(2)Capitulo 4: Explosión.

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- ¡Remus, corre! ¡Vamos!

Lunático y Cornamenta corrían lo más rápido que podían, adentrándose en las profundidades del bosque. Ambos llevaban sus varitas en sus manos, y lanzaban maldiciones hacía atrás, a la vez que esquivaban las que les lanzaban a sus espaldas.

Minutos atrás, en las ruinas de la casa de los Gaunt, Remus había destruido el anillo que en su día perteneció a Sorvolo Gaunt, abuelo del que no debe ser nombrado; el mismo que había convertido anteriormente el anillo en un Horrocrux. Al destruitlo, un espeso humo negro salió de entre sus restos, y Remus podía jurar haberse sentido (aunque fuera solo por unos segundos), sumamente triste y frágil. El alma de Voldemort lo había puesto así.
Y ahora corrían por el bosque intentando despistar a los mortífagos que los perseguían, aquellos que habían aparecido muy poco después de que el licántropo destruyera el anillo.

James esquivó por poco una maldición, y giró mínimamente su cabeza para ver a qué distancia estaban sus oponentes. Demasiado cerca para su gusto.
Se hacía de noche, y correr por el bosque ya no era tarea fácil. El sol ya ni siquiera se podía ver en el lejano horizonte, cosa que preocupó al joven Potter. Era una mala noche, una muy mala noche para estar corriendo por el bosque mientras eran perseguidos por mortífagos.

- ¡Remus! ¡Larguémonos de aquí! ¡YA!

El chico corría a su lado la mayor parte del tiempo, pero los árboles les obligaban a separarse. El ojimiel también notó que la luna se alzaba en el cielo nocturno, cosa que lo puso infinitamente nervioso. Unos matorrales le obligaron a separarse de su amigo, y antes de poder darse cuenta se habían separado. Mierda, pensó.
Los mortífagos parecían haber desaparecido, pero lo que en realidad ocurría era que solo iban tras James, seguramente creyendo que Remus seguía con él. El licántropo decidió esconderse, preferiblemente en un lugar donde no pudiese dañar a nadie en unos minutos. Estaban cerca de una montaña, por lo que quizá había alguna cueva. Corrió sigilosamente por el bosque en la dirección que creía la correcta; lejos de la luna. Tenía cuidado en no pisar ninguna rama que hubiera por el suelo, cosa que no pudo hacer ya que prácticamente no veía nada. Para su buena suerte, había una pequeña cueva a pocos metros de él; corrió lo más rápido que pudo y se metió dentro de ella. Noto una punzada de dolor que le subía por la médula espinal; era una mezcla de dolor y confusión, ya que poco a poco fue perdiendo el sentido humano dejando paso a Loboss que se escondía en su interior.

No muy lejos de ahí, James seguía corriendo esquivando los conjuros de los mortífagos, a la vez que buscaba a su amigo. Le preocupaba que pudiera transformarse antes de tiempo, y a su pesar, escuchó un feroz, desgarrador y potente aullido del lobo retumbaba entre los árboles.

Remus se había transformado, y ni él ni los mortífagos estaban a salvo.

(...)

El despacho del director de Hogwarts estaba vacío, pero a los pocos segundos se podía escuchar cómo la puerta se abría y por ella entró una joven de pelo negro y ojos castaños. Miranda avanzaba a pasos sigilosos hasta llegar a la sala privada del director; ahí en la gran pared que había, seguía toda la información que les había dejado Olivia antes de su marcha. Su hermana y el novio de esta habían viajado a visitar a la Legeremante que les podría ayudar a recordar que vio a Adler cuando Voldemort la controlaba. Dumbledore estaba seguro de que para controlar a alguien, Voldemort tendría que dejar su mente desprotegida, por lo que la chica podría haber visto algo de enjundia que les podría ayudar en la guerra que les amenazaba. Sus amigos James y Remus se habían ido al pueblo natal de los padres del señor oscuro para destruir uno de los fragmentos del alma del mismo. Era arriesgado que fueran esa noche ya que era luna llena, pero todos confiaban en que se podrían cuidar solos, además de que si hubiese algún problema tenían órdenes de volver inmediatamente al colegio. Lily había querido ir con ellos, pero el mismísimo director se lo impidió. Debían seguir investigando sobre cómo llegar a los lugares en los que  estaban los horrocruxes sin ser y descubiertos inmediatamente. Todos sabían que desde que el primer fragmento de alma fuese destruido, sus enemigos irían a por ellos. Era algo arriesgado, pero no podían permitir que su historia acabase así como parecía estar destinada. Salvarían a la gente que moriría, y no permitirían que la gente que les causaría un mal en el futuro siguiese en libertad.

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⏰ Last updated: Apr 08, 2017 ⏰

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Querido Diario: Soy Olivia Black {Harry Potter} [actualización lenta]Where stories live. Discover now