Cap 15.- Lo Sabía. // Antes.

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14 años.

La verdad era qué, los finales de un romance son una mierda. Es decir, la gente siempre dice “es mejor haber amado y perdido, qué nunca haber amado”, y yo no podría estar más de acuerdo. Pero también podía imaginarme la interminable mierda qué seguía después de ello; el vacío en el pecho, los llantos antes de dormir. Es muy lindo todo mientras dura, pero después de eso es cómo morir lentamente. Era una suerte qué hasta ahora, Duncan no me hubiera roto el corazón. Sabía qué, inevitablemente, algún día pasaría y me destrozaba la idea de qué algún día lo hiciera y él simplemente siguiera adelante. Y creo qué, de alguna manera, Duncan se sentía igual, pero no conmigo... sino con Landon y Jaime. Su mirada estaba desenfocada, y no había que ser un genio para saber que su mente se encontraba a miles de kilómetros lejos.

Lucía tan ridículamente triste.

—Dun —lo consolé. —Mira él lado positivo, Landon descubrió su verdadera vocación.

Él levantó la vista hacia mi.

—Pero Jaime murió.—musitó con un tono deprimido. Y entonces de repente me dio un puñetazo en el hombro.

—Ay.—sin poder evitarlo, comencé a reír.

Me gané una mirada fulminante de Duncan.

Un paseo para recordar* era su película favorita.  Apenas acababamos de salir del cine y habíamos llegado a mi casa. Había estado inusualmente callado, y por el camino no deje de lanzarle miradas por él rabillo del ojo. Cuando entramos a mi habitación, se apoyo en la puerta y se quedo mirando al vacío cómo si le hubieran dicho qué su gato había sido atropellado.

Sinceramente, salir al cine con Duncan era sinónimo de un montón de películas románticas y tontas. Creo qué probablemente eramos los únicos chicos en la sala del cine, aparte de unos pocos qué claramente habían sido arrastrados por sus novias. Todos lucían cómo si quisieran morirse. Yo también quería morirme después de perder dos horas de mi vida; sin embargo a Duncan le gustaban ese tipo de peliculas, y aunque yo me había negado al principio, siempre me encontraba cediendo por alguna razón.

Ese era el pequeño secreto de Dun. Amaba las peliculas románticas.

¿Y yo? Bueno, yo era del tipo de chico qué si no ve sangre en la pantalla, entonces dormirá toda la película.

Puse un brazo alrededor de los hombros de Duncan y le sonreí de medio lado.

—Sé qué te hará sentir mejor.

—¿Revivirás a Jaime?

Alcé las cejas.

—Mucho mejor.

Sus ojos se iluminaron repentinamente.

—¿Harás galletas?

Asentí.

Duncan me lanzó una mirada suspicaz.

—¿Las de chocolate?

—Las de chispas de chocolate. —corregí. Me gané un destello de sus dientes en una gigante sonrisa.

Mi pecho se apretó, y sentí mis mejillas sonrojandose debido al orgullo de poder hacerlo sonreír. Desplazandome hasta la cocina, me puse el delantal de mi mamá. Duncan sonrió ampliamente. Era un delantal rosa qué decía “Sé amable mientras cocino porqué puedo escupir en tu comida”. Seh. Mi mamá tenía buen gusto.

Tomé la cuchara más cercana y lo señale con ella, poniendole mi mejor expresión seria.

—¿Estas listo para recibir las mejores galletas del planeta tierra?

Making You Falling In LoveWhere stories live. Discover now