nueve

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—¿En dónde estás?

—En la esquina entre Windsgrove y Flagstaff.

—A ver, toma la izquierda y sigue en línea recta. Verás la casa a tu derecha.

—Muy bien.

Cuelgo, repitiendo en mi cabeza las direcciones que Jenna me dio. Giro en la esquina e inmediatamente freno el auto.

Casi toda la calle está llena de autos, junto con personas alrededor de ellos, la mayoría dirigiéndose hacia una gran casa situada un poco hacia arriba en la pendiente. La casa parece ser de dos pisos, con la entrada de autos en forma de C, conectándose con la calle. Una gran escalera cruza desde allí hasta la puerta principal, la cual permanece entre abierta mientras más y más gente entra por ella. La mayoría de las ventanas están iluminadas, y la música puede escucharse desde donde estoy. Ría y Jenna tenían razón, casi parece como un hotel.

Conduzco por la calle y estaciono mi auto en una esquina, donde más y más autos siguen llegando. Son casi las seis de la tarde y parece como si toda la comunidad adolescente de Castle Hill estuviera en casa de Nate.

Me aseguro de cerrar bien mi auto antes de caminar hacia la casa; empiezo a ponerme nerviosa. Me recuerdo que la única razón por la que he venido es para encontrar respuestas para Harry, se las merece. Si yo estuviera en su lugar, me gustaría que alguien me ayudara también.

Camino por la empinada calle hasta llegar a las escaleras y subir por ellas. La Mansión Cadence parece casi una casa de muñecas comparada con esta. Me gustaría saber por qué los padres de Nate se dieron el lujo de comprar una casa tan grande.

Entro por la gran puerta de madera, caminando por la sala.

Montones de personas se mueven de un lado al otro alrededor de la casa, tomando y fumando. Escucho la música desde otra habitación junto con risas y gritos. Busco rostros familiares, pero hay tanta gente que me es difícil enfocarme en alguna persona.

Alguien toma mi brazo y giro para encontrarme a Max sonriéndome. Usa una camisa verde a cuadros junto con unos jeans, su cabello rubio lo tiene peinado hacia atrás y sostiene un vaso rojo en una de sus manos.

—¡Jane Alison, no esperaba verte aquí!—dice, elevando su voz gracias al ruido.

Rió levemente ante el uso de mi segundo nombre.

—Hola.

—Te ves linda—dice sonriendo, mientras siento que mis mejillas toman un ligero tono rosado. Camina dejando su vaso sobre una pequeña mesa—. Ven, vámonos de aquí—se acerca colocando una de sus manos alrededor de mi muñeca, jalándome ligeramente entre la multitud que se encuentra en la sala.

Me guía hacia las escaleras, subiendo al segundo piso, abre una puerta y pienso que es algún salón. El azulejo de éste es rosa salmón y el tapizado en las paredes es color crema, junto con sofás grises y un minibar el la esquina del salón. Jenna y Ría están sentadas con un chico que no reconozco, y Ava está sentada en un sillón, viendo sus uñas. Otro chico está en el minibar, rodeado de botellas de alcohol que se encuentra mezclando y sirviendo.

—¡Miren a quien encontré!—dice Max, soltando mi muñeca.

Todos me saludan y sacudo mi mano en forma de saludo.

—Él es Adam—dice Max refiriéndose al chico en el sofá—. Y él es Oliver—hace un gesto hacia el chico detrás del minibar. Ambos voltean y me saludan.

—¿Tu eres?—Oliver pregunta, agitando una botella. Su tono es amigable junto con su sonrisa.

—Jane—digo y él asiente, poniendo algunos hielos en su bebida.

Phantom [h.s] •Completa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora