Capitulo 34: Te amo.

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La lluvia comenzó a caer, y el frio penetró en las frias paredes del numero 12 de Grimmauld Place.
Me sentía vacía, asustada, aterrorizada... En fin, estaba deprimida.

Había dejado de nevar la noche anterior, y lo que antes era una calle cubierta por nieve de un color blanco puro, se había transformado en una calle llena de charcos, barro y sin ningún alma que cruzara por ella.
De la misma forma me sentía yo. De nuevo no dejaba que nadie viniera a verme, y sin remedio lloraba a moco tendido sobre mi almohada. Hice una lista para enumerar mis problemas, para ver si de verdad era tan graves como parecían.

LISTA DE PROBLEMAS
1. Voldemort quiere matarme.
2. No puedo seguir de novia con Harry.
3. Tengo que romper con Harry.
4. Mi familia está en peligro.

En fin... Todos los problemas eran tan graves como me lo parecían.
El primero era sin lugar a dudas imposible de cambiar. El segundo era una triste verdad, al igual que los siguientes dos. Furiosa, rompí el papel en pedazos y dejé los trozos tirados en el suelo.

Me levanté y comenzé a dar circulos delante de la cama, buscando la forma de sobrellevar la situación, pero era imposible; Aslan me miraba atento desde su cesta, observandome como si estuviera en un partido de tenis.

En una fracción de segundo se escucha un sonoro <¡Crac!>, y los gemelos aparecen ante mi, junto a una cabellera castaña subida a la espalda de George.

- ¡Liv!

Mi prima se bajó de la espalda del pelirrojo, y corrió hacia mi. Me agaché y la abracé, y me puse de pie con ella en brazos.
Nos quedamos así unos minutos, hasta que lamentablemente mis brazos se cansaron de sostener a Sarah, y la dejé en la cama, de pie.

- Ya sabeis que no quiero visitas...

Los gemelos se encogieron de hombros, para después acercarse a mi y abrazarme.

Ellos sabían por qué estaba como estaba.

- Enana, todos están preocupados por ti...

- ...Y quieren que salgas de aquí...

-... Por que no les gusta que esté encerrada, ya lo sé.- sonrieron ante mi intervención.

- Personalmente, creemos que eres algo...

- ...¿Como decirlo?...

- ...Bipolar.- terminaron a la vez, mientras que Sarah bajaba de la cama y  se acercaba a la ventana. La observé, y vi que su mirada expresaba sorpresa, y se giró hacia nosotros.

- ¿Ese no es Harry?

Señaló hacia el exterior, y fui hacia ella. Entre la fina capa de niebla y agua que desendía del cielo, se podía apreciar a un chico de cabello azabache, con una montura redonda sobre la nariz, seguramente empapada a causa de la lluvia.
Evidentemente era Harry.

Se estaba empapando bajo la lluvia, pero no parecía importarle, ya que estaba quieto, sentado sobre un banco del parque.

- Gred, Feorge; fuera de aquí.

Obedecieron y se desaparecieron, y me volví hacia mi prima.

- He decidido salir a ver a Harry. No se lo puedes decir a nadie, ¿vale?

- Vale.- fui hacia mi armario y rápidamente me cambié la ropa que llevaba puesta por una más adecuada para la lluvia.- Mejor me voy. Estaba jugando al escondite con papi y...

No hacía falta que dijera más. Se podía escuchar la voz de Sirius llamando a gritos a su hija, seguramente recordando la vez en que el elfo domestico de la casa se la llevó.

- Haremos esto. Yo abro la puerta y sales en el mismo momento en que yo me aparezco ahí fuera.- ella asintió, y se colocó en frente de la salida.- Tres... Dos... Uno...

Sucedió rapido y efectivo. Quité los encantamientos con mi varita, y al mismo tiempo en que Sarah abría la puerta llamando a Sirius yo me desaparecí de mi habitación, reapareciendome sentada al lado de Harry.

La lluvia me mojó al instante, y agradecí haberme puesto la capucha del chubasquero.

El chico se sorprendió al verme, pero no dijo nada. Solo se me quedó mirando, y yo comenzé a incomodarme.

- Una foto dura más, gafotas.

Sonrió con nostalgia, y se giró hacia mi.

- Remus me lo ha dicho.

Bajé la cabeza, triste.

- Yo no quiero que dejemos lo nuestro, pero la orden me obliga a... Ya sabes, romper contigo.

Permaneció en silencio unos minutos hasta que habló:

- ¿Desde cuando haces caso a lo que mandan los de la orden? No eres así, Liv... ¿Donde a quedado la Olivia que no hacía caso a Dumbledore?¿ La que se fiaba más de su instinto, y no de lo que otros le decían? ¿Donde ha quedado la chica de la que me enamoré?

Levanté la vista sorprendida, y nuestras miradas volvieron a chocar, así como lo hicieron tiempo atrás en la torre de astronomía, solo que esta vez no nos besamos.

Las lagrimas en mis ojos amenazaban con salir.

- Yo... Lo siento, Harry.

Me levanté y me dirigí al cuartel, soltando las lagrimas ya por entonces inevitables, que pasaron desapercibidas con las gotas de lluvia que caían sobre mi cara.

¿Cuando me había vuelto tan debil?

¿Desde cuando hacia caso a los de la orden en algo en lo que me implicaba?
Harry tenía razón, y debía aceptarlo.
Ya en la acera en frente de la casa, algo me detuvo antes de pronunciar la contraseña.

Sus brazos me giraron en su dirección, y sus labios chocaron con los mios con ansia, provocando que al principio me costara seguirle el beso. Levanté mis brazos y lo agarré de la nuca, atrayendolo mas hacia mi. Sus manos se posaron en mis caderas, y despues de lo que parecieron minutos eternos nos separamos, para seguidamente juntar nuestras frentes, sin cambiar de posición.

- No me dejes...

- No sería capaz... Te amo, Harry.

- Yo también te amo, Olivia.

Y así, abrazados bajo la lluvia, permanecimos juntos por un tiempo indefinido. Sin importarnos el resto del mundo, ya que en ese momento, solo existíamos nosotros dos, en nuestro pequeño refugio bajo la lluvia.

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Bueeeenoooo
.I RETURNED.
  Quiero aclarar que no he escrito estos dias por que mis superiores me habían castigado sin nada electronico durante unos dias.

Besosss y difuuuu

Querido Diario: Soy Olivia Black {Harry Potter} [actualización lenta]Where stories live. Discover now