capitulo 58 '' sin ordenes''

145 13 2
                                    


 
Fuimos a visitar el centro de California con las chicas, fuimos por distintos locales de vestidos de novia, ninguno me convencía lo suficiente pero seguiré buscando, vimos zapatos, adornos, accesorios, y muchísimas cosas más. A la una de la tarde decidimos dar una pausa para ir a comer, no volveríamos a casa, comeríamos en el centro comercial para no salir de las compras.
-Estoy tan emocionada. -exclamó Chloe.
-Yo igual. -dijo Melanie. -Mi mejor amiga va a casarse. -chilló.
-Pues sí. -dije mirando hacia una pareja que estaba en las mismas que Brian y yo.
Como me gustaría hacer este tipo de compras con Brian, pedir su opinión y que a él le guste.
-No pareces muy convencida, Jean. -me dijo Amelia.
-¿Qué? -dije volviendo al mundo.
-Que no te ves muy emocionada.
-Estoy emocionada, sólo que lo de anoche me tiene un poco cansada y quiero dormir, hablar con Brian sobre todo esto, ni siquiera he hablado con él. -dije metiéndome una papa a la boca.
-¿Te molestó que cayéramos todos a tu casa temprano? -preguntó Chloe.
-No es eso, sólo que Brian y yo necesitamos tiempo para hablar bien, no podemos hacer todo por separado. Estoy encantada de que me ayuden, obviamente, pero ¿podrían darnos una semana por favor?
-¿Por qué no lo dijiste antes? -preguntó Amelia.
-Es que Brian y yo no queríamos que ustedes piensen que éramos unos amargados.
-Para nada, además ustedes tienen razón, nosotros nos apresuramos mucho, nos metimos en sus cosas sin ni siquiera preguntarles y entiendo que eso pudo molestarlos. -dijo Chloe.
-No nos molestó, sólo estamos cansados y necesitamos un poco de tiempo para hablarlo, charlarlo, ¿entienden? De todas formas si quieren durante la semana pueden pasar por las tardes cuando Brian trabaje por mi casa y ver revistas de vestidos, eso no me molesta, total Brian no debe participar de eso.
-Genial. -dijo aplaudiendo Melanie. -Lamentamos mucho esto, pero hablando la gente se entiende. -dijo sonriendo de oreja a oreja.
-Gracias por entender, chicas.
-¿Entonces después de comer iremos a casa?
-Sí. Llamaré a Brian. -dije levantándome de la mesa. -Con permiso.
-Ve tranquila, querida. -dijo Amelia.
Me dirigí a la tienda de ropa deportiva, lo suficientemente lejos de las chicas como para hablar con Brian. Marqué el número de mi futuro esposo y este atendió al instante.

*Inicio de llamada*

-Jean, amor, las estamos esperando para almorzar, ¿dónde están?
-Brian, cariño, tranquilo. -reí. -Estamos comiendo algo en el centro comercial como pausa de las compras.
-¿Y por qué no vinieron a casa?
-Ya te dije, hicimos una pausa. ¿Tú sigues con los chicos?
-Sí, no sabes lo insoportables que están. -dijo en voz baja.
-¿Ellos están cerca?
-No, fueron a la cocina. ¿Por qué?
-Hablé con las chicas.
-¿Sobre qué?
-Sobre eso de que están apresurados.
-¿Y qué te dijeron?
-Que nos entienden y nos darán un tiempo.
-Uf, qué suerte. -dijo aliviado.
-Creo que tú tienes que hablar con los chicos también, en un rato más iremos a casa, ustedes almuercen tranquilos, nosotras haremos un par de compra, el tiempo necesario como para que hables con ellos.
-Tranquila, ya lo hice.
-¿En serio? ¿Y cómo lo tomaron?
-Bastante bien, dijeron que si los necesitamos que les avisáramos.
-¡Genial! Entonces podemos ir a casa ahora. -dije aliviada.
-Sí, además quiero verte, te extraño. -dijo triste.
-Y yo a ti, cariño, te veo en un rato, ¿sí? te amo.
-Te amo, cuídate.

*Fin de la llamada*

Volví a la mesa donde estaban mis amigas preguntándole a Melanie cómo iba su relación con Chris, así que me senté y escuché lo que ella decía.
-Pues, va genial, está todo el tiempo conmigo, es muy detallista y cariñoso, ¿qué puedo decir?
-Me alegro tanto de que tú y Chris estén juntos. -sonreí. -Hacen bonita pareja.
Volvimos a casa y los chicos estaban sentados en el sofá viendo fútbol americano. Chicos...
-Hola. -dije dejando las llaves del auto en la mesa.
-Hola, hermosa. -me dijo Brian y se levantó a saludarme.
Le di un beso en los labios y luego nos sentamos en el sofá, yo sobre sus piernas, era tan hermoso.
-¿Están listas para ir a casa? -preguntó Matt.
-Sí, cariño, ¿vamos? -contestó Chloe.
-Vamos, los veo después, chicos. -dijo saludando a todos y saliendo de casa.
-Creo que nosotros también nos vamos. -dijo Chris.
-Espero que cumplas lo prometido. -le dije.
-Lo cumpliré, lo prometo.
-Adiós chicos. -saludó Melanie y se fueron de casa.
-Yo iré a dejar a Ryan y a Amelia en sus departamentos, ahora vuelvo. -dijo Alex levantándose del sofá.
-Adiós, chicos. -los saludé.
-Adiós. -dijeron al unísono.
-Finalmente solos. -dijo Brian dándome un beso en la frente.
-Sí, estoy tan cansada. -dije dando pequeños besos en su rostro hasta llegar a sus labios.
Lo tomé de la barbilla y comencé a besarlo mientras él me acariciaba la espalda, y me abraza por la cintura, yo acariciaba su cabello con mi mano libre, era tan perfecto cuando lo besaba.
-Sí, yo tenía pensado que...
Esas voces interrumpieron nuestro momento, me giré a ver quiénes eran y mi madre y mi abuela venían entrando a la casa.
-Oh hija, no sabía que estabas aquí. -dijo dejando las llaves en la mesa.
Me levanté de las piernas de Brian y me dirigí hacia donde estaba mi abuela para ayudarla con un par de bolsas que traía en sus manos.
-Hola, querida. -dijo mirándome a los ojos y sonriéndome.
-Hola, abuela, ¿a dónde fueron? -dije dejando las bolsas en el suelo.
-Fuimos a buscar un par de cosas para tu boda. -contestó mi madre.
-¿Cosas para la boda? -pregunté extrañada.
-Sí, cosas superficiales como un par de aros, un collar y cosas así, también buscamos algo para comer. -dijo mi abuela.
-Ah, está bien. -dije más aliviada.
Odiaba que hicieran cosas sobre mí sin mi permiso, primero mis amigos y ahora eran ellas, tenía que hablar con ellas también para que hicieran nada, Brian y yo ni siquiera hablamos.
-¿Y papá? -pregunté.
-Sigue durmiendo.
-Debo hablar con ustedes dos.
-¿Sobre qué, hija?
-Cuando papá baje hablaremos.
-De acuerdo.
Mi abuela y mi madre se dirigieron a la cocina a dejar las cosas que habían comprado y me quedé sola nuevamente con Brian.
-¿Segura que quieres decirle la verdad? -me preguntó mientras yo volvía a sentarme en sus piernas.
-Sí, es que si ellos luego se enteran por otro lado será mucho peor.
-¿Y si se lo decimos después de la boda?
-No, créeme que no nos conviene.
-¿Por qué?
-Mis padres tienen muchos amigos abogados y pueden hacer que nos divorciemos, hasta pueden alejarte de mí y no quiero, yo quiero que ellos sepan la verdad antes de la boda.
-Sí tú lo dices.
-No quiero tener problemas luego, Brian.
-Está bien, amor, no te preocupes, hablaremos con tus padres de esto.
-¿Hablar de qué? -preguntó mi padre bajando las escaleras y cerrándose la bata.
-Eh... Brian y yo tenemos algo que decirte a mamá y a ti. -dije levantándome de las piernas de Brian.
-¿Sobre qué hija?
-Llamaré a mamá así podemos hablar.
-De acuerdo.
Mi padre se sentó en el sofá que estaba en frente de Brian, ellos dos se llevaban de maravilla, por suerte.
Entré a la cocina y mi madre estaba con mi abuela y Tina viendo qué harían para comer, esto era realmente épico, ver a mi madre en la cocina, cocinando.
-Mamá. -dije entrando a la cocina.
-¿Sí?
-Papá ya despertó, ven.
-De acuerdo, ahora voy.
Salí de la cocina y mi madre detrás de mí, espero que esto no sea muy complicado y que ellos entiendan que Brian y yo nos amamos.
-Siéntate, mamá. -dije cuando llegamos a la sala.
-No nos asustes, hija. -me dijo mi padre.
Me senté al lado de Brian y este me tomó la mano, estaba tan nerviosa que no sabía por dónde empezar.
-No es algo malo, o al menos no tan malo. -dije titubeante.
-Jean, Brian, hablen. -dijo seria mi madre.
-Es que no sé cómo decírselos.
-Sea lo que sea vamos a entenderlos. -contestó mi madre.
-¿Seguro?
-Sí. -contestó mi padre.
-¿Sea lo que sea?
-Sea lo que sea. -dijo mi madre.
-Está bien, aquí va.
Mis padres quedaron expectantes esperando que Brian y yo habláramos, Brian estaba muy nervioso, me apretaba la mano que sentía que ya explotaría.
-¿Y? Jean, no tengo todo el día. -dijo mi padre.
-¿Acaso estás embarazada? -me preguntó mi madre.
-No, claro que no. -contesté de inmediato.
-¿Y entonces? ¿Qué es tan malo?
-Estar embarazada no es malo, mamá.
-Entonces si lo estás.
-No, no lo estoy.
-Bueno, Jean, basta de rodeos, dinos en este momento qué ocurre.
-Tu padre tiene razón. -me dijo Brian.
-No me presionen por favor.
-Ya, dilo. -dijo mi madre.
-Está bien. ¿Recuerdan que cuando Brian y yo nos conocimos y comenzamos a salir yo les dije que él tenía veinte años?
-Sí. -dijeron los dos.
-¿Qué ocurre con eso? -dijo mi padre.
-Bueno... les mentí. -solté.
No iba a decirles que Brian me había mentido a mí, sino yo tendría que explicarles todo lo que pasó en la vida de Brian y no quería que él pasara un mal momento ahora.
-¿Cómo que nos mentiste? -preguntó mi madre.
Brian me miró incrédulo, seguro creyó que yo diría que él me había mentido pero si hacía eso mis padres pensarían que Brian era un mentiroso y que si empezó por mentir con su edad, en un futuro podría serme infiel.
-Sí, Brian no tiene veinte.
-¿Y cuántos años tiene? -preguntó mi padre.
Tomé aire y respiré profundo, en ese momento Brian apretó más fuerte mi mano.
¿De dónde sacó tanta fuerza este hombre?
Por Dios.
-Brian tiene... treinta tres. -dije y de inmediato cerré los ojos.
-¡¿Qué?! -gritaron mis padres.
-No, no, no, yo no puedo aceptar esto. -dijo mi padre levantándose del sofá.
-¿Cómo que no puedes aceptarlo?
-¿Cómo vas a casarte con alguien que tiene trece años mayor que tú? -dijo mi madre.
-Pero yo lo amo.
-Eso no me importa, yo no voy a arriesgarme de que toda la prensa después de tu boda hable de que tú te casaste con alguien mayor que tú. -dijo mi padre.
-¿Por qué te interesa tanto el qué dirán? -le pregunté.
-Es tu reputación, es la mía y la de tu madre y es la reputación del apellido Jefferson. Por favor ubícate, Jean.
-Papá, yo quiero casarme con Brian y ni tú ni nadie va a impedírmelo.
-No, tú no te vas a casar con él, quiero que tú... -dijo señalando a Brian. -Te vayas ya mismo de mi casa, no quiero verte nunca más con mi hija, ustedes no van a casarse, es mi última palabra.

Entre mi profesor y yo (Synyster Gates 1° temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora