2.- Mi peor sospecha

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POV. Jamie

La pregunta de Dakota me ha bloqueado por completo. Creo que acabo de perder el habla y puede que hasta la cordura. He dejado de ser un testigo presencial de la escena que transcurre frente a mis ojos y floto en una nube sobre esta habitación de hospital. Sólo cuando la enfermera habla mi alma huida parece volver a mi cuerpo.

- Buenos días Dakota, soy la enfermera Joy Philips ¿Qué tal? ¿Cómo te encuentras?

Dakota me mira como buscando respuesta, le devuelve la mirada a la enfermera y después clava la vista en la ventana.

- Yo... ¿Qué ha...? No sé qué... - balbucea.

Se oyen unos toques en la puerta de la habitación y ésta se abre dando paso a una sonriente doctora Jean Martins.

- Hola Dakota. Qué alegría poder verte despierta. Soy tu doctora, Jean Martins. ¿Sabes dónde te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Tienes mareos o nauseas?

- No... esto... esto no es real, no... no está pasando... no... - dice Dakota mientras se revuelve en la cama entre muecas de dolor.

- Tranquila Dakota. Estás en el hospital... - le responde la Dra. Martins con una gran sonrisa justo cuando es interrumpida por una ya enloquecida Dakota.

- No, no, no... - dice llorosa mientras tira de las vías intravenosas para quitárselas - Quiero irme de aquí... esto no es real...

La enfermera Philips, la Dra. Martins y yo intentamos sujetarla e impedir que se quite las vías, pero se revuelve sobre sí misma y logra zafarse de nuestro agarre. Sé que se está haciendo daño con cada movimiento que hace, igual que yo, lo veo en su cara, en sus muecas y sus gemidos pero parece no importarle. No sé que le ocurre.

- ¡NO! ¡BASTA! ¡SOLTADME! - chilla.

- Dakota por favor, tranquilízate... - intento apaciguarla - Vamos, cariño... estamos aquí para ayudarte...

-  Tienes que tranquilizarte ¿de acuerdo? Tendremos que sedarte si no lo haces - intenta la Dra. Martins, olvidada ya toda sonrisa - Aquí estás en buenas manos. Procura respirar con normalidad.

Pero nada detiene a mi mujer que sin apenas fuerzas sigue intentando ponerse en pie.

- Hay que sedarla - concluye la doctora - ¡Ya!

Logramos mantenerla sujeta entre los tres mientras el sedante hace su efecto. Voy fijándome en su rostro y en sus brazos a medida que va tranquilizándose. Ha llegado a arrancarse una de las vías. Y su cara refleja un temor que nunca he visto. Nunca. Ni siquiera... ni siquiera cuando nos ocurrió la razón por la cual hoy los dos estamos aquí. Veo como poco a poco va cerrando esos ojos azules llenos de lagrimas. Y me da miedo pensar que no vaya a volver a abrirlos.

- Esperaremos unas horas a que despierte y veremos si el sedante la ha tranquilizado - dice la doctora Martins - Puede que sólo sea el estrés post traumático. Pero por ahora es cuanto podemos hacer.

- Sí... gracias... - respondo

- No hay de qué - me sonríe tranquilizadora y sale por la puerta mientras la enfermera Philips termina de ponerle una nueva vía en el brazo a mi mujer.

- Si necesitas algo no dudes en tocar el botón - dice la enfermera - Estaremos en el control.

- De acuerdo... y gracias de nuevo - le sonrío, o al menos hago un intento.

Me quedo mirando a Dakota y no puedo evitar pensar en lo que ha ocurrido desde que ha despertado. Es como si no fuera ella. Es decir, lo es en cuerpo, pero no parece serlo en alma. La forma en la que mira y como se comporta... es como si su mirada estuviera vacía y su cuerpo sin un patrón que lo controle. Espero que sea sólo la consecuencia de un estrés post traumático, como dijo la doctora, de no ser así, me aterra pensar en el futuro.

Pero a pesar de mis pensamientos agoreros, tengo que hacer algunas llamadas, al menos a sus padres, para decirles que Dakota ha salido del coma.

A las pocas horas Melanie y Don llegan al hospital emocionados por ver a su hija de vuelta. El sedante aun está haciendo su efecto y Dakota sigue grogui. Aunque no por mucho tiempo.


- ...

- Estaba muy alterada, no sé qué le pasaba... - digo.

- Habéis sufrido mucho, es normal que no sepa ni cómo comportarse... - me contesta Melanie.

- La doctora dijo que podía ser estrés post traumático - respondo.

- Seguro que sí, Jamie. Pronto volverá a ser mi pequeña... nuestra pequeña - Don nos dedica una sonrisa a los allí presentes.

- Eso espero, sí... - le devuelvo la sonrisa a Don.

- Ahora es cuando más nos va a necesitar, después de lo que ha pasado... - una vocecilla interrumpe a Melanie.

- ¿Y qué se supone que ha pasado? - pregunta Dakota mientras abre los ojos.


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Disfrutadlo.

Unikornio








Nuestra propia película (Jamie y Dakota) | #Wattys2016Where stories live. Discover now