veintitrés

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Me siento sobre el sofá en silencio, con las manos cruzadas encima de mi regazo. Mi padre se pone delante de mí, mirando hacia la cocina, donde podemos escuchar a mi madre colocando sus cosas sobre la barra.

—¡Estoy en casa!—ella llama, sus zapatos de tacón hacen ruido con el azulejo de la cocina.

—Aquí, Caroline—dice mi padre.

Ella entra en la sala y se detiene abruptamente, confusión atravesando su rostro.

—¿Qué está pasando?—pregunta con lentitud.

—Recogí a Jane de la estación de policía el día de hoy—dice mi padre—. Robó el collar de una de sus compañeras de clase.

—No, no lo hice—digo.

Mi padre me ignora.

—Ella está acusada de un delito menor, y una fecha de corte está fijada para finales de mes.

—¿Jane?—mi madre pregunta, mortificada.

—¡Eso es pura mentira!—digo, harta de ser tratada así todo el día—. ¡Yo no he robado el collar! Mamá, no lo hice. Lo juro.

Ella frunce los labios.

—Estoy tratando de entender esto—dice ella, sacudiendo su cabeza—. Dime exactamente lo que pasó.

Mi padre abre la boca para decírselo, pero ella levanta su mano.

—Quiero oírlo de Jane—habla.

Me siento sobre el asiento y le cuento toda la historia, tal y como lo hice con Harry unos minutos antes en el claro. Sólo espero que ella no se enoje tanto como él lo hizo.

—Fue el collar de calavera—termino—. El cual usé en mi primer día de clases, tu lo viste mamá. Yo no lo robé; ¡Ni siquiera conocía a Ava entonces!—los acontecimientos del día me están consumiendo, y mis ojos se llenan de lágrimas exhaustas.

Mi madre se sienta a mi lado sobre el sofá, envolviendo un brazo alrededor de mis hombros. Tomo unas cuantas respiraciones profundas mientras ella aparta unos cuantos mechones de mi cara, recogiéndolos en una cola de caballo.

—Mañana iremos a la estación, y le diré a la detective que te vi usando el collar—dice ella con calma—. Vamos a arreglar todo esto.

—Espera, ¿entonces me crees?—pregunto en estado de shock. Ella es la primera que ha estado de mi lado en todo el día.

—Por supuesto que te creo—dice, acariciando mi mejilla con suavidad y dulzura—. Eres mi hija, y sé que tienes ese collar desde antes de hoy.

Es en momentos como este que me alegra que mi madre sea maestra de primer grado. Tiene ese tono plácido que siempre usa, y sabe exactamente cómo calmar a alguien. Ella hace que todo se escuche bien al final.

Mi padre no parecía saber qué decir. Supongo que realmente no puedo culparlo. Él siempre ha sido de saltar a conclusiones. Comparto esa cualidad con él, lo tengo de él.

—Ve arriba y toma una ducha—dice mi madre, besándome en la frente—. Todo va a salir bien, y verás que el karma golpeará a esas chicas directo en el culo.

Ha pasado un tiempo desde la última vez que escuché a mi madre maldecir. Me río un poco.

Subo a mi habitación, cerrando la puerta. A pesar de que las cosas con la ley parece y estarán bien, todavía siento una punzada en mi pecho, sabiendo que yo ya no tengo el collar. Estaba empezando a convertirse en un símbolo especial para mí, como lo es para Harry. Sé que siempre será más especial para él, pero es una pequeña parte de él que parece estar viva, incluso cuando no lo está.

Phantom [h.s] •Completa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora