Cap 1.-Confesión.

149 26 21
                                    

De: Dun <3
2:30 am


MATT.

De: Dun <3
2:31 am

MAAAAATTTTTTTTT, RESPONDE.



De:Dun <3
2:32 am.

Eres el peor mejor amigo del mundo.

Contesta, hijo de puta.

VOY A MORIR AQUÍ,Y TÚ SOÑANDO CON MANTEQUILLA DE MANI O LO QUÉ SEA QUÉ SUEÑES.


5 llamadas perdidas de Dun <3

De:Dun <3
2:40 am.

Te necesito, Matt.

Por favor.

Ven a mi casa.


Cerré los ojos con fuerza.

Ojos que no ven, corazón que no siente, me repetí como por décima vez.

Me había despertado con el primer texto qué me envió, siendo sincero. ¿Pero, cómo no hacerlo? El ringtone era la voz de Duncan gritando “CONTESTA EL MALDITO CELULAR, MATT”. Un tono qué, por cierto, solamente él tenía. Dí un suspiro tembloroso.

Recordé lo qué Vanessa me había dicho.

«Tienes que dejar de correr hacia él cada vez qué se siente triste y cuidar tu propio corazón.»

Pero era difícil. Era difícil porqué, cómo mejor amigo se suponía qué debía hacerlo. Mandarlo al demonio y decirle “Ocúpate de tu mierda, déjame dormir. Hablamos mañana”, pero cómo el enamorado que era, no soportaba la idea de él sufriendo.

Tampoco soportaba la idea de él enamorándose de otra persona qué no fuera yo.

Recordé la primera vez qué lo vi. Teníamos alrededor de ¿cuatro años? y era invierno. Yo había ido a pasear con mi madre y caminábamos tomados de la mano. Estaba vestido con tantos abrigos y prendas de ropa que recordaba pensar qué si tropezaba, saldría rodando colina abajo.

Mamá se había agachado a mi lado y me había preguntado sí quería helado. Yo había asentido fuertemente cómo cualquier otro niño hubiera hecho, y entonces, ella me dijo qué me quedara sentado en el banco mientras iba a comprarme una paleta.

Obedecí y con dificultad, subí a la banca. Observé como la nieve caía con fascinación, y con la mirada, seguí uno qué era especialmente grande.

Y entonces lo vi a él.

Estaba haciendo ángeles de nieve y se reía como un loco. No había nadie a su alrededor, estaba completamente solo. Pero él reía, cómo sí no le importará en lo absoluto. Cuando terminó de hacer su ángel, se levantó y se sacudió la nieve de su abrigo azul. Aún seguía sonriendo mientras el sol iluminaba su cabello castaño claro y sus mejillas sonrosadas.

Making You Falling In LoveWhere stories live. Discover now