Coqueteando Con La Realeza ♔ (Sin editar)

Capitulo 44: Oh mildred!

Cuando entramos en nuestro terreno yo estaba feliz ya quería ver a mamá y esmeralda, pero sobretodo dar un paseo por los alrededores con Arizona.

También echaba una que otra ojeada a Santiago y veía su expresión tensa en la parte de atrás y todo era por mi papá.

Cabe aclarar que mi papa es genial, solo que como él dice tiene que mantener una imagen.

En fin, al llegar a la casa mi madre fue la primera en aparecer por la puerta junto con esmeralda que no tardo en correr a mis brazos.

Mi mama me abrazo con esmeralda en medio de nosotras.

-Me aplastan- gritó mi adorable hermana, la cual es un poco exagerada.

-Elena ya viste que tenemos compañía. -dice papa y señala con la boca a Santiago quien estaba bajándose a penas del carro.

-¿Quién es este joven? - pregunta mama y me mira.

-Buenos días, señora soy Santiago un amigo de la universidad.

-Mucho gusto soy Elena, la mama de Emma - le da la mano

Santiago acepta el saludo.

Y esa básicamente fue como se conocieron, mama le encanto la visita de Santiago, también le gusto lo bien parecido que era y sobre todo me dijo que se veía maduro para mí por lo que ella aprobaba nuestra relación, a lo que yo volteé los ojos aunque en el fondo sabía que me reclamaba por el hecho de que no le había avisado con anticipación.

Pero luego de ver lo caballeroso que es Santiago se le olvido.

Así que básicamente después de subir nuestras cosas a sus respectivas habitaciones, almorzamos y luego esmeralda invito a Santiago a que conociera su pony.

Y en eso estuvimos, caminando por los establos con una esmeralda emocionada jalando a Santiago por todos lado y yo atrás de ellos, impresionada por como esmeralda estaba de intensa con sauce, como siempre estaba saltando y riendo haciendo que sauce hiciera todo lo que ella pedía.

Luego de terminado el paseo, no por esmeralda que quería seguir cabalgando y paseando, si no por su hermana la bruja que no la deja divertir o eso dijo. Y así quede como la hermana bruja y todos en la casa ya los sabían. Esmeralda llego contando con rabia y enojada conmigo e incluso hizo que sauce la cargara para evitar que yo la tomara de la mano.

En este momento ella estaba viendo televisión, ya lista para la cena, llevaba un vestido azul pomposo y sus rizos caían naturalmente por su espalda. Esmeralda tenía su cabello marrón oscuro casi negro, por lo que salió a mi madre y con sus ojos verdes.

Es increíble lo que la genética puede llegar a hacer, yo rubia y ella castaña. Aunque algo si le dio flojera a la genética es lo demás, pues esmeralda se parecía mucho a mí de pequeña.

Yo en cambio apenas iba a domar mi cabello "plancharlo", eran las 5:30 la reunión comenzaba a las 6:30 pero como en esta industria nadie es puntual tenía hasta las 7:30 para bajar a la sala.

La cena se quedó en servir a las 9:00 por lo que los invitados de papa, llegarían alrededor de las ocho o eso calculamos mi mama y yo.

De cualquier manera, ya los del banquete están arreglando el jardín de atrás para la cena, y eso por dos razones.

1- Mi madre decía que la mesa del banquete no entraría en la sala.
2- Razón principal si algo se derrama, no mancharía la alfombra en la sala.

Esta es la principal razón por la que a pesar de tener un vestido, debía colocarme unos zapatos acorde con la grama del jardín, eso o simplemente rezar para no hundir mi tacón en la grama. Así que opte por unas sandalias griegas doradas para colocarme.

Cuando se hicieron las 7:00 pm ya había terminado de arreglarme, por lo que junto a una esmeralda refunfuñona bajamos a la sala para saludar a los invitados de papá.
Es allí cuando me doy cuenta que mi abuelo también estaba aquí.
Y por si fuera poco estaba con sauce platicando como los íntimos amigos.

Ni siquiera planee acercarme al contrario camine en otra dirección para ver a quien veía.

La noche estaba fría, el cambio de temperatura se sintió apenas toque la hierba verde. Mis nariz se quería convertir en mocosa, al igual que mis ojos querían llorar, se me había olvidado lo reumática que era. O debo decir atópica que soy, alérgica acaso.

Decidí entonces escabullirme de nuevo adentro, pero fue en vano.
Los hermanos James estaban interrumpiendo mi hermoso paso.

Así que mi sonrisa falsa broto de mis labios, junto con las palabras.

Oh Mildred querida! Hola. - y mi brazos la cubrieron en un abrazo.
Michael también es un gusto verte nuevamente - dirigiéndome a mi ex sin ningún "rencor".

No es que allá pasado algo trascendental con Michael, acepto me enamore de él perdidamente, se puede decir que estaba tragada pero el de un momento decidió que yo solo estaba estorbando, que ya no me quería, y que necesitaba su espacio personal y así fue como él y yo terminamos, la relación duro aproximadamente un año nuestros padres nunca se enteraron.
Soo... nada de qué preocuparse.

-Ohm Emma me contaron que te fuiste siempre para california- no me dio tiempo de reaccionar cuando inmediatamente agrego.

-Como sabrás estaba muy ocupada arreglando mis cosas para ir a Oxford que se me olvido por completo preguntarte a que universidad ibas a estudiar.- típico de Mildred no podía dejar pasar la oportunidad de recalcar su ingreso a Oxford, si me preguntaran si existe alguien más creída que Sharpey Evans pues Diría Mildred James por supuesto.

-No te preocupes, no es que sea algo como acabar la pobreza es más trascendental que eso, es estudiar en Oxford - dije.

-Lo mismo dije yo cuando mi mamá pregunto por dónde ibas a estudiar, le dije mami por favor necesito comprar ropa para Oxford- respondió ella casi de inmediato como si tuviera esa respuesta memorizada.

-Pero por supuesto, tu mama ya debe entender que hay cosas más importantes, no es como si fuésemos a arreglar la hambruna en el mundo o nos ganáramos el novel de paz o algo. Es Oxford algo más importante. ¿Cierto?

-Cierto,... -

-Si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer, que perder mi tiempo hablando de pequeñeces, que disfruten la cena.-me retire sin más.

Mientras me dirijo a la sala escucho

-¿Porque se va así? - le pregunto Mildred a Michael.

-Porque no pudiste dejar tu petulancia de lado- respondió Michael a lo que me reí.

Así que felizmente me fui hacia la zona de la cocina porque tenía ganas de un pedazo de tarta de chocolate.