Nuestra propia película (Jamie y Dakota) | #Wattys2016

6.- El reflejo

POV. Dakota

Abro los ojos y me reconforta notar que no me escuecen tanto como ayer. Como puedo, intento estirarme un poco y siento que el cuerpo también me duele algo menos. Al igual que la cabeza. Miro hacia la ventana, donde están sentados Stella y Jamie. Ella leyendo un libro y él, exactamente en la misma posición que le dejé ayer a la noche. Mirando por la ventana pensativo. Y una vez más, como si notase mi mirada penetrándole, se gira en mi dirección. Sólo que esta vez no aparto la vista de él.

- Hola - le digo.

- Hola - responde.

Se me queda mirando con una media sonrisa casi imperceptible, pero sus ojos le delatan, le brillan. Está contento.

- Buenos días Dakota - Dice Stella sonriendo y dejando su libro sobre la mesa - ¿Tienes hambre? - pregunta.

- Un poco... sí... El estomago me ruge desde que desperté ayer - le confieso.

Stella y Jamie cruzan de pronto la mirada, pero enseguida vuelven a mí.

- Voy a avisar a la enfermera para que te traiga algo de comer - dice Stella.

Y sale por la puerta dejándome sola con Jamie, que no me quita la vista de encima. Su forma de mirarme me da un poco de miedo y hace que se me acelere el corazón. Ahora si que me veo obligada a mirar hacia otro lado que no sea él.

- ¿Cómo te encuentras hoy? - pregunta de pronto.

- Mejor - no me explayo en mi respuesta.

- ¿Te sientes con fuerzas como para ponerte en pie? - pregunta esperanzado - Si quieres luego podemos intentarlo.

- Quiero levantarme de la cama pero no sé si voy a tener fuerzas para caminar. Me da miedo caerme.

- Tranquila... aunque tropieces no pienso dejar que caigas. Nunca... - responde él. Y parece sincero.

Le dedico una sonrisa, porque no sé que otra cosa hacer. Y entonces aparece Stella.

- Ahora te traen algo de comer. Pero la doctora me ha dicho que antes pasará a hacerte un chequeo rutinario - dice ella. Y a los diez minutos la Dra. Martins y una enfermera están tocando la puerta.

Después de echar a Stella y Jamie de la habitación, me quitan el catéter y revisan todas mis heridas y vendajes. Y me hacen repetir los mismos ejercicios de equilibrio y coordinación que tuve que hacer ayer.

- Le diré a la enfermera Smith que te traiga algo de ropa para que no sigas desnuda. Desayuna sin prisa y más tarde intentaremos dar unos pasos ¿Qué te parece? - pregunta la doctora.

- Sí, me encantaría, gracias.

Desayuno con lentitud, saboreando cada bocado, como me ha dicho mi médico. No es lo mejor del mundo, pero se deja comer y lo agradezco, sinceramente. Cuando termino miro el pijama que la enfermera Monica Smith me ha dejado sobre la cama.

- Stella...

- Sí, Coqui... - dice levantando la cabeza de su libro.

- ¿Podrías ayudarme a ponérmelo, por favor? - digo señalando el pijama.

- Sí, claro - responde sonriente.

Yo miro a Jamie como pidiéndole con los ojos que no mire mientras me visto. Y él parece entenderlo porque me da la espalda. Pero no me fio y mientras Stella me ayuda, sigo mirándole para que no se de la vuelta.