Capítulo 56: Fotografia

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Después de ese momento incomodo, donde me entero que no encontraron mi acta de nacimiento que por cierto tengo que aclarar y hablar eso con mis padres. La reina y la abuela de Santiago siguieron haciéndome preguntas sobre mi vida cotidiana siendo sincera sentía que estaba en un polígrafo porque tal y como me lo confeso la abuela de Santiago ellas tenían una carpeta sobre mí.

Espera si ellas tenían una carpeta sobre mí, eso quiere decir que muy seguramente Santiago también pudo adquirir información mía.

Si es verdad que existe esa tal carpeta mía yo la quiero leer y eso será algo que hable con Santiago.

Después de terminado el té, me di cuenta que la reina era demasiado amable y buena gente conmigo y ni hablar la abuela Santiago que me atrevo a decir que es un terrón de azúcar de lo adorable que es. En este momento me encontraba en la habitación que me asignaron en el ala sur del palacio, desdoblando mi ropa y dándome cuenta que era del tamaño del apartamento de nuestra residencia. Mi habitación tenía una cama doble en el centro acompañada de dos mesitas de noche a los lados y justo encima de estas dos lámparas doradas. El closet era del tamaño de un cuarto, en el centro tenía dos puff para sentarse y estaba lleno de diferentes vestidos de todos los colores, también allí encontré zapatos de mi talla, por lo que Santiago tenía razón no era necesario que llevara ropa, aun así desempaque la ropa de mi maleta y la acomode a un lado de ese enorme closet.

Después de terminar con eso, me dirigí a ver el baño. Me encontré con que era incluso más impresionante de lo que me imaginaba, y contaba tanto con tina como ducha, tenía un mini tocador y con su espejo junto al lavamanos. Era muy espacioso.

Después de eso, decido que lo mejor que puedo hacer es comenzar a revisar mis redes sociales, después de que se supo mi nombre tome la medida de volverlas todas privadas. En Instagram tenía 9.000 solicitudes de seguimiento y cada vez que podía eliminaba solicitudes pero cada 3 minutos llegaba una nueva, así que desistí y deje que se acumularan.

Mirando el techo me di cuenta, que mi vida ahora mismo era una locura.

Sonreí, todo gracias a Santiago.

Ese mono estúpido que llego a mi vida para hacerme trizas.

Cerré los ojos, tratando de recordar el día que nos conocimos.

Recuerdo cuando pensé que era lambón por alagar al profesor el primer día, o cuando me llamo bonita y pensé que estaba coqueteando con Dylan.

Tanto había pasado desde entonces en realidad era un mes que parece como años.

¿Así es el amor?

Como si el tiempo juntos hubiese sido lo mejor que había vivido, quien iba a pensar que el idiota que "me acoso" el primer día de clase, iba a ser el mismo con que quiero estar todo el tiempo.

Se escucha como alguien abre la puerta y abro mis ojos para apreciar a un Santiago con cara de ¿qué haces? y una sonrisa que produce que mi corazón de un vuelco- ¿Por qué sonríes? – dice.

La pregunta aquí es ¿Por qué entras sin tocar al cuarto?

-Es mi casa- dice sonriendo.

-Eso no te exonera de que pude haber estado cambiándome – alzo mi ceja.

-Para cambiarte tienes el closet, que está diseñado con vestier incluido.

-Cierto, pero y si no lo uso. Y decido cambiarme aquí.

-De todos modos nos vamos a casar, a sí que Señora Dankworth no hay nada que no veré posteriormente. – mis mejillas ardieron y por primeras vez entendí la expresión me puse roja como un tomate.

-Mi amor estas roja- dijo Santiago – ¿te apenaste? – Me abrazó- eres la cosa más adorable que existe en este planeta.

Cerré mis ojos, porque ese comentario no ayudaba a eliminar el exceso de sangre en mi mejilla.

-Este momento merece una foto de recuerdo – abrí mis ojos como plato justo para ver como la foto se tomaba.

-Santiago me veo con cara de sorprendida borra esa foto por favor- dije alargando mi mano para intentar tomar el celular aunque sabía que estaba en desventaja porque era mucho más baja de estatura.

Está bien pero la otra no la borraré. – dicho esto y elimino la foto.

Dejando al descubierto a mí con los ojos cerrados y un Santiago sonriendo a la cámara.

Me miro como esperando que le pidiera que la borrara pero yo no le dije nada porque la foto me gustaba.

-¿Quieres salir? – dijo Santiago tomado mi mano y halándola levemente hacia la dirección de la puerta.

-¿Y tu mamá? – dije liberando mi mano.

-¿Qué hay con ella? –

- Nos invitó almorzar–

- ¿Y?

-Que falta una hora para el almuerzo.

-No te preocupes por ella le diré que te invitare a almorzar- me halo del brazo pero no me moví ni un centímetro. – Emma antes de ser la reina es mi mamá. Ella entenderá que quiero pasar tiempo con mi novia y llevarla a conocer Inglaterra.

-Seguro que no pasa nada –

-No te preocupes.

-Está bien. Pero solo con una condición. - lo medite.

-¿Cuál?-

-Yo manejo.-

-Estarás de broma, por supuesto que no.-

-¿Porque no?-

-Por dos razones una porque nosotros conducimos por la izquierda y dos porque no sabes manejar.-

-Sí, estoy de broma. – me reí y camine a la salida del cuarto. –entonces ¿a dónde vamos?-.

-Es una sorpresa, pequeña bromista.-

Coqueteando Con La Realeza ♔ (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora