Capitulo 15: Escape

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Mirando las nubes me puse a pensar será que estoy haciendo lo correcto si mi padre estuviera aquí diría tienes que superar tus problemas, no puedes enfrascarte en eso, verán a pesar de que soy la numero uno en todo siempre he sido rebelde así que siempre he buscado la manera de alejar los problemas o si es caso seguir como si no estuvieran allí.

Pero al final siempre me alcanzan o como lo decía una novela argentina la cual me encantaba ver "el rulo siempre vuelve" y a pesar de lo ilógica o rara comparación era cierto. Por más que intentes alejarte siempre va a ver algo que te lo recordara.

Ya sabía eso pero esta vez tenía que postergar aunque sea un poco la humillación pública que sentí en frente de la clase. Sabe lo doloroso que es para alguien que siempre tiende a hacer todo de manera minuciosa para que salga bien, y de pronto todo eso se derrumba.

*FLASHBACK*

- Que hace el aquí –dije cuando note que en la sala había un señor bastante mayor vestido de esmoquin con un bastón.

- Es tu abuelo deberías ser más respetuosa –disculpa, aguante mi poca rabia y active la bendita paciencia.

- Claro, lo dices como si se te fuera olvidado que él me alejo de ustedes, recuerdas –paciencia, por favor que es eso.

- Hello! estuve hasta los 8 años sin conocerlos, gracias a este señor - y lo señale muy amablemente y sarcásticamente. Este señor me hacía estar más enfada que cuando mis padres no llegaron a mi fiesta de 13.

- Hija ten un poco de respeto –dijo mi padre mostrándome eso ojos de por favor no queremos pelear.

- Tú también estas de su parte padre cuando ambos o todos sabemos que él te odia y que si no fuera porque tú fuiste por mama después de años y ella te contó lo sucedido, yo no estuviera aquí o ninguno. – grite esto tan fuerte que me quede sin saliva, literal.

- Además solo te tolera por el imperio que construiste –alce los hombros y pensé sorry but not sorry.

- Bájale dos rayas quieres hija déjalo hablar –dijo mi madre con los ojos muy abiertos.

- Mama no soy radio –me estresaba cuando me decía eso – y con permiso me retiro a mi habitación –dije haciendo una reverencia.

- Hija, tu abuelo...-

- Que deje un mensaje, un recado, o que no diga nada mejor- di un portazo, y me dirigí a mi recamara en el segundo piso.

Estaba tan enojada que lo mejor que pude haber hecho fue canalizar mi ira poniéndome una almohada en la cara cuando subí. Tenía ganas de tirar todo lo que encontrara a mí alrededor, pero no era justo con mis cosas, lo se soy rara. No me di cuenta en que momento mis gritos terminaron en llanto, ni cuando la música estaba tan alta que mis pensamientos estaban nublado. Recuerdo que llego un momento en que me harte y salí a bañarme, cuando termine me cambie rápidamente colocando un pantalón caqui con una blusa manga larga de rayas y mis fieles botas negras, fui al tocador, agarre un elástico marrón, me hice una cola de caballo y salí por la ventana como tantas veces que lo había hecho en el  internado o lo que sea.

Camine hacia el establo, a buscar a Arizona para dar un paseo con ella, la adoraba ese fue el primer regalo de mis padres cuando me llevaron a casa por primera vez. Ella y yo hemos sido amigas desde siempre, como adoraba a esa yegua, ella era casi toda marrón a excepción por una gran mancha blanca que se extiende por medio de su cara desde la frente y porque el final de sus cuatro patas eran blancas. Ese día pase toda la tarde montando a caballo. Sintiéndome libre como los caballos salvajes.

Hasta que el sol comienza a ocultarse lo que indicaba que ya casi era hora de cenar, la cual siempre se respeta sobre todo cuando mis padres están en casa así que eso indica que tenía que devolver a Arizona al establo, y yo escabullirme a mi cuarto antes de que me fueran a buscar.

Cuando llegue a la casi trepe rápidamente, y corrí al armario a cambiarme de ropa, así que me coloque una camiseta manga larga negra con rayas blancas y obviamente me deshice de mis botas y las cambie por unas hermosas baletas negras.

Mire el reloj eran las 6:55 p.m. es hora me dije y baje antes de que me llamara.

Como es usual, al entrar encontré a mi padre hablando por celular y a mi madre dándole intrusiones a lucia quien nos ayudaba con los quehaceres de la casa.

- ¿Dónde está Esmeralda? – pregunte justo cuando mi padre colgó el teléfono,

- Está arriba, Emma tenemos algo que contarte?- dijo mi madre mirando a mi papa esperando una confirmación, a lo que mi papa asintió supe que algo no estaba bien.

Y juro que nunca pensé en las palabras que iba a pronunciar.

*Fin del FLASBACK*

- Señorita, señorita – escuche a lo lejos.

- Si... ya voy lucia, cinco minutos más - respondí y volví a acomodarme.

- Señorita ya llegamos a su destino- decía la azafata, mientras me movía un poco.

- ¿Qué? dije mientras me incorporaba.

- Ya llegamos a Boston, señorita- allí me doy cuenta que era a única sentada y en el avión además de las azafatas que mi miraban con cara de pobre niña.

- Quiere que le prestemos un espejo- ¿Qué le pasa? y después recordé que tenía mi cabello todo desaliñado y seguramente baba en mi barbilla. Lo cual confirme.

Luego de arreglarme me baje del avión estoy casi segura que las azafatas casi me aplauden pero no me importaba, reclame mi única maleta y comencé a caminar hacia la salida para buscar un taxi que me llevara al hotel.

Al llegar me registre en la recepción, me entregaron mi llave y sin más camine hacia el ascensor el cual comenzaba a cerrar sus puertas, corrí y impedí que esta logran su cometido colocando la mano al igual que el único ocupante que llevaba.

Entre y los ojos más lindos que había visto me pregunto qué piso –siete –dije y solté el aire que no sabía que había estado sosteniendo. El muchacho de ojos grises presiono este y como solo estábamos nosotros no sé si eso hizo que la subida se hiciera eterna.

Cuando al final llegue a mi piso, las puertas se abrieron, me baje del ascensor y él dijo –nos vemos por allí –justo cuando se cerraban las puertas.

Comencé a caminar así mi habitación 701...702...705...706...hasta que al fin llegue a la 707.

Pase rápidamente la tarjeta, y entre, cerré la puerta detrás de mí, coloque mi bolso en la cama y la maleta, solo había hecho una rápida parada a mi habitación para recoger mi cámara, laptop y obvio un poco de ropa.

Después de estar como 15 minutos tirada en la cama o tal vez mas quien sabe, se me da por enfrentarme a lo inevitable, miro mi celular, y lo encendí al principio solo vi la hora 10:00 pm pero luego de pasados unos segundos comenzaron a aparecer los mensajes pero esto no duro mucho porque la llamada de mi padre entro inmediatamente. Y solo me quedo una salida.

-Hola papi- era la dulzura hecha voz.

Coqueteando Con La Realeza ♔ (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora