Capítulo: 21

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LUHAN

"Los humanos sin reglas serian como una horda de animales. Porque son crueles y caprichosos, violentos y egoístas. Solo son personas cuando se controla sus emociones y sentimientos. Entonces son buenos y obedientes"

DE LA MANO DE OMS



Sin darme tiempo a responder, me acometió con un beso intenso. Labios, lengua, dientes, nuestras bocas eran un todo de nada. Golpes de mar que rompían con el silencio mientras tanto sus manos hacían tatuajes en mi piel desnuda. El ahora pelinegro me acariciaba la espalda y los muslos.

Bastaba con abandonarse a su ímpetu para sentirse satisfecho, sus manos codiciosas aún repasaban mi cuerpo como si nunca me hubiese tocado. Yo también tuve ganas de morderlo, sin pedirle permiso acerqué mis labios a su mentón donde hinqué los dientes.

De repente me sujetó por la cintura y me levantó como si no pasase nada. Por mero instinto cruce las piernas entorno a su cintura y me sujeté por su cuello. Él solo hizo un empuje para adentrarse en mi cuerpo, como una espada en medio de una roca. Luego me levantó y me hizo caer sobre su miembro, una y otra vez. Entrando cada vez más en mí, como si su intención principal fuese llenarme o partirme en dos.

Estaba desvaneciéndome, licuándome. Las lágrimas me fluían de los ojos pero de gusto, él parecía tan indiferente a mi sentir que solo continuo abriéndose paso en mí. A los orgasmos le siguieron otros orgasmos, que eran más fuertes incluso que los anteriores. Vencido y anulado le susurré cosas al oído sin sentido. Y Sehun seguía, seguía sin cansarse con un vigor único.

Solo cuando sintió que mi cuerpo ya era un molde del suyo fue que él se abandonó a un grito ronco, un placer espantoso me llenó al sentir su calidez entre mis piernas. Y por fin exhausto, pero sujetándome contra su pared me mordió los labios, sentí como su polla se iba reduciendo en mi interior hasta quedar afuera de mi sistema, aunque intenté retenerlo en mí.

Le acaricie la mejilla con la palma de la mano, como la primera vez. Bajé por su cuello hasta su pecho y rocé la cicatriz de su pecho, cuando me acerqué sus ojos se dilataron hasta el punto extremo.

Me miró pero luego levantó la mirada hacia el cielo.

La verdad era que ni siquiera habíamos sido capaces de llegar hasta su habitación, en la terraza de su casa la ciudad de la Nueva Corea era mejor. Le imité y miré el cielo. Las pequeñas gotas de agua caían en picada en nuestra piel y se sentía tan bien.

—Sehun—Susurré—Tenemos que entrar adentro, tengo frio. Él sonrió.

— ¿Te da miedo?

—No, pero tengo frío.

—Solo quédate un rato así—Murmuró entre mi cuello, al principio me sentí tan pesado que tuve la impresión de caerme. Pero luego de un tirón floté en el aire.

DEADLY OBSESSION [HunHan]Onde histórias criam vida. Descubra agora