Capítulo 31: Casi perfecto.

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La playa es el lugar más relajante hasta ahora, oír como la marea golpea la orilla es una de las mejores sensaciones eso sin contar ver el atardecer, esto si es vida.

Las chicas y yo estábamos acostadas en la arena, sin decir una palabra solo apreciando el panorama. La playa no estaba completamente vacía había una que otra pareja en el lugar, pero nada lo suficientemente meloso como para que nos dañara la tarde.

Tanta calma y tanto silencio, sin contar la brisa hizo que poco a poco fuera perdiendo la conciencia.

Cuando me levante lo primero que vi fue a Dylan charlando con un muchacho y juntos estaban intentando prender una fogata.

Miro hacia al lado y me encuentro con una sonriente Julieta tomando fotos con su cámara hacia el paisaje aunque no sé qué tan efectivas serían las fotos por la oscuridad que había y eso me recuerda que no sabía la hora, me levanto de la arena, me sacudo un poco y camino hacia el carro donde están nuestras cosas. A medio camino Julieta me grita y me tira las llaves.

Quito la seguridad, abro la puerta y cojo mi mochila para primero visualizar mi celular el cual tiene 8 llamadas perdidas donde solo 5 son de Santiago y las otras tres son de mi madre, lo que es raro y me da un poco de mala espina porque no se normalmente soy yo la que llamo no ella.

Así que me coloco un short de jean y una blusa, para luego devolver la llamada.

Mientras timbra el teléfono me imagino todos los escenarios drásticos que puedo solo por la creencia de que nada de lo que imagino pasa, por lo que es como un escudo de protección o eso siempre me he hecho creer.

Al cuarto timbre y ya estaba perdiendo las esperanzas.

-Alo hija-

-¡Mama! ¿Qué pasó? ¿Cómo están? ¿Esmeralda está bien? ¿Y papa? –

-Todos estamos bien Emma – me relaje un poco.

-Bueno mama te creo, pero entonces porque llamas – esta llamada obviamente tenía un motivo oculto, era muy raro.

-Hija de cuando acá una madre tiene que tener un motivo para hablar con su hija-

-Ósea mama tienes razón.... solo que me preocupé por ver tantas llamadas perdidas-

-Eso me recuerda ¿porque no contestabas Emma?-

-Ahh eso estaba dómida y me celular no se encontraba cerca- teóricamente no estoy mintiendo, solo omito parte de la verdad.

-A esa hora y ahora a qué hora te acostaras si dormiste toda la tarde- típica frase que no puede faltar.

-Ah mami tengo que estudiar por eso no te preocupes seguro ahora que coja un libro me dormiré- me reí. Porque si no se lo toma en serio.

-Tienes el mismo sentido de humor que tu padre, pero eso no es lo que me mantiene llamándote – no y que no había un motivo.

-Tu padre tiene una importante cena con unos socios de Francia entonces organizaremos una fiesta en la casa, queremos que estés con nosotros –

-Bueno mama – no quiero – déjame ver que tenemos para esa fecha y dependiendo que tan ocupada este vemos si voy o no-

-Vamos Emma no siempre te pedimos estas cosas además ya tenemos bastante rato sin verte – dijo mamá -cierto Emma - se escuchó a esmeralda al teléfono.

-Está bien mama... prometo ir solo dime cuando es -

-Este fin de semana– calma.

-Mama no puedes avisarme así como así, tengo que estudiar además mi horario está repleto – suspire –Bueno estaré allí, no te preocupes. –

-Gracias hija tu padre estará más que contento – se escuchó un aplauso – saludos a tus amigas nos vemos pronto.

-Bueno mamá, nos vemos el viernes. – dije y colgó.

Después de hablar con mi madre vi a las muchachas en el carro esperando que terminara de hablar.

-y que pasó con la fogata – pregunte apenas me subí al auto

-no pudimos encenderla – dijo Dylan mientras Julieta ponía en marcha el carro – pero sabes que si logre hacer – me miro con una cara que no se describir

--Mnnn no tengo ni idea – Julieta se ríe.

-Conseguir el número de mi acompañante o debería decir –hizo comillas con la manos – instructor de fogata o lo que sea – agito un papel como si fuera la bandera blanca-

-Mnnn interesante bien por ti –

-No te piensas alegrar –

-Claro que si solo que.... ¿A dónde vamos? – pregunte a Julieta

- A comer helados – mire la hora eran pasadas las 8 de la noche

-Buena idea solo falta eso para completar un día sin estrés-

O eso creía.

Después de 20 minutos en el camino de regreso se escuchó un sonido metálico golpeando contantemente, así que Julieta decidió disminuir la velocidad y menos mal pues con la reducción de velocidad el sonido fue opacado por un estruendo más grande que solo podía indicar una cosa.

Las tres nos miramos en este instante.

-Más te vale que tengas un gato con motor porque si es manual... hasta aquí llegamos – Julieta se echó a reí de la ocurrencia de Dylan.

Pero de echo ella tenía razón, la llanta se explotó y nos tocaba remplazarla, no podíamos estar más contentas.

Así que yo me dedique a colocar la señalización en la carreta, mientras Julieta y Dylan sacaban la llanta de repuesto.

La carretera estaba poco iluminada lo que no ayudaba mucho pero dábamos gracias a Dios que al menos tenía luces. Así que utilice mi celular para alúmbralas mientras ella buscaban el gato en el baúl del carro, cual al fin lo encontró Julieta se lo paso a Dylan quien abrió los ojos.

-¿Que paso?- pregunte mirándola

-Este gato no va a servir – miro a Julieta que comenzó a buscar en el baúl nuevamente

-¿Por qué? – un carro paso a uno velocidad moderada y la redujo más pero luego simplemente siguió.

-Porque es un gato hidráulico que esta mojado quiere decir que se derramo el líquido, así de simple- entonces apareció Julieta con otro en la mano.

-Aquí hay otro que es manual- Dylan elevó sus manos al cielo pero no dijo nada. Mientras otro carro pasaba a gran velocidad por la carretera.

-Aquí entre nos alguna sabe cambiar una llanta- pregunte porque yo no tenía la menor idea.

-Yo si la cuestión es que el gato es manual y quien de nosotras tiene la fuerza – señaló la llanta.

- En eso una moto con dos policías pasa y se detienen delante del auto, Julieta y yo nos miramos mientras Dylan caminaba hacia ellos con una gran sonrisa.

-Algún problema señoritas – pregunta un oficial.

-De hecho sí, pero estoy segura que ustedes nos pueden ayudar – y entonces Dylan comenzó a relatar lo que había sucedido con nuestra llanta a los oficiales mientras Julieta llamaba a David para que viniera a auxiliarnos.

Y pues yo solo observaba como el otro oficial se ponía manos a la obra en cambiar la llanta. Cuando mi celular sonó.

-Están bien, ¿qué les sucedió? ya vamos para allá. -

-Ok - fue lo único que pude contestar antes de que me colgara.

-¿Quién era? - pregunta Dylan cuando termina de relatar la situación a los policías.

-Sebastián – respondo – dice que ya vienen.

Coqueteando Con La Realeza ♔ (Sin editar)Место, где живут истории. Откройте их для себя