Capitulo 26: Sarah Black Fox.

1K 92 6
                                    

- Sirius, es por aquí.

Le guié hasta una puerta al fondo del pasillo.

El ministerio de magia era enorme, y, de alguna forma (bueno, gracias a Albus), conseguimos que el ministro en persona le conceda la adopción a Sirius. Habíamos hablado sobre el tema por primera vez hacía un mes, y, a finales de verano, le habían dado el alta en San Mungo.
Lo primero que quiso hacer al salir del hospital fue ir a ver a Sarah, pero Albus nos esperaba ya junto al ministro en el ministerio.

- ¡Sirius! ¡Estamos llegando tarde, y solo por que querias pararte en ese sitio!

Antes de llegar al ministerio, Sirius había insistido en parar en una relojería del callejón Diagon. Vimos a los gemelos en su tienda, y junto a la relojería eran de las únicas tiendas abiertas.

- Lo siento, pero era necesario. Mira, ya estamos.- se notaba que estaba nervioso, y le dí un empujón al entrar por la puerta.

Fudge nos esperaba sentado detrás de su escritorio (bastante pomposo), en el que había una carpeta con bastantes hojas en su interior. Al otro lado de la mesa, sentado en una de las tres sillas, estaba Albus, con ambas manos intactas.

- Señor Black, señorita Fox; tomen asiento.- hicimos lo que Fudge nos dijo. Nos aboservó por un instante, y seguidamente suspiró y abrió la carpeta, desplegando sobre la mesa los papeles de su interior.- Bien, pues... Esta reunión se ha concertado, por petición directa de Albus Dumbledore, para concederle una adopción al mago Sirius Black, aquí presente, sobre la infante llamada Sarah Fox. ¿Es eso correcto?

- Si.- esta vez, el tono de voz de Sirius era más firme. Ví que, en una especie de grabadora sobre el escritorio, parpadeaba una luz roja. Estaban grabando la conversación, seguramente por que era Fudge quien presidía la reunión.

- Delante mia están los documentos sobre la infante en cuestión. Su madre biológica es Adler Fox, ex-auror del ministerio. Falleció el año anterior, ¿cierto?

- Si.

- ¿Y usted quiere adoptar a la hija de la mujer, como suya propia?

- Si.

- Pues aclarado ese tema... Olivia Fox, hija de Miranda Fox, presente aquí delante; aún sin ser mayor de edad, se requiere su consentimiento para el trámite, al ser el único pariente directo de la niña.

Sirius me miró. Albus me miró. Fudge me miró. Me sentía observada por todos, incluso por la luz roja parpadeante.

- Doy mi consentimiento...- murmuré.

Incluso yo estaba nerviosa, pero le dirigí una mini sonrisa al animago, quien comprendió a que me refería con ella.

- En ese caso, hace falta que ambos firmen aquí, aquí, aquí...- hubo que firmar unas cuantas hojas, pero acabamos rápido. Incluso Albus firmó como testigo.

- Ministro, si no es molestia, querría que Sarah siguiese llevando su apellido materno.- intervino Sirius al terminar de firmar la última hoja.

- ¿Quiere que porte ambos apellidos? ¿El suyo y el de su madre...?

- Si.

- No veo ningún inconveniente.

Cinco minutos después, Fudge cerró la carpeta, y con un sello, la marcó como: Completado oficialmente.

- Felicidades...- Fudge parecía incómodo.- Eh... A partir de ahora, es usted el padre (por vía oficial), de la infante Sarah Black Fox.

Un brillo de felicidad se quedó fijo en los ojos de Sirius. Salimos del despacho, y Albus se despidió de nosotros con una sonrisa.

- Ya eres su padre, Canuto.

Me miró, sonrió; y soltando algunas lagrimas, me abrazó.

- Gracias... Gracias...

Seguimos así unos segundos, y después echamos a andar hacia la salida.

- ¿Que piensas hacer ahora?

- Pues... Había pensado buscar una casa, ya sabes, para que podamos vivir los tres, y también Harry si quisiera.

- ¿Los tres?- pregunté extrañada.

- Ya sabes, Sarah, tú y yo.

- ¿Yo también?

- Olivia, eres la prima de mi hija, ¡claro que vivirás con nosotros! ¡Es algo obvio!

Me sonrió, y me abrazó de lado, y yo a el.

- Aunque... Actualmente no creo que ses buena idea. Seguiremos en Grimmauld Place un tiempo, supongo. Cuando se calmen las cosas, seremos una familia normal.

- Eso ya lo dijiste una vez, y por poco mueres.

- Cierto... Pero ahora tengo algo por lo que luchar de verdad.

Nos aparecimos en el número 12, y Sirius miró nervioso la casa. Por la mañana, Remus había llevado sus cosas de vuelta a la casa, por lo tanto Sarah seguramente sabría sobre nuestra llegada.

- ¿Sabes qué? Nunca se lo he dicho a nadie, pero yo siempre he querido ser padre, incluso antes de enamorarme de Adler. Al tener unos padres tan malos, quise tener un hijo para poder hacer las cosas mejor, y demostrar que sus malas formas no se transmiten por los genes... Pero ahora, que tengo una hija... Tengo miedo de hacer las cosas mal con ella.

- Ay Sirius... Aun que solo sea una adolescente; sé que estás capacitado para esto. Además, ya tienes el cariño por su parte, asi que ya has superado a tus padres con creces.

Rió, y algo más animado, pronunció la contraseña, y entró seguido por mi en la casa. El pasillo estaba claramente más limpio que la ultima vez que entré por la puerta.
"Limpieza de bienvenida", pensé.

Avanzamos lentamente hasta el salón, pero estaba vacío, al igual que el comedor.

- ¿Donde...?

Antes de poder terminar la pregunta, se escuchó una leve risa, proviniente del piso de arriba. Fuimos hasta el tercer piso, y escuchamos voces con más claridad.

- Mira tio Rem; es para cuando vuelva papi.

- El dibujo te ha quedado fantástico, y los demás también, Sarah.

- Tu puedes.- susurré. El asintió, y se apoyó contra la pared, respirando profundamente. Fui primero, y llamé a la puerta.- Toc, toc.

- ¡Liv!

Entré en la habitación de Sarah, y ella corrió hacia mi. Me abrazó, y me cogió de la mano y me enseñó los dibujos que había hecho. Realmente, pintaba bien para su edad.

- ¿Te gustan? Son para cuando vuelva papi. Tio Rem ha llegado hoy con cosas de papi, ¿cuando llega? ¿Donde está?

Reí un poco ante la impaciencia de mi prima... Mi prima, casi no me creía qje de verdad lo fuera.

- Pues...

- Princesa.- Sarah se giró emocionada hacia la puerta, en donde estaba Sirius con una mano reposando sobre en el marco de la puerta, sonriendo abiertamente.
La niña soltó unas lagrimas, y corrió emocionada hacia el. Se tiró a sus brazos, y se abrazaron. Sollozaron de felicidad.

- Mi niña... Princesa...

- Papi... Has vuelto...

Se abrazaron de una forma que nunca antes habíamos visto: Ahora, al contrario de antes, se abrazaron oficialmente como padre e hija.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Besosss y difuuu

Querido Diario: Soy Olivia Black {Harry Potter} [actualización lenta]Where stories live. Discover now