29. - Consejo

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POV Jamie

- Siento no haber hecho nada. Lo intenté, créeme, pero no pude - le digo a Dakota.

Todos los recuerdos de aquel día vienen a mi mente y me quedo mirando a ningún punto en concreto.

- Jaime, por favor... Esto es una visita médica. Sal de la habitación si no te importa - dice la Dra. Martins devolviéndome a la tierra.

Está limpiando de lubricante el abultado vientre de Dakota y yo me quedo embobado mirando. Me encantaría poder tocarlo una vez más, pero no es el momento. Mi mujer se da cuenta de que la estoy mirando y baja su camiseta rápidamente, en cuanto la doctora termina. Y ésta última nos mira con el ceño fruncido a ambos.

- Esperad un momento chicos... - dice la doctora de pronto - Esperad los dos, por favor...

Dakota y yo la miramos sorprendidos. Se toma unos segundos en hablar, como si estuviera buscando las palabras correctas.

- Me gustaría deciros algo de forma extraoficial. Y aun así, quizá me juegue el trabajo por ello - dice con una sonrisilla nerviosa - Pero creo que tengo que decíroslo.

Nunca había visto actuar así a la Dra. Martins. Siempre ha sido una mujer cordial, pero correcta y eficiente en su trabajo.

- No soy de vuestro entorno más cercano; os conozco desde hace poco tiempo y desgraciadamente no por muy buenas circunstancias. Así que no conozco mucho de vuestra vida, salvo lo que los medios cuentan. Y si me estoy tomando la libertad de hablaros así, es porque creo que os he conocido en una de las peores circunstancias de vuestra vida...

Dakota y yo la miramos en silencio. Ella toma un gran suspiro y continua hablando.

- Aquel día estaba de guardia en el hospital y llegó un aviso a la central. Dos sujetos con diversas contusiones y heridas. Nos dieron vuestros nombres y erais vosotros. Los protagonistas de Cincuenta sombras de Grey. La noticia de vuestra llegada se extendió enseguida por todo el hospital - hace una mueca de desaprobación - Se rumoreaba que llegaríais en helicóptero, así que la gente estaba aun más expectante. A mí me parecía ridículo... las grandes estrellas siempre derrochando, pensé...

Ella sonríe levemente y yo le sigo.

- Esperaba que fuera algo rápido. Sólo quería hacer bien mi trabajo y terminar mi turno para poder estar con mi familia. No nos habían dado muchos detalles de vuestro estado; así que pensé que sería algo leve. Quizá alguna fiesta fuera de control que acabó a golpes... O incluso alguna pelea conyugal... - dice levantando los hombros - nunca se sabe. Supongo que son tópicos que se asocian a las estrellas - dice como disculpándose - Cuando entrasteis por la puerta de urgencias y os vi... - se calla un segundo - En ese momento me di cuenta de que era algo serio. Os separaron nada más entrar, cada uno en un boxes. Dakota tú...

La doctora mira a Dakota y ella asiente levemente con la cabeza para que continúe.

- Tú llegaste inconsciente y tenías una gran herida en el vientre y en la cabeza. Los sanitarios que te trajeron me dijeron que estabas embarazada y yo sólo esperaba poder salvarte la vida tanto a ti, como al bebé. Y tú Jamie - me mira - tenías los pulgares dislocados y el peroné roto. Pero seguías queriéndote poner en pie. Querías ir con Dakota y no hacías más que preguntar por ella y el bebé.

Es cierto, lo recuerdo, así que asiento levemente con la cabeza. Vuelve a quedarse en silencio y mirándonos.

- Jamie estuvo en el hospital contigo todos y cada uno de los días - le dice la doctora a Dakota - No se movía de al lado de tu cama. Tus padres y tus hermanos también venían a menudo - sonríe - Stella te solía leer, es una jovencita muy inteligente. Alex y Jesse te recordaban viejas historias y pequeñas batallas... - sonríe.

- No recuerdo todo eso - dice Dakota.

- Lo sé - contesta la doctora - Y es una pena... porque he podido conocer a tu familia y puedo decir que es un encanto. Sólo quieren lo mejor para ti.

La Dra. Martins vuelve a suspirar y mira su reloj.

- Creo que tendríais que sentaros a hablar. Los dos estáis llenos de miedo y puede que haya hasta algo de rencor mutuo - dice dudosa - Pero creo que como no os comuniquéis, acabareis volviéndoos locos los dos.

- ¿Y de qué vamos a hablar? No tengo nada que contarle... - dice Dakota secándose una solitaria lágrima de su mejilla.

- ¿Tú crees? - pregunta la doctora levantando las cejas dudosa - ¿Por qué no empiezas contándole tus deseos y tus sueños?. Deja libres tus sentimientos... haz que florezcan, no intentes enlatarlos dentro de ti o acabaran absorbiéndote. Jamie va a estar ahí para escucharte - dice señalándome - y no te va a juzgar.

Dakota mira los dedos de sus manos, que juguetean entre sí sobre su vientre.

- Dices que no hizo nada por ayudarte - le dice la doctora a Dakota - Sin embargo, te saco de allí. ¿Eso te parece no hacer nada? - pregunta - Porque, sinceramente, para mí es heroico que fuese capaz de llevarte en brazos a un lugar seguro, teniendo la pierna rota. Ambos habéis sufrido mucho, de una manera u otra. Y no podéis seguir culpabilizándoos por lo que no hicisteis.

Dakota levanta la cabeza sorprendida y se queda mirándome...

- Yo...yo... - balbucea ella - No lo sabía... - termina en un suspiro - Jamie no me cuenta nada de aquello.

- ¿Y qué quieres que diga? - pregunto exasperado - ¿Que te cuente cómo me tuve que dislocar los pulgares yo mismo para sacarte de allí? - niego con la cabeza - Y al final ¿para qué? - suspiro cansado - Para que ahora estemos en un punto muerto. Sintiéndome como una mierda cada vez que me miras, porque fui incapaz de hacer nada.

- Jaime... relájate - me dice la doctora - He dicho que tenéis que hablar, no que tengáis que discutir. Y esto va también por ti Dakota - dice mirándola a ella - Me parece que ninguno de vosotros es consciente de que ambos habéis pasado por lo mismo. Poneros en el lugar del otro.

La doctora tiene razón, tenemos que dejar de ser hostiles el uno con el otro... por el bebé, al menos... Tengo que contarle todo lo que ocurrió o acabaremos mucho peor. Creo que aunque doloroso de recordar, será beneficiosa para ambos.

-Ahora tenéis que pensar en el futuro - dice la doctora - Yo como médico ya no puedo hacer más por vosotros; os toca poner de vuestra parte.

- ¿Dakota puede montar en avión? - pregunto de repente.

- Ah... - a la doctora le ha descolocado mi pregunta - Sí, no debería haber ningún problema siempre y cuando ella esté relajada. ¿Teníais intención de viajar?

Asiento levemente con la cabeza. En cuanto pueda me la llevo a España. La Dr. Martins también asiente.

- De acuerdo, pero esperad un par de días, por favor, hasta que os quitemos todos vuestros impedimentos.

¡Bien! Al fin me desharé de esta horrible escayola y de los vendajes de la mano. Y por fin podré reconquistar a Dakota como Dios manda. Una sonrisa bobalicona se extiende por mi cara mientras voy pensando cómo organizarlo todo.



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Mil gracias a todos!!!



Unikornio

Nuestra propia película (Jamie y Dakota) | #Wattys2016Where stories live. Discover now