Capitulo 21: ¿Quieres ser mi novia?

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TIMO.

Esa era la palabra que resonaba constantemente en la mente de los estudiantes de quinto año en el colegio. Los tónicos de Madame Pompfrey para calmar los nervios se expandieron poco a poco, ya que lentamente la gente comenzaba a sufrir ataques nerviosos.
Para mi, esa no era mi mayor preocupación. Lo único que necesitaba era prestar atención en las clases ( y copiar los apuntes de Hermione), estudiar un poco ( de los apuntes de Hermione), y ya. Las clases de Oclumancia de Harry ocupaban mi mente a todas horas.

Severus Snape estaba de pie delante de Harry (quien estaba sentado en una silla), en el aula de pociones.
Le explicaba sobre el "arte", de la oclumancia, y la importancia por la que tenía para que Harry la aprendiese rapidamente. Lo malo era que le repetía lo mismo todas las clases, y esta ya era la quinta. Sin contenerse, Harry defendió a su padre cuando Snape insultó a este, y en un momento el chico consiguió entrar en la mente del profesor.

Según tenía entendido yo, estaba viendo a los merodeadores en los TIMO, y a su madre, y a Snape. Éste se "libró", de conjuro de Harry, y lo mandó fuera lanzandole cosas. "Exagerado". Se giró hacia mi, y alzó una ceja.

- ¿No te vas con el, o qué?

- No es esta la forma de protegerle, Severus. Piensa en lo que pensaría Lily si te estuviese viendo.- me miró a los ojos, los cuales se aguaban un poco.- Ella era tu único y gran amor; al igual que Adler para Sirius. Ambos fuisteis separados de la mujer a la que amabais, y quieras o no en eso os pareceis. Y esa, no es razón para tratar mal a Harry.

- ¿Como sabes que...?

- No deberías dejar el pensadero sin vigilancia durante la clase.

Me fuí antes de que dijera algo, y saqué el mapa del merodeador para buscar a Harry. Era más seguro que lo tuviese yo durante las clases com Snape, por si se lo llegaba a quitar.

Harry estaba en el gran comedor, y después fue caminando hasta el lago negro. Fui hasta ahí, y lo ví encogido bajo un arbol; el mismo arbol que el había visto en el recuerdo de Snape, donde fueron James y sus amigos. Miraba al lago, y pude observar una solitaria lagrima resbalar por su mejilla.

- Harry.- se giró hacia mi, y esbozó una pequeña sonrisa. Me hizo un sitio, y me senté al lado suya.- Cuentame.

- Yo... Les echo de menos... Creo.

- ¿Crees?

- Si, bueno... No sé si... No los
recuerdo, ¿sabes? ¿Sabes lo que no es recordar a tus padres de forma lúcida? ¿Que estén muertos?

- Por desgracia... Si.- me miró sorprendido, y intentó disculparse.- No importa, en serio. Nunca los he conocido, que yo sepa... Y, bueno; lo cierto es que no sé si están muertos, pero yo ni siquiera sé quienes son.

- Olivia, yo...

- No pasa nada, Harry. Nada.

Me acerqué a el, y uní nuestros labios, sin poder contenerme. Me siguió el beso, y nos separamos al faltarnos el aire. Sonreímos, y apoyé mi cabeza en su hombro.- Harry.

- ¿Si?

- ¿Qué somos?

- Yo... No lo sé.

- ¿Qué quieres que seamos? Lo dejo en tus manos.

- Pues.. Olivia... T-tu... Querrías ser...-
se sonrojó hasta quedar como el pelo de los Weasley.

- ¿Tu novia?- asintió freneticamente.- Sí.

- ¿Segura?- preguntó temeroso. Se le veía la emoción en los ojos.

- Al cien por cien.
Harry me besó. Como nunca lo había hecho.

Desde ese momento, fuimos una pareja "oficial", por así decirlo. Los gemelos andaban por la zona y... Bueno, nos vieron. En unas horas, la casa entera de Gryffindor sabía sobre nuestro noviazgo. Fue bastante vergonzoso, la verdad, pero no nos importó mucho. Todo estaba genial, excepto por los TIMO. Ocupaban todo nuestro tiempo y... Bueno, no podíamos estar a solas mucho rato. Sirius estuvo encantado al recibir la carta que le mandamos. Se alegraba por nosotros. Los gemelos se habían esapado del colegio, dejando tras suya un pantano, el cual se negaban a deshacer los profesores para cabrear a la cara sapo.

Sentada delante de Hermione, a dos pupitres de Ron, y a tres filas de Harry, estaba terminando de escribir mi TIMO sobre Historia de la magia.

Estaba chupado... Para quien había estudiado.

Terminé de poner lo poco que me sabía, y lo entregué. Era la única asignatura que no había estudiado bastante. No es que me desagradara, pero es que era demasiado aburrido. El "guardia" no miraba el examen, simplemente lo ponía sobre una mesa, boca abajo.

Miré a mi al rededor, y ví como Harry se quedaba dormido sobre la mesa. Bueno, el y unos cuantos más, pero el era el que me preocupaba. Unos minutos después, cayó al suelo, con un fuerte dolor de cabeza, y una "guardia", se lo llevó a la enfermeria.

- ¿Puedo ir a la biblioteca para estudiar? Ya he entregado el examen.- el guardia asintió, y cogí mi mochila y salí del gran comedor. Lógicamente, no fuí a la biblioteca, sino que a la enfermeria, en busca de mi novio. Estaba con la enfermera, y me acerqué a ellos.

- ¿Estás mejor?- asintió, mientras Pompfrey le daba una poción. A los pocos minutos se encontraba mejor.

- ¿El examen...?

- Creo que no podrás repetirlo. Lo siento, Harry.- le dí un beso en la mejilla, y vi algo de tristeza y temor en sus ojos.- ¿Qué has visto?

- ¿Qué?

- Durante tu conexión con Voldemort.- susurré. Me miró sorprendido, pero bajó la mirada.

- Ví... Ví a Sirius... Siendo torturado... En el departamento de misterios.- negué con la cabeza, preparandome a mi misma para lo que venía.- Tenemos que ir, Olivia. ¡Tenemos que ir!

- Harry... Escuchame...- para cuando seguí hablando, el ya había salido de la enfermeria.- Mierda.

Salí corriendo detrás de el, y lo alcanzé en la torre de Gryffindor. "Como corre este chico", pensé.

- ¡Harry!- el estaba hablando con Ron y Hermione ( junto a ellos Ginny y Neville), y de alguna forma consiguió que aceptaran sin escuchar lo que intentaba decirle.
Rapidamente se quitó el uniforme, quedandose en ropa muggle, al igual que los demás.
Yo también me quedé en mi ropa de calle.

Es lógico, ¿no? Ya que no podía impedir la batalla del ministerio, al menos les ayudaría en lo que fuera.

Querido Diario: Soy Olivia Black {Harry Potter} [actualización lenta]Where stories live. Discover now