailar?
-¿Te acuerdas de Brian?
-Sí.
-Bueno, él era mi profesor.
-¿Tu profesor? ¿No era muy joven para ser profesor?
-Tiene veinte.
-De todas formas, es chico para ser profesor.
-Cuando algo te apasiona, no.
-Bueno, pasemos al grano.
-Bueno, yo me enamoré de él.
-¿Te enamoraste de él?
-Sí y él de mí.
-¿Y qué pasó?
-Comenzamos a salir ayer y tuve problemas con la directora, es una pesada así que decidí irme para que él no pierda su trabajo.
-Pero tú perdiste lo que más querías.
-Lo tengo a él, además hay muchas academias así que buscaré otra y ya.
-No creo.
-¿Por qué?
-Ahora tendrás un trabajo como modelo. –sonrió.
Yo seguía mirando al frente para que no provocara ningún accidente, además iba despacio para que Alex pudiera apreciar algunas cosas de California.
-No sé si quiero ser modelo...
-Eres perfecta para serlo, tienes hermosa cara, hermoso cabello y hermoso cuerpo.
-Pero eso no es lo único que importa.
-Ah, y me olvidé de algo, también tienes hermosa personalidad.
-Eso es lo que importa.
-Créeme que cuando los productores vean tus fotos van a quererte en esa agencia de inmediato.
-¿Tú crees?
-Claro.

...

Salimos del centro comercial con varias bolsas, le compré algunas cosas a Alex y también una cámara profesional para su trabajo, por ahora no le serviría mucho como modelo porque mis ojeras son enormes pero con un poco de maquillaje lo seré.
-Algún día quisiera conocer a ese Brian. –me contó.
-Ahora está trabajando, ¿quieres que lo visitemos?
-¿Podemos?
-Claro.
-¿No se enojará la directora?
-La tengo comiendo de mi mano.
-Eres una niña mala. –rio.
-Ella me provocó.
Llegamos a la academia y Alex miraba para todos lados, era un niño más. Cómo lo quería.
-¿Te quedarás mirando o entrarás?
-Entraré, pero prométeme que luego me darás un tour por la ciudad.
-Claro, si te quedas a trabajar aquí tendremos mucho tiempo para hacerlo. Verás que te equivocas con respecto a los gringos.
-Que me guste la ciudad es una cosa, que me gusten los gringos es otra.
-Tienes razón.
Entramos a la academia y saludé a todos que se encontraban en la sala.
-¿Han visto a Brian? –les pregunté.
-Está en la sala. –contestó Kim.
Caminamos hasta la sala donde ensayábamos él y yo, quería darle una sorpresa ya que estaba mañana no fui muy amable con él.
Llegamos a dicha sala y miramos por la enorme ventana grande.
Me arrepentía totalmente de haber venido, él estaba con esa rubia oxigenada, bien pegada a él y a centímetros de sus labios.
-¿Él es Brian? –adivinó Alex.
-Sí. –contesté furiosa y luego golpeé la pared provocando que Brian y la rubia se giraran a verme.
-¡Jean! –gritó Brian soltando a la rubia y parándose en el umbral de la puerta.
-Ni se te ocurra seguirme. Vámonos, Alex. –tomé la mano de mi amigo y salimos de la academia.
<<Imbécil>> pensé.
¿Cómo se atrevía?  


Entre mi profesor y yo (Synyster Gates 1° temporada)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin