cuatro

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Me quedo observando la ventana por un momento, después de que él saltó, completamente sorprendida.

—Jane, estoy en casa—Mi madre entra en la habitación y deja de caminar en cuanto me giro hacia ella—. Jane, ¿te sientes bien? parece como si hubieras visto un fantasma.

La gran ironía en sus palabras hace que suelte una pequeña risa, agitando mi cabeza de un lado al otro.

Me observa.

—Lo siento, estoy bien—digo rápidamente dejando de reír—. Estoy bien.

—¿Por qué está la ventana abierta? no hace tanto calor aquí, ¿o sí?

—No, sólo quería asegurarme que sirviera—miento.

—Oh—mi madre asiente—. Muy bien, bueno, empezaré a preparar la cena.

—Bien—la veo irse y volteo hacia la ventana en cuanto cierra la puerta.

Me asomo ligeramente, observando y escaneando el patio trasero en busca de Harry. No lo encuentro por ninguna parte.

Giro, observando la cama, donde él había estado acostado. Las sábanas están lisas y parece como si nadie las hubiera tocado—raro, para haber tenido a alguien sentado allí por quién sabe cuanto tiempo.

Me siento en la cama, pensando.

Harry está muerto. No hay manera de que una persona con vida pueda brindar ese tipo de extraño frío en mí. Lo sentí verdaderamente dentro de mí, como ningún otro tipo de frío que exista.

¿Qué quiere él de mí? Mi madre llegó a casa antes de que pudiera preguntarle.

Mierda mamá.

A pesar de estar completamente confundida y absolutamente sorprendida por el hecho de que prácticamente tuve contacto con la muerte, no puedo dejar a un lado mi intriga. H.S. es Harry Styles, un sarcástico chico muerto que apareció en mi cama hoy, quien claramente necesita algo si previamente planteó la caja, fotografía y collar en mi recámara.

Creo que Harry Styles es la respuesta a la pregunta de si hay vida después de la muerte.

De alguna manera, sé que debo mantener esto guardado para mí, igualmente como supe que tenía que mantener la foto y la caja conmigo.

Me levanto y observo la ventana, dirigiendo mi vista nuevamente hacia el patio trasero, en busca de alguna señal del peculiar chico fantasma.

Y a pesar de estar completamente perpleja y un poco fatigada por toda esta experiencia, quiero verlo de nuevo.

(...)

Algunas especies de lagartijas tienen la habilidad de derivar su sangre, permitiéndoles separar su cola del resto de su cuerpo cuando son acechadas, asustando a sus depredadores.

—¡Increíble!—mi padre grita hacia la pantalla del televisor, el cual muestra a un pequeño reptil huyendo de una gran ave, mientras desprende su cola, dejándola atrás.

Arrugo mi nariz.

Mi padre decidió cambiar un poco esta noche y ver Animal Planet en vez de History Channel. Asegura que si no fuera maestro de Historia, enseñaría Biología.

Típico que mi padre pudo haber sido profesor de una diferente y posiblemente más tediosa asignatura, en caso de que él hubiera adoptado por una vía alternativa en la vida.

Pero bueno, es sólo mi opinión.

Me siento en el sofá con mis rodillas dobladas a la altura de mi pecho, enrollando el dije de calavera entre mis dedos mientras intento poner atención al programa.

Phantom [h.s] •Completa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora