treinta y cinco

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Harry se retira de mí para observar mi rostro.

—¿Qué pasa?—pregunta.

Me incorporo sin estar segura de qué decir. Trato de pensar en la mejor manera de poner todo. Me aclara la garganta ligeramente.

—Yo... bueno, después de que te fueras antes, me enojé mucho y tuve una rabieta en mi habitación—digo, enredando un mechón de cabello alrededor de mi dedo con nerviosismo—. Y rompí el espejo que había allí. Arrojé algo hacia él y el vidrio se quebró. Así que... yo mire más de cerca y... y...

—¿Qué?

—Había... sangre en el marco. Y pensé en tu informe de autopsia, y recordé que decía que tenías pedazos de vidrio dentro de tu cuerpo, y que tenías un traumatismo.

—Así que me empujaron contra el espejo—dice en voz baja, con el ceño fruncido.

—Sí, parece ser que sí—digo—. Y luego miré que había un sello de cuando el vidrio fue reemplazado y decía 9 de junio en Clyde Ventanas y Más. Así que fui allí y recordaron el espejo. Me dijeron que en efecto alguien lo había llevado a reemplazar allí—casi al terminar, mi voz baja inadvertidamente a susurro. Miro a Harry, esperando una respuesta.

—Y esa persona es probablemente mi asesino—dice en voz baja.

Miro mis rodillas, asintiendo.

—Está bien—dice Harry—. No quiero que me digas quién es antes de que estés absolutamente segura de que es la persona correcta. ¿Lo estás?

—Bueno... no. No por completo.

—Está bien. Entonces no me digas todavía.

Dejo escapar un aliento que no sabía estaba conteniendo.

A continuación veo el auto de mis padres viniendo por la calzada. Me levanto y Harry hace lo mismo.

—Estoy tan cerca de saber la verdad Harry—digo en voz baja.

—Lo sé—sonríe a medias.

Y sé que detrás de su sonrisa está en conflicto. Él quiere ir al después de la vida, pero no quiere dejarme. Sería egoísta de mi parte ayudarlo y detenerme sólo por eso. Tomo una respiración profunda.

Harry envuelve sus brazos alrededor de mí y presiona sus labios contra los míos en un beso corto. Se retira y me mira.

—Ten cuidado—susurra—. Te amo.

El color viene a mis mejillas en un instante y cierro los ojos mientras asiento.

—Te amo demasiado.

—Bien. Ahora, ve abajo antes de que tus padres empiecen a preguntar por ti—él sonríe levemente y me empuja.

Lo miro un breve momento antes de girar y salir.

(...)

Me siento en el sofá de la sala de estar justo a tiempo antes que mis padres entren por la puerta. Hablan mientras ponen sus bolsas de compra en la barra.

—Hey—digo, levantándome para ir a la cocina.

—Hola cariño—dice mi madre—. Compramos pizza para la cena. ¿Tienes hambre?

Asiento con la cabeza y empiezo a desempacar las bolsas de comida que mi padre me dio, tarareando en voz baja.

Unos minutos más tarde, nos sentamos alrededor de la mesa con pizza en nuestros platos. Mi padre se aclara la garganta, en busca de una servilleta.

Phantom [h.s] •Completa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora