Capitulo 27: Comienza el sexto año.

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Andé por el tren, hasta encontrar el compartimento que buscaba: En el estaban Harry, Ron y Hermione.

- ¡Hey!- abrí la puerta, arrastrando mi baúl, el cual subí al porta equipajes.

- ¡Liv!- Herms me abrazó. No nos habíamos visto casi nunca en todo el verano. Abrazé a Ron, y le dí un beso a Harry, para seguidamente sentarme sobre las piernas de mi novio.

- ¿Que tal el resto del verano, chicos?

- Hemos visto a Malfoy en Borgin&Burks, y ahora Harry cree que es un mortífago. ¿A que no es cierto?

- ¿Por qué lo crees?

Ron bufó al ignorar su pregunta.

- Pues por que estaba con ellos, Olivia. Greyback, Lestrange... No lo acompañarían si no fuese uno de ellos.

- Tendrás que descubrirlo por tu cuenta.

Harry me apartó suavemente de sus piernas, sentandome en el asiento, y se levantó y cogió su capa invisible, y una piedra de oscuridad total que vendían los gemelos.

- ¿A donde vas, Harry?- preguntó Hermione.

- A descubrir cosas por mi cuenta.- me miró burlón, y después salió del vagón.

- ¿Por qué me mirais así?- pregunté "ofendida".- Que quereis que haga, es hijo de un merodeador.

Los ignoré, y saqué mi album de fotos (recientemente ampliado), y comenzé a ojearlo.

- ¿Que tal por casa?

Levanté la mirada, y ví como Herms se sentaba a mi lado.

- A pesar de que ese sitio es una ruina, a las personas que viven dentro nos va genial.

Y era cierto; el mismo día que Sirius volvió con Sarah, organizó una cena a lo grande. Los Weasley y Harry junto a Hermione vinieron desde la madriguera, y Remus y Tonks también vinieron a celebrar. Recuerdo haber estado hasta altas horas de la noche despierta, incluso la madrugada.

La gente se estaba empezando a marchar. Era casi la una de la madrugada, y al día siguiente nos veríamos en el callejón Diagon para comprar los útiles escolares. Solo quedabamos cuatro: Sirius, Sarah, Harry y yo.
Mi novio pasaría la noche y el día siguiente hasta la tarde en el cuartel, para estar también un poco con Sirius.

- Papi... Tengo sueño...
Sarah se frotó los ojos, y se acercó a Sirius, quien se agachó y la cogió en brazos. Sarah acomodó su cabeza en el hombro del animago, y se durmió profundamente.
Su pulsera brillaba con la luz que provenía de la chimenea, mientras reposaba en su muñeca. El relicario en el cuello de Sarah quedó a la vista, junto al collar de su madre.

- Es un regalo muy bonito, padrino.

Y Harry tenía razón. Ese relicario era el motivo por el cual Sirius fue a la relojería aquel día. Había mandado insertar en el una foto de el y su hija, con una inscripción al lado que decía: Eres mi pequeño milagro, y te amo.

Fue realmente el mejor regalo jamás hecho en la historia. Debería incluirse en los libros de historia de la magia, ahora que lo pienso... ¡Da igual! Lo duro fue despedirse a la hora de empezar el curso, pero sabía que estarían bien.

Llegamos a la estación de Hogsmeade, y Harry no volvía. Dejé a Ron y a Herms solos, y me encaminé hasta los vagones que ocupaban los Slytherins. Draco les estaba diciendo a sus amigos que se fueran sin el, y me colé dentro antes de que cerrara la puerta del todo. Soy un ninja.

- ¿Qué haces aquí, Olivia?

- ¿No puedo venir a saludarte?

- Ni siquiera somos amigos.

- Cierto, pero me llamas por mi nombre de pila, y eso es un comienzo.- miré sutilmente hacia los porta equipajes.

- ¿Entonces qué quieres? Estoy ocupado.

- En un vagón vacío, no lo creo.

- ¿Te vas?

- Draco, quiero hablar contigo a solas, pero mejor fuera, de camino al colegio.

- ¿Sobre qué?

- Sobre...- miré de nuevo sutilmente al porta equipajes, y miré a Draco a los ojos.- Sobre lo que debes hacer durante este curso.

Al principio me miró sin entender, pero después abrió mucho los ojos, y se reflejó miedo en estos.

- ¿Sabes sobre...?

- Si. Puedo ayudarte, pero ven conmigo.

Asintió, y salió por la puerta.

- Ahora salgo, Draco. Tengo que atarme el cordón del zapato.- y era verdad. Se me había deshecho el nudo. Me incliné, y cuando vi desaparecer sus pies, terminé el nudo con la varita y me levanté y me giré.

- Agradezemelo más tarde, ¿si? Ron y Herms te están esperando. Te quiero.

Salí del tren, y fui hasta Draco.

- Draco, no es culpa tuya. Has sido obligado a que te la pongan y... He hablado con el director, conoce tu situación y...

- ¡¿Dumbledore sabe sobre que tengo que...?!

- Si. Y sabe que en verdad no quieres hacerlo libremente. Tu eres bueno, Draco, lo sé. Te ayudaré, ¿vale? No estás solo, y a tu madre no le va a pasar nada. Te lo prometo.

- ¿Segura?

- Al cien por cien.- asintió con los ojos aguados, y sin contenerse, me abrazó.

Lloró en mi hombro, y yo le devolví el abrazo.

Estuvimos así unos minutos hasta que se calmó, y vi de reojo a Harry caminando al lado de Tonks hasta la verja.
Me miraba... ¿Mal?

Tonks me saludó con la mano, y yo a ella de vuelta.

Me despedí de Draco, quedando en que nos veríamos a la mañana siguiente en el despacho de Albus (sería Sabado, justamente, por lo que no había clases). Al llegar al gran comedor fui a la mesa de Gryffindor y me senté junto a mis amigos.

- ¿Por qué has tardado tanto?

- Nada importante, Herms. ¿Me pasas las patatas?- los chicos no lo entendían, pero la mirada que le puse a Hermione significaba "hablamos luego en nuestro cuarto". Sonrió, y me pasó lo pedido.- Gracias.

- ¿Que hacias con Malfoy?- me susurró Harry. Estaba enfadado.

- Estabamos hablando sobre algo que no debes saber todavía. Nada importante.

- Me estás mintiendo.

- ¿Ahora no confías en mi?

- N-no es eso... Si que confío en ti pero...

- Estás celoso.- sonreí como una estupida. Era monísimo.

- Yo... Si.

- No tienes porqué ponerte celoso, Harry. Soy tu novia, y tu mi novio. Nos pertenecemos al otro sentimentalmente, ¿no?

- Si. Siento haber dudado de ti.

Lo abrazé, y sin poder evitarlo miré en dirección de la mesa de las serpientes. Draco nos estaba mirando.

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BESOSSS Y DIFUUUU

Querido Diario: Soy Olivia Black {Harry Potter} [actualización lenta]Where stories live. Discover now