EL/ELLA (Hyoga X Shun)

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Pedido de Pbaptista, espero no te moleste que sea un AU y que te guste la historia. 

Lanico Bane

SHUN

Me miré al espejo, sólo quería llorar, quité rápidamente el labial de mi boca. Era un desastre. Siempre queriendo ser algo que era imposible para mi.

 Escuché que tocaban a la puerta, fui abrir. Al llegar a la puerta me di cuenta que no era nadie más que mi novio, quien me miró con sorpresa y entró rápidamente como si buscara a alguien.

-¿Qué haces?-pregunté desconcertado.

-¿Dónde está la chica?-Parecía enojado. Yo me acerqué y le di un beso.

-No hay nadie-Me limpié un poco de labial que había quedado en mi rostro, yo solo me sentí muy apenado. Llevamos años saliendo y el todavía no sabía muchas cosas de mi.  Me fui rápidamente al baño a guardar el labial dentro de uno de los cajones.

-¿Ya estás listo?- preguntó mientras yo salía del baño. Asentí con la cabeza y salimos de mi casa, aquella noche teníamos una reserva en un restaurante muy elegante de la ciudad.

Fue una velada muy divertida sin embargo nunca faltaba la mirada de algún homofobico, había salido del closet hacía años y estaba acostumbrado a aquellos odiosos, así que no les daba mucha importancia.

Era de la clase de personas que creía que cada uno se debía sentir cómodo con su forma de ser, mas que hipócrita que era. Yo mismo por más de haber revelado mi orientación sexual me seguía sintiendo incómodo con la idea de decirle a todos que no me sentía cómodo. 

Nos despedimos en la entrada de mi casa, me dio un dulce beso en los labios y me deseo una buena noche. Lo único que pude pensar aquella noche era si en verdad me sentía tan incómodo con ser quien era, pero es que cada vez que veía uno de aquellos vestidos largos al cuerpo por la calle, me parecían tan elegantes. Sin embargo después los imaginaba en mi y me parecían horrendos.

Al otro día me levanté, tenía que ir a la universidad, estaba estudiando derecho, esperaba en algún momento poder ejercer como abogado. Quería dedicarme a la defensa en casos de racismo. Terminé la última hora y estaba yéndome directo a casa cuando pasé por una tienda de ropa femenina, miré a ambos lados y entré, compré un largo vestido azul con decoraciones negras. Corrí rápidamente a casa.

Me puse el vestido, me quedaba perfecto en la medida, pinté mis labios de color rojo y recogí mi cabello castaño(*) en un rodete. Me miré al espejo y por primera vez en mucho tiempo me sentí cómodo. Me sentía tan feliz. Me puse un par de zapatos y salí a la calle, no quedaban muy bien con el vestido pero tenía ganas de salir vestido. Sin embargo me llevé una sorpresa al abrir la puerta y encontrármelo. Su cara fue de un total asombro.

-¿Eres travesti?- Mi sonrisa se borró de mis labios. No sabía que responder, el sólo me miró en su mirada no había nada de dulzura-Si lo eres necesito que terminemos, lo siento pero a mi me gustan los chicos que son chicos- lo dijo tan despectivamente que llegó a lastimarme. Salí corriendo, no quería que me viera llorar, no lo merecía.

Afuera sentí como si todas las personas me miraran burlándose. Quería que me tragara la tierra, que había pensado, esas cosas me hacían parecer tan solo un payaso. Me detuve, en una zona no muy circulada de la ciudad. Me miré en una de las vidrieras, como había pensado que eso me podía quedar bien.

-No no no- Escuché que alguien me decía, por un momento pensé que alguien se estaba por burlar de mi- Shun, esos zapatos definitivamente no van con ese vestido- Yo conocía a aquel chico, era Hyoga, nos habíamos juntado a estudiar un par de veces, íbamos a la misma universidad. Pensé que se burlaba de mi, sin embargo me tomó del brazo y me llevó al interior de la tienda, haciéndome que me sentara en un banco.

Se fue un instante y cuando volvió llevaba un par de cajas y estuches en las manos. Sacó un par de tacones no muy altos de una de las cajas y quitándome los zapatos que llevaba puesto me acomodó delicadamente y de una manera muy dulce los tacones en mis pies. Yo no sabía que hacer o decir, lo dejé que continuara. Con un cepillo me peino, acomodando aquel rodete que se había desarmado cuando corría. Sacó maquillaje y me empezó a pintar, con mucha minuciosidad como si me tratara de una obra de arte. Cuando finalizó me ayudó a pararme y me llevó a un espejo.

-Ahora eres toda una princesa- Mis mejillas se sonrojaron por completo. Hizo una reverencia en frente mío y tomando mi mano le dio un beso- ¿Me concede esta pieza?-Sólo logré asentir con la cabeza mientras me reía.

Bailamos como si estuviéramos en uno de esos bailes antiguos. Jamás me había sentido tan feliz conmigo mismo o tal vez debería decir conmigo misma. El baile termino con una pequeña vuelta que me hizo dar, quedando cara a cara. Me miró con dulzura depositando un beso en mi mejilla.

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(*)A pesar de que en el anime Shun tenga el cabello verde, en el manga el lo tiene castaño.


Pequeñas historias (Saint seiya)Where stories live. Discover now