❀ Sweet boy ❀ [L.S. AU]

❀ Capítulo 43

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Mamá dice: ¿Qué les está pareciendo la historia? ¿Qué les gustaria que pasara? ¿Qué es lo que quieren saber?

-Ya no quiero ir -Amy se cruza de brazos, observando su vestido lila de princesa y la corona que lleva puesta frente al espejo.

No parece convencida, tuerce los labios sin quitarse los ojos de encima.

-¿Por que, princesa? -Harry se apresura a ponerse de cuclillas quitandole el pelo de la frente, sus cejas se contraen con preocupación.

-No quiero que otras niñas se burlen de mi –balbucea haciendo un puchero, golpeando las puntas de sus zapatos entre ellos. Suena como algo que debio hacer salido hace mucho tiempo.

Louis se prepara para intervenir, dispuesto a tomar nota de cada nombre y dato. Pero Harry con una mirada logra pararlo al instante, levanta los ojos verdes con suplica, termina cediendo, sentadose en el suelo en silencio al lado de donde Amy sigue parada.

La pequeña niña prieta con las manos en puños la falda con olanes, Harry toma sus manos entre las suyas y las cierra sobre las de ella, guardándolas, la busca suavemente, sin presionar, simplemente con cariño.

-¿Por que se burlarian de una princesa tan bonita como tú? -objeta en cuanto hace contacto. Su voz es lenta, pero no por ello decidida –Mirate Amy, eres una princesa hermosa –asegura besándole la frente –la mas hermosa, linda, amable y bella de todas.

-¿De todas? –cuestiona asombrada, ladeando la cabeza.

-De todo el universo, -frota su nariz con ternura con la de la niña, haciéndola reir.

-¿Incluso princesas Alien?

-Incluyendo todas y cada una de las princesas Alien.

Amy suspira, llevando su atención a la pared.

-No quiero ser la única vestida asi en el cine, las mayores se reirán... -dice rápidamente, volviéndose al espejo –Me da pena –balbucea con la cara roja.

Harry infla las mejillas pensativo, Louis deja que se recarge en su hombro y le da suaves besos en todo el rostro hasta que lo siente sonreir. Con eso es suficiente.

-¡Podemos arreglar eso! –garantiza levantándose Louis de un segundo a otro, entrelaza los dedos con su novio y corre escaleras arriba a las habitaciones llevándolo consigo.

Luego de unos minutos, ambos bajan.

Harry lleva un sueter rosa holgado con rosas en colores pastel pintadas, debido al tamaño, sus clavículas son visibles, una corona de plástico adorna su cabello.

Louis, en cambio, lleva un traje azul con bordes dorados que se asemeja a alguno que un príncipe usaría.

Le tienden la mano a su hija, que la acepta gustosa poniéndose en medio, a Amy ya no le preocupa mas ser la única "caracterizada" para ver una película de princesas.

Ya en el cine, los ojos juzgones son inevitables, pero no importa mucho, cuando la niña sonríe con tantas ganas orgullosa de sus padres. Caminan hacia la taquilla y compran boletos entrando a la sala casi de inmediato.

La película de princesas resulta ser eso, una película de princesas de hora y media, en la que Louis observa a su novio de reojo, que mira la pantalla gigantesca con la misma emoción que su hija.

Por un segundo, Louis se siente tentado a preguntarle a Harry que es lo que esta pasando, por que si, algo esta pasando.

Sus mejillas carmesi se ven notablemente más palidas y su cuerpo tiene casi desaparecidas sus ligeras curvas, imprecisas pero ciertas, las ojeras debajo de sus ojos parecen ensancharse cada noche. Sus movientos se han vuelto tensos y por ratos temblorosos, Louis tiene miedo de que el aire vuele a Harry lejos de él si continua así.

Finge no darse cuenta, viéndolo sonreir con sus hoyuelos y cargando a su hija de un lado a otro en sus hombros. Pero sabe que algo va mal.

No le molesta ser despertado en la madrugada con gritos, ni cantarle al oído hasta que la mueca de terror desaparece de sus facciones, revolverle el cabello hasta que cierra los ojos.

Lo que le molesta es tener que pretender al dia siguiente que nada paso.

Harry es fuerte, mas fuerte y valiente de lo que cualquiera pudiera pensar. Ha avanzado un largo camino hasta ahora, pero eso no hace que Louis quiera dejar de seguir estando ahí, para atraparlo al caer.

-¿A dónde vamos ahora? –es lo primero que dice Louis en cuanto salen del cine. Aún queda tiempo antes de que anochezca.

-¡Librería! –se hace escuechar Amy jalando la manga de Louis -¿Por favor?

-Claro, linda –accede tomando su mano, se percata de que Harry mira una tienda de lencería con curiosidad -¿Vienes bebé? -llama al chico, quien lo sigue colgandose de su cuello traviesamente.

-Eres el mejor papá, ¿Lo sabes, no? -se inclina hacia adelante el rizado, maravillandose de como aparecen pequeñas arrugas alrededor de los ojos de Louis cuando le sonrie.

-Vamos, Hazz... no seas modesto -le da un corto beso -Ambos somos los mejores papás.

El labio de Harry es mordido, pero no disimula ni un poco la sonrisa que le sacan esas palabras.

La librería resulta ser más grande de lo esperado, con dos pisos, uno para adultos y otro para niños. Acuerdan pues, que Louis y Amy vayan a la zona infantil para que Harry pueda ver tranquilo lo que desee.

El rizado recorre con los dedos los títulos de los libros de cocina, buscando algo que le pueda ayudar, agarra uno sobre escultura en chocolate y lo hojea, revista su billetera donde hay suficiente dinero. Asi que toma otro sobre pasteles de boda, disponiendose a comprarlos.

-¡Papá Harry! -Amy le grita desde el barandal de las escaleras -¡Papi Louis encontró un libro para hacer galletas! -agita el articulo mencionado en el aire, asegurandose de que note su existencia.

-¿Lo quieres, princesa? -responde en casi el mismo tono poniendo las manos alrededor de su boca.

-¡Si! -la niña da saltos, sin dejar de agitar el libro.

Las manos de Harry se mueven haciendole señas de que se acerque, Louis va detrás de ella, mientras llegan, se forma en la fila para pagar.

Su cerebro es una mezcla de de sensaciones.

De dos fuerzas que luchan una contra la otra dentro de si. El incondicional amor a su familia... y el miedo.

No le alcanzan las palabras para describir lo que pasa por su mente, es abrumador, como la paranoia lo consume por dentro, la idea de que alguien está al asecho... simplemente le hace olvidar como respirar, desear estar loco y que sean alucinaciones. No podría con la carga de exponer a Amy y a Louis a algún peligro.

Quiere creer que las cosas van a estar bien, por que si no lo cree... si su... miedo resultara tener fundamento, si hay alguien, si es quien... reza al cielo que no sea, entonces...

-¿Listo?

Unas manos lo abrazan por detrás ciñiendose en su cintura, se tambalea un poco desconcertado, pero al final logra equilibrarse.

-¿P-para qué?

Murmura entre risas.

Le toma dos segundos exactamente darse cuenta que no es Louis.

Y sólo uno para quebrarse.

-Para irte conmigo, Hazzie -su voz ronca hace que cada centímetro de su alma se encoja -Donde perteneces.